María Salud Gil: “Canarias necesita 150.000 viviendas en 15 años y seguimos atrapados en la burocracia”
La crisis de la vivienda en Canarias es una realidad cada vez más preocupante. La falta de suelo disponible, la escasez de mano de obra y la excesiva burocracia han provocado que el sector de la construcción no pueda dar respuesta a una demanda creciente. En los últimos 11 años, solo se han construido 18.000 viviendas, mientras que los hogares en el archipiélago han aumentado en 50.000. Si no se actúa con urgencia, en los próximos 15 años se necesitarán 150.000 viviendas, pero el ritmo de construcción actual es alarmantemente bajo.

La presidenta de la Asociación de Constructores y Promotores de Las Palmas, María Salud Gil, señala que el principal obstáculo es la lentitud en la concesión de licencias. “Una licencia de obra puede tardar hasta 18 meses, cuando el objetivo debería ser reducirlo a 30 días. La solución pasa por permitir que los informes técnicos sean realizados por colegios profesionales o entidades homologadas, algo que ya se ha planteado en un nuevo decreto en Canarias”, explica.
Otro de los problemas que enfrenta el sector es la escasez de trabajadores cualificados. Empresas constructoras están rechazando proyectos millonarios porque no encuentran personal. “El sector de la construcción no es el de hace 50 años, pero sigue teniendo una imagen obsoleta. Se está invirtiendo en modernización, en digitalización con drones, impresoras 3D de hormigón y simulaciones en realidad virtual, pero no hay relevo generacional y los jóvenes no ven la construcción como una opción atractiva”, lamenta Gil.
Las cifras reflejan esta realidad: aunque la presencia de mujeres ha aumentado del 8% al 11%, sigue siendo un sector predominantemente masculino. Para cambiar esto, se han puesto en marcha iniciativas de formación en colegios e institutos, pero la evolución sigue siendo lenta.
Desde el sector se proponen medidas urgentes para combatir la crisis de vivienda, entre ellas la cesión de suelo municipal a la iniciativa privada, bajo un modelo de alquiler asequible con opción a compra. Un ejemplo de éxito es el del Ayuntamiento de Mogán, que ha puesto en marcha un proyecto pionero en este sentido.
Además, se insiste en la necesidad de reducir la carga fiscal sobre la vivienda, que actualmente supone el 25% del coste total. “El suelo representa un 40% del valor de una vivienda, pero la fiscalidad es otro gran lastre. Una promoción inmobiliaria paga hasta 14 impuestos diferentes antes de finalizar la obra. Es necesario que se adopten medidas que reduzcan esta carga para facilitar el acceso a la vivienda”, apunta Gil.
Canarias cuenta con una reserva de inversiones de 2.000 millones de euros, que podría destinarse a la construcción de vivienda asequible si se establecen las condiciones adecuadas. Sin embargo, los retrasos administrativos y la falta de planificación siguen siendo un obstáculo.
“Las soluciones existen, pero hay que aplicarlas sin prejuicios ideológicos. No se trata de favorecer a la iniciativa privada, sino de entender que sin colaboración público-privada no hay solución posible. El problema de la vivienda no se arregla con discursos, sino con decisiones valientes”, concluye Gil.
Las previsiones del sector no son optimistas si no se toman medidas inmediatas. A pesar del trabajo realizado para agilizar procesos y mejorar la competitividad, la falta de suelo disponible, los costes crecientes y la lentitud de la administración siguen bloqueando el desarrollo del sector. Mientras tanto, miles de canarios continúan sin poder acceder a una vivienda digna.