Antonio Morales invita a disfrutar el universo tradicional reproducido en el Cabildo
El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, ha invitado a grancanarios y turistas a disfrutar desde del universo tradicional reproducido en el escaparate de la Casa Palacio, que ha sido engalanada con los mejores trajes típicos, queseras, vasijas y aperos, además de antiguos ajuares con motivo del 50 aniversario de la declaración del Pino como Fiestas de Interés Turístico.
“No hay un rincón que no se esté preparando para el Pino, las carretas, vestuarios, las caminatas, se viven momentos de canariedad y estamos engalanando el Cabildo, como se hace en muchos rincones, para celebrar El Pino y hacer visible a la ciudadanía que Gran Canaria tiene una fiesta de alto contenido identitario. Somos por lo que fuimos, lo que hemos tejido las distintas generaciones de esta isla, un bagaje cultural que nos define como pueblo”, agregó.
La muestra ha sido coordinada por Fernando Suárez, responsable de Folclore del Cabildo de Gran Canaria, junto al diseñador Fernando Benítez, quienes han sumado su propio material a los objetos de la Fundación Nanino Díaz Cutillas para lograr el mejor atrezo para los valiosos trajes cedidos por Jorge Guzmán, estudioso de la vestimenta canaria y miembro de la Agrupación Drago y Laurel.
La Fundación atesora diversidad de objetos pertenecientes al legado familiar de Díaz Cutillas formado por los obsequios que recibió durante su trayectoria, como una tambora y unas hermosas chácaras que han sido expuestas entre otros objetos como traperas, un antiguo locero, calzado, artesanía de barro, horquetas y otros instrumentos de labranza.
Inaugurada hoy por Antonio Morales junto a la consejera de Turismo, Inés Jiménez, y el consejero de Cultura, Carlos Ruiz, la muestra permite contemplar una decena de trajes tradicionales que desde el momento en el que empezaron a ser expuestos atraparon las miradas de los viandantes.
Pueden contemplarse trajes tejidos del campesinado, con prendas muy usadas desde el siglo XVI, como la “ropilla”, un abrigo especial con mangas que se quitaban y ponían, ya fuera abrochada con cordones o botones, así como las polainas, que no faltaban en invierno.
El vestido de una maestra también integra la muestra junto a los trajes de domingo y festivos de los campesinos del siglo XVIII, cuando abundaban las faldas o enaguas listadas de telar blancas y azules por el cultivo del añil, así como las amarillas, encarnadas y azul, entre otras combinaciones.
La beca masculina atraerá las miradas, ya que se trata del vistoso abrigo característico de Gran Canaria, donde además se encontraban las mejores fábricas de sombreros, y era característico reconocer a los sombrereros de la isla por todo el archipiélago debido a esta bella prenda de lana tejida a mano.
Los vestidos de hacendados, alta burguesía y aristócratas del siglo XVIII, por su parte, eran característicos de los adinerados señores de la época, que seguían la moda española, francesa y del resto de Europa, con ricos tejidos brocados y sedas salvajes con chorreras y terciopelos para mostrar la posición social. Ya había llegado la mantilla con blonda para las mujeres y la capa para los hombres, que las lucían incluso en verano por las callejuelas.
El escaparate muestra incluso vestimenta de clara influencia goyesca y el majestuoso manto y saya de las mujeres, una doble falda cuya capa superior servía para cubrir la cabeza, digno de admirar por la espalda.
La nueva decoración del escaparate de la Casa Palacio ha sorprendido ya a alguna que otra viandante, que se ha visto retratada en una romería de hace treinta años, por lo que las imágenes trasladarán en el tiempo a más de un isleño.
Para que sea disfrutada por el máximo número de personas posible, la muestra permanecerá iluminada hasta la una de la madrugada durante todo el mes de septiembre junto a las fotografías de la balconada y la carreta de madera ataviada para la ocasión también a la entrada del Cabildo de Gran Canaria.