Un faro que alumbra futuro
Después de una larga singladura, el Faro de Maspalomas vuelve a alumbrarnos. El pasado jueves día 7 de febrero de 2019, convertido en Centro Etnográfico, volvió a abrir sus puertas a los hombres y mujeres de esta isla y a los millones de personas que nos visitan. La reapertura del Faro de Maspalomas, diez años después de estar cerrado a cal y canto, es sin duda un motivo de profunda alegría. Por eso ese día el acto de inauguración tuvo todos los componentes de una fiesta. El Faro es un Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento Histórico que enriquece los enormes atractivos que tiene Gran Canaria y la zona turística de San Bartolomé de Tirajana, pero también es un símbolo. Es uno de los iconos de Gran Canaria, e igual que cuando llegamos a la cumbre nos identificamos con el Nublo, cuando nos acercamos al sur, el Faro nos guía y alumbra unas playas hermosas, unas dunas acogedoras, un oasis entrañable.
Con la apertura del Centro Etnográfico del Faro de Maspalomas tenemos la sensación del corredor de fondo que no termina de creerse que ha llegado a la meta. Hemos tenido que superar cien dificultades. Pero una vez más comprobamos que la tenacidad, la convicción y el amor a nuestro patrimonio, remueven dificultades y consiguen poner en pie un edificio que a partir de ahora volverá a llenar de orgullo a todos los habitantes de Gran Canaria y contribuirá a revalorizar el entorno.
Estamos ante uno de los monumentos más destacados de la isla y el más importante del sur de Gran Canaria. Una joya de la ingeniería y la arquitectura en uno de los parajes naturales más atractivos de Canarias. Ha sido, además, testigo y escenario de acontecimientos históricos de trascendencia mundial. El Faro nos anima a volver la mirada hacia el paisaje de las dunas que están en proceso de recuperación y al parque Tony Gallardo ya recuperado por una actuación que también impulsa el Cabildo de Gran Canaria.
El Faro, convertido en referencia para el turismo europeo junto a las urbanizaciones del gran proyecto Maspalomas Costa Canaria, ha guiado a navegantes y hoy a millares de personas de distintas nacionalidades y culturas. Y nada más adecuado para este centro de atracción turística que las instalaciones que acabamos de inaugurar porque aportan una oferta de ocio a nuestros visitantes y, al tiempo son un escaparate para nuestros productos, nuestra cultura y los paisajes insulares.
El Faro de Maspalomas fue concebido por el ingeniero Juan León y Castillo como un armonioso y luminoso conjunto, constituido por dos cuerpos principales, la casa del torrero y la torre. La vivienda, de planta rectangular, imita la estructura tradicional del patio canario, con un gran recinto de cuatro fachadas inspiradas en la moda de la arquitectura de finales del siglo XIX.
La idea de construir un faro en Maspalomas tiene su origen en 1861 pero, como casi todo en esta isla cuando dependíamos de la provincia única, se retrasaría su materialización hasta 1884, cuando se encarga a su promotor la redacción del proyecto. Las obras duraron cinco años y por fin nuestro faro iluminó el Atlántico en la noche del 1 de febrero de 1890. Está a punto de cumplir 130 años y es, sin duda, el abuelo más antiguo de nuestras costas, aunque hubo quien intentó evitar la mejora de la navegación en el entorno de Gran Canaria, marginándola del primer Plan de Alumbrado Marítimo de Canarias de 1857. Este documento fue modificado con el Informe de la Comisión de Faros titulado ‘Complemento del alumbrado marítimo de las Islas Canarias’, en el que se propone, junto a otros nuevos faros, “uno de Primer orden, de luz fija o centelleante, en la Punta de Maspalomas, al Sur de Gran Canaria”.
Todo comenzó a cambiar en Gran Canaria con la construcción del puerto de refugio de La Luz, una obra a la que se sumó el lazareto de Gando y el faro en la punta más meridional de la isla, nuestro Faro de Maspalomas. Una infraestructura de indiscutible importancia en la navegación que dio a todo el Archipiélago “una supremacía que no han podido disputarle la Madera, ni Cabo Verde”, según destacó el historiador Agustín Millares Torres.
Fernando León y Castillo, nacido en Gran Canaria y uno de los más importantes políticos canarios, afirmó que este Faro sería la base de la grandeza material del archipiélago, pero para ello era necesario mejorar las condiciones de navegación, con la construcción de infraestructuras que la facilitaran.
La elección de su ubicación no fue caprichosa y los hermanos León y Castillo seleccionaron un espacio próximo a la ‘Boca del Río’, en la desembocadura del barranco de Maspalomas, un lugar libre de dunas y con una elevación superior a 2 metros sobre el nivel máximo de la marea alta. En aquel tiempo era un territorio de salvaje belleza, a la vez que ofrecía sorprendentes paisajes para hacer agradable la estancia de los torreros.
Ya advertía León y Castillo que se convertiría en una construcción monumental con una espectacular torre cilíndrica de 60 metros de alto, de cantería gris azulada para sostener la linterna más al sur de Europa. Por ello diseñó un conjunto armónico y artístico entre la torre y la casa. Esa figura estilizada sobre el paisaje único de Maspalomas, con el mar de dunas sobre el océano, junto a sus atardeceres de belleza indescriptible hace que probablemente sea el faro más fotografiado en redes sociales.
Más de una década después ha vuelto a abrir sus puertas el faro más popular de cuantos hay en Canarias. Es un emblema que debemos conservar, apreciar y transmitir a nuestros hijos de generación en generación. Se trata de uno de los faros más antiguos que se mantienen en funcionamiento, de ahí que sea el edificio civil de mayor importancia histórica y monumental desde Telde hacia el Sur. Es la imagen de la marca Maspalomas Costa Canaria como destino turístico reconocido por la Organización Mundial del Turismo. Todas estas características justifican la alegría que se vivió la noche de su apertura.
Este vigía ha sido testigo del atractivo científico que atrajo a David Bannerman en 1910, del concurso internacional de ideas que originó la llegada de los turistas y la conversión de la zona en lugar de vacaciones. Asimismo, ha sido escenario de películas como Tirma, Moby Dick, La estrella de África, Cuando los dinosaurios dominaban la tierra y hasta un musical protagonizado por Cliff Richard y The Shadows.
Junto a este Faro también convivió la tecnología espacial más avanzada con las antenas de los proyectos Mercury, Gemini y Apollo para dar lugar a la expedición lunar que supuso un gran paso para la humanidad y que este año celebra su 50 aniversario. Y 500 años antes fue Cristóbal Colón -en su cuarto viaje-, quien anduvo por los alrededores y citó a Maspalomas en su diario.
Hoy recordamos y reivindicamos un pasado digno de ser contado, con unas instalaciones restauradas por el Cabildo de Gran Canaria que miran al futuro de la promoción de nuestra isla, en el lugar donde nuestros visitantes se dan cita y donde ahora podremos ofrecerles lo más original y creativo de nuestra historia y de nuestro presente. El Faro de Maspalomas vuelve a estar a disposición de toda la ciudadanía. Fue concebido como un espacio de desarrollo para Gran Canaria; hoy, la unión de nuestra rica historia y el futuro esperanzador que perseguimos para Gran Canaria. El Faro debe servirnos para guiar ese empeño en alcanzarlo. Para navegar con ese objetivo alumbrados por su suave luz.