Ángela Glezal expone sus pinturas libertarias de ‘La jaula’ en Maspalomas
El Centro Municipal de Arte Casa Saturninita, en San Fernando de Maspalomas acoge desde este viernes y hasta el próximo 29 de marzo la exposición ‘La jaula, el peso del género’, de la joven pintora palmera Ángela González Álvarez (Ángela Glezal).
Esta exposición de Glezal (Los Llanos de Aridane, 1995), se sustenta en 20 obras que combinan pinturas de pequeño, mediano y gran formato, pintura mural y escultura, que se acompañan en su recorrido con mensajes íntimos, poéticos y premeditadamente reflexivos, destinados a provocar y despertar en los espectadores una sensibilización especial sobre la desigualdad de género.
La Jaula que propone Ángela Glezal es un proyecto que ya sustanció en año 2017 como un libro-álbum de ilustraciones enriquecidas con textos analíticos y metafóricos sobre el maltrato, la violencia doméstica, los estereotipos, los micromachismos y la discriminación. En Maspalomas enseña una cuidada selección de las obras que componen ese trabajo, escogidas a propósito tras conocer la acogedora sala de exposiciones y articular su visión de conjunto como un ciclo cerrado.
La muestra es un canto de libertad, tan sencilla, limpia y transparente, pero a la vez tan rebosante de contenido elocuente, que petrifica la mirada de los espectadores ante cada pieza, ideadas para sumergir al pensamiento en un océano de dolorosa luz sobre la realidad cruel y encorsetada de la vida que camina, respira y siente con corazón femenino. Lo ejemplifican sin ningún pudor ni cortapisas su mural ‘Perdón’ y su escultura poética ‘El peso’.
Los dibujos con mensaje de Glezal, elaborados en grafito, tinta, acuarela y acrílico sobre papel, se caracterizan por el uso medido y estratégico de la simplicidad como forma expresiva para ideas de mayor calado y amplio recorrido. La preponderancia explosiva de la mancha y de los trazos en negro sobre fondo blanco y el uso meramente circunstancial del color son una herramienta técnica envolvente que la artista palmera utiliza de forma simbólica para dar visibilidad a su mensaje de cambio social.
“Con este tratamiento característico de la línea y los claroscuros, donde juego con su grosor y sus terminaciones dando una identidad a cada ilustración, el objetivo es expresar una rebelión reflexiva colectiva y representar de una forma más profunda la sensación de agobio y cautiverio que supone estar enjauladas en la delicadeza y la suavidad que la sociedad nos presupone a las mujeres”, afirma.
Con títulos tan insurgentes como ‘Esto no es un sujetador, es una jaula’, o ‘Sigo cargando mi mierda’, Ángela Glezal, experta en diseño gráfico, diseño artístico e ilustración, hace una autocrítica sin vendas ni hipocresías sobre la necesidad de análisis que esta sociedad tiene respecto a sus valores y libertades.