Una reforma laboral descafeinada
El próximo gobierno PSOE- Unidas Podemos ya ha avanzado una nueva reforma laboral que pretender eliminar los “aspectos más lesivos” de la catastrófica contrarreforma laboral de Mariano Rajoy del año 2012, que tanto daño hizo a la clase trabajadora canaria.
Si bien es cierto que se creó empleo, no es menos cierto que el empleo creado fue de baja calidad, abaratando salarios en un 10%, dando cancha a la patronal para no pagar las horas extraordinarias y facilitando el despido -el sumum se ha producido recientemente con la sentencia del Tribunal Supremo español que ha venido a legitimar el despido objetivo por enfermedad, incluso avalada por el criterio médico.
El avance de la nueva reforma laboral señala que ya no se podrá despedir estando enfermo, algo que a todas luces, como decimos, era del todo injusto para el trabajador o trabajadora de baja médica. Del Tribunal Supremo era de esperar, teniendo en cuenta su trayectoria última.
A partir de ahora, volverá a imponerse la llamada “ultraactividad de los convenios colectivos”, es decir, cuando un convenio agote su existencia, se renovará su vigencia hasta la firma de un nuevo convenio. Con la reforma de la derecha, si el convenio finalizaba su plazo de duración, solamente sería renovado un año más. Una vez completado dicho año sin que los agentes sociales firmaran uno nuevo en su sustitución, los y las trabajadoras afectadas se quedaban, literalmente, sin convenio, aplicándoseles directamente el Estatuto de los Trabajadores puro y duro, perdiendo los derechos económicos y sociales que habían adquirido anteriormente, teniendo que batallar en los juzgados dichos derechos aquel trabajador-a que quisiera conservarlos.
Otra novedad será la vuelta a la prevalencia del convenio sectorial al de empresa. La reforma Rajoy del 2012 tenía un objetivo claro: abaratar los costes salariales. Evidentemente, decapitando el convenio de sector, los trabajadores tendrían que negociar convenios de empresa, lo que significaba que muchos no se atrevieran a contradecir al empresario proponiendo la firma de un convenio propio. Por el miedo, ya sabemos, al despido u otras consecuencias no deseables.
¿Por qué decimos que la reforma que dará a luz el nuevo gobierno está “descafeinada”? Muy sencillo: no se toca el coste del despido. La reforma del Partido Popular abarató el despido improcedente sin causa de 45 a 33 días por año de servicio, con un máximo de 24 mensualidades. Esto no se toca en la nueva reforma. Es más, tampoco se toca la no obligación de abonar salarios de tramitación por parte del empresario en caso de despido, tanto improcedente como objetivo. Entonces, ¿de qué se sirve la reforma si el trabajador o trabajadora que quiera reclamar sus derechos va a poder ser “represaliado” siendo despedido con sólo 33 días por año? Es decir, aquel que rechiste mucho se va a la calle con 33 días y sin salarios de tramitación. Igual que con la derecha, igual que con el PP.
La socialdemocracia es lo que tiene: con una mano te quita lo que con la otra te da. Más o menos lo que hace la derecha pero con mejores formas.
La clase trabajadora consciente debe permanecer vigilante. Son tiempos de extrema derecha pero el combate contra el fascismo que ya ha llegado no puede hacernos olvidar el necesario espíritu crítico que los sectores más avanzados de la sociedad canaria y mundial deben tener también con la izquierda gobernante. Así es como de verdad progresa la humanidad.
Rubén Alemán Sánchez, abogado del Frente Sindical Obrero de Canarias (FSOC)