La Casa-Museo Tomás Morales recupera el pasado de la Villa con la exposición ‘Moya: paisajes, oficios, tradiciones y rostros’
- La muestra, impulsada por el propio equipo cultural del museo, con la colaboración de la Fedac, exhibe 60 fotografías antiguas complementadas con textos de la obra unitaria del poeta y también del escritor moyense Enrique Nácher
- La inauguración es el día 22 de diciembre, a las 12:00 horas, y permanecerá abierta al público hasta el 28 de abril de 2024
‘Moya: paisajes, oficios, tradiciones y rostros’ es un recorrido histórico por la Villa de Moya a través de 60 imágenes antiguas del pueblo pertenecientes al Archivo de Fotografía Histórica de Canarias del Fondo para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía Canaria (Fedac). La muestra se complementará con textos que hacen referencia al municipio de Moya, extraídos la obra unitaria del poeta Tomás Morales ‘Las Rosas de Hércules’, L. I y L. II (1922 y 1919) y con textos del escritor moyense Enrique Nácher, pertenecientes a su obra ‘Guanche’ (1957). Estos volúmenes forman parte de la biblioteca especializada de esta Casa-Museo, gestionada por la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria.
La exposición se inaugura el día 22 de diciembre, a las 12:00 horas, y permanecerá abierta en la sala de exposiciones temporales del museo hasta el domingo, 28 de abril de 2024 de 10:00 a 18:00 horas, con entrada gratuita.
La muestra se compone de 60 fotografías, fechadas entre 1890 hasta 1980. En ellas aparecen distintos paisajes de la Villa de Moya, desde la costa hasta la cumbre (el barrio del Roque, las plataneras de Cabo Verde, el Barranco de Moya, el Jardín de Corvo, el Barranquillo del Laurel, la Montaña de Doramas, el casco antiguo del municipio o el barrio de Fontanales); así como la antigua ermita del pueblo, la fachada de la Casa-Museo Tomás Morales o el oficio de las tejas ‘musleras’ del municipio. Destacan distintos retratos de señores realizando tejas, campesinos y artesanos, y también el proceso de realización de los tradicionales bizcochos.
Morales y Nácher escriben sobre la Villa
Las fotografías irán acompañas de una selección de nueve textos pertenecientes a la obra unitaria de Tomás Morales (1884-1921) ‘Las Rosas de Hércules’, donde el poeta, en la serie de poemas de ‘Vacaciones sentimentales’, rememora su infancia en Moya y su tierra natal en composiciones como ‘Laxitud soñolineta de la noche aldeana’, ‘Y he recordado…El breve rincón de un pueblecillo’, ‘Entonces era un niño con los bucles rizados’, ‘Por fin se terminaron aquellas vacaciones’, ‘Elogio a las campanas’…; o en poemas como ‘Tarde en la selva’, la célebre selva de Doramas, que no es más que Los Tiles de Moya.
También se incluye una selección de doce extractos de la obra ‘Guanche’ (1957), de Enrique Nácher, que fue Premio Benito Pérez Galdós de novela. La novela está ambientada a finales del siglo XX en el norte de Gran Canaria, entre Moya, Arucas y Las Palmas de Gran Canaria. Nácher nos muestra a una serie de hombres y mujeres moviéndose entre barrancos, plataneras, casas diseminadas, cumbre y costa, acercándonos a la realidad del pueblo canario. Así lo recuerda el propio autor en el siguiente texto: “Desde Moya, situada en las alturas de la costa norte, se desciende al mar por un endiablado zigzag de una estrecha carretera. Y a medida que se baja van surgiendo a los lados los estanques de agua rojiza, los platanares escalonados en las laderas, la caña dulce, los abismos de piedra y, más lejos, entre las montañas y el mar, una estrecha franja de tierra llana ocupada por el verde mate de los platanares.”
La muestra se complementará con una treintena de ediciones referentes al municipio de Moya de los fondos bibliográficos y documentales de la Casa-Museo Tomás Morales. El equipo coordinador de la propuesta destaca las siguientes ediciones: ‘Las Rosas de Hércules’, L. II y L. I (1919y 1922) de Tomás Morales; ‘Tomás Morales en su tiempo: 1884-1921’ (1984), de Manuel González Sosa; ‘Guanche’ (1957) de Enrique Nácher; ‘Don Chano Corvo: Crónica de un jardinero y su jardín’ (1999), de Jóse Miguel Alzola; ‘Historia de la Villa de Moya’ (2008), de Pedro C. Quintana Andrés y Vicente Suárez Grimón; ‘Moya literaria y fotográfica’ (2022) y un largo etcétera.
La Casa-Museo Tomás Morales, por su carácter específico de hogar natal del escritor modernista, tiene como objetivo primordial el de custodiar, defender el nombre y difundir la obra de su titular, además de guardar la palabra y memoria del poeta y de otros legados similares o complementarios, estudiarlos, divulgarlos y transmitirlos a la sociedad.
Sobre los escritores y el Premio Benito Pérez Galdós
Tomás Morales (1884-1921) es uno de los principales poetas del movimiento modernista hispánico. Su obra unitaria ‘Las Rosas de Hércules’ se forjó en la estela del simbolismo francés y bajo el signo del máximo representante del modernismo literario en lengua española, Rubén Darío (1867-1916). Su legado literario aporta una visión singular al variado panorama poético del primer cuarto del siglo XX, en el que lo mitológico y lo estético configuran un lenguaje que pretende definir radicalmente el espacio psicogeográfico que le tocó habitar.
El Premio Benito Pérez Galdós fue creado y patrocinado por el Cabildo Insular de Gran Canaria y el Patronato de la Casa de Colón (Las Palmas de Gran Canaria, 1957), se otorgó por vez primera a la novela ‘Guanche’, de Enrique Nacher. Se premiaba entonces una novela ya publicada. Enrique Nácher Hernández (1912-2002). Nacido en el moyense barrio de El Pagador, se traslada en 1918 con su familia a Valencia, ciudad en la que el autor estudiará Medicina para doctorarse, posteriormente, en Madrid.
Durante la guerra civil, ejerce como médico militar. Junto a la literatura, también se dedica a la pintura y la fotografía. Aunque desde entonces fija su residencia en Valencia, regresa de forma recurrente a Gran Canaria. En una de esas estancias, en 1957, realizó un amplio reportaje fotográfico que se recuperaría, años después, en el volumen ‘Tal como éramos’ (1995). Ha obtenido los premios Valencia de Literatura (1953), Ondas (1954), Pérez Galdós (1957), Ciudad de Sevilla (1958), Sinergia (1960) o Blasco Ibáñez (1969). También fue finalista del Premio Nacional de Narrativa de 1957.
Se da la circunstancia de que el mismo año de su fallecimiento visitaría Gran Canaria por última vez, con motivo del homenaje que se le tributó en la localidad de Bañaderos, barrio en donde se descubrió una lápida en su memoria.