Una isla de progreso
Empieza un nuevo año y creo necesario revisar en qué punto nos encontramos en el desarrollo de nuestro compromiso de gobierno del Cabildo de Gran Canaria y las características que identifican nuestro proyecto de progreso y de defensa de la isla y de una Canarias equilibrada.
Gran Canaria necesitaba una propuesta de desarrollo original, diversificada, sostenible y de futuro y durante estos tres últimos años hemos trabajado duramente para hacerla posible. Respondemos a grandes retos que pretenden mantener el liderazgo de innovación y solidaridad y no perder la iniciativa que nos ha hecho ser históricamente una sociedad de vanguardia. La crisis con la que iniciamos la década generó incertidumbres sociales y económicas que estamos reorientando desde 2015 con el proyecto transformador que impulsamos desde el gobierno de la isla. Sufrimos además la presión del Gobierno de Canarias que margina y relega las necesidades de Gran Canaria en presupuestos, orientación administrativa, legislación y consideración política.
El trabajo iniciado, con una política inversora de casi mil millones de euros y más de mil quinientas obras extendidas por todo el territorio insular, como no se había realizado nunca en el Cabildo de Gran Canaria, quiere colocar a nuestra isla en condiciones de afrontar con éxito la próxima década. No nos conformamos con los niveles de desigualdad y pobreza que subsisten a pesar del evidente crecimiento que hemos experimentado en el último trienio. Podemos ser referentes de sostenibilidad y desarrollo medioambiental aprovechando los recursos naturales. El crecimiento turístico tiene que ser compatible con una diversificación económica que nos haga menos dependientes. La sociedad del conocimiento agranda las oportunidades que tiene nuestra isla por el gran valor de nuestro capital humano y las ventajas estratégicas y fiscales. Somos una isla con enormes atractivos culturales que nacen de una historia que nos identifica y de un presente que sabe crear y abrir nuestras puertas a públicos de todos los continentes.
Para responder a estas necesidades nuestro gobierno está concentrado en sus tareas y alejado del ruido de la inestabilidad. Al mismo tiempo gobernamos libres de cualquier hipoteca a intereses particulares o partidistas. Pero sobre todo los grancanarios y grancanarias de hoy podemos sentirnos orgullosos de contar con un gobierno insular limpio, alejado de ese enorme mal que aqueja a demasiadas instituciones públicas españolas como es la corrupción. Contamos con un equipo centrado en el proceso de transformación. El Cabildo en este mandato no es noticia por sus enredos, sino por sus propuestas, por la acción, por las decisiones de progreso.
Tengo el honor de presidir un gobierno del SÍ a los grandes compromisos con Gran Canaria y nos alejamos constantemente de esa corte de profetas del pesimismo que se alegran de difundir malas noticias, aunque para ello tengan que retorcer la realidad o ignorar los datos positivos de crecimiento del empleo y dinamización económica que deberían llenarnos de alegría. No pueden dirigir el gobierno insular quienes no participan de la satisfacción general al comprobar que la isla avanza y además está defendida ante quienes la intentan frenar o excluir. Gran Canaria debe ser la referencia preferente de quienes somos servidores públicos y debería ser también de quienes son inversores o trabajadores en esta tierra, porque una traición hoy es una debilidad para los próximos años.
Tengo la satisfacción de estar a la cabeza de un gobierno que no se arruga cuando tiene que decir NO a iniciativas que ponen en riesgo el modelo de futuro que defendemos para Gran Canaria. Cuando nos agreden, desde fuera y desde dentro, los que no aceptan la soberanía de la política y las instituciones. Frente a esta posición injusta estamos decididos desde el Cabildo de Gran Canaria a dar voz, a liderar el bloque del progreso, de la innovación, del orgullo de pertenecer a una sociedad esforzada y trabajadora como la grancanaria. Sociedad de transformación frente al bloque del pesimismo; sociedad de la dignidad frente a la sumisión; sociedad del optimismo frente a los agoreros de dentro y de fuera; sociedad cohesionada frente a quienes nos desean divididos y enfrentados. Debemos saber que ha terminado el tiempo en que en esta isla había silencio cómplice. La sociedad grancanaria debe tener muy claro que cuenta con un Cabildo que no va a retroceder un centímetro en la defensa de lo que pertenece a Gran Canaria, sabiendo que si lo explicamos contribuimos a una Canarias más solidaria.
Hay políticas centrales que definen este periodo. Decimos SÍ al desarrollo de la ecoisla, a la generalización de las energías renovables y a la soberanía energética. Decimos SÍ a la recuperación del sector primario y a la soberanía alimentaria. Decimos SÍ a un modelo de desarrollo sostenible que priorice la lucha contra el cambio climático. Decimos SÍ a la reforestación de nuestras cumbres. Decimos SÍ a una sociedad cohesionada. A crear empleo estable y a modernizar y extender el estado de Bienestar. Decimos SÍ a un turismo diversificado que garantice la atención a una demanda muy variada. Decimos SÍ a una isla unida donde todos los municipios se sientan atendidos. Decimos SÍ a una economía circular que aproveche todos nuestros recursos. Apoyamos la revitalización del comercio y la producción industrial. Decimos SÍ a innovar, investigar y colaborar con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria para desarrollar la sociedad del conocimiento. Decimos SÍ a un presupuesto expansivo e inversor que reactive nuestra economía y por tanto el empleo como ha ocurrido durante los últimos años. Decimos SÍ a políticas de igualdad de género que luchen contra la violencia machista. A la transparencia, la solidaridad y la participación ciudadana. Decimos SI a avanzar hacia una movilidad sostenible en toda la isla. Decimos SÍ a una economía azul de vanguardia. Decimos SÍ a la industria audiovisual y de contenidos digitales.
Tenemos la satisfacción de coincidir con las prioridades que expresan los sectores más dinámicos de la sociedad. Las sociedades que progresan son las que afrontan las urgencias con optimismo, voluntad de cambio y persistencia en los objetivos. Ese es el estilo que hemos querido imprimir a nuestra acción de gobierno, huyendo del negativismo destructor.
En este proyecto es fundamental el apoyo, la conciencia y la implicación de nuestra gente porque no es un proyecto de tecnócratas o de buscadores de negocios. Y como en todas las grandes conquistas de nuestra sociedad necesitamos desarrollar el sentimiento de identificación y pertenencia a la isla. Las ideas solas no mueven grandes procesos de cambio y Gran Canaria está comprometida en una de esas apuestas que la han hecho ser pionera.
Pero también debemos ser claros. Nuestras políticas suponen decir NO a la sumisión a poderes económicos o políticos que no piensan en el interés general. Suponen decir NO a la instalación de regasificadoras que nos hagan retroceder décadas en la lucha contra el cambio climático. Suponen decir NO al crecimiento descontrolado que hipoteque nuestro territorio y nuestro paisaje. Suponen decir NO a la precarización laboral que empobrece a miles de trabajadoras y trabajadores. Suponen decir NO a la reducción de inversiones en las políticas sociales fundamentales como la sanidad, la educación o la dependencia. Al deterioro de los servicios públicos. Suponen decir NO al insularismo que desvertebra nuestra sociedad. A perpetuar un régimen que propicia desequilibrios alarmantes y un déficit democrático desde el consentimiento de unos pocos empresarios, algunos medios de comunicación y partidos muletillas. Suponen decir NO a quienes fían el futuro de nuestra tierra a que nos convirtamos en paraísos fiscales o en base de la OTAN.
Les aseguro que este compromiso lo estamos viviendo con pasión. Y noto que este sentimiento de ilusión es creciente en sectores importantes de nuestra sociedad. Muchas organizaciones y personas me transmiten su percepción de que vivimos un tiempo de transformaciones que permitirán a nuestros descendientes seguir viviendo con dignidad en la isla en la que nacieron. La concesión reciente al Cabildo de Gran Canaria de la Medalla de Oro de la Cámara de Comercio, que representa a más de cincuenta y seis mil pymes, atestigua que esta sintonía está extendiéndose y es clave para afianzar el cambio que deseamos.
Estamos ante un proyecto común que convoca a todas y todos quienes se sienten grancanarias y grancanarios. Es momento de volcarnos en favor del progreso de Gran Canaria que es tanto como contribuir a una isla cohesionada en lo social, con preferencia por el equilibrio medioambiental y consciente del liderazgo que debe seguir desempeñando en una Canarias equilibrada. Las oportunidades en la vida personal y social no podemos dejarlas pasar. Estoy convencido de que de nuevo Gran Canaria ganará todos los retos a los que se enfrenta en la próxima década por la tenacidad, la innovación y la rebeldía de la mayoría de nuestra gente. El Cabildo de Gran Canaria, como en las grandes ocasiones, quiere estar a su altura.