Elena Álamo pregona en Ayagaures las fiestas del Niño Dios y San Purruño
La primera teniente de alcalde y concejala de Cultura del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, Elena Álamo Vega, fue la designada por la comisión de fiestas de Ayagaures para realizar el pregón por la celebración de los actos del Niño Dios y San Purruño, acto que congregó en la plaza de este núcleo urbano a un considerable número de vecinos, así como visitantes que quisieron expresar su apoyo a las fiestas con su presencia.
Con un minucioso relato impregnado de mucho cariño, Elena Álamo hizo partícipes a los asistentes de su cariño por Ayagaures, haciendo un repaso a sus vivencias de pequeña en ese pago, así como de sus experiencias en la etapa adolescente, pues fue un barrio por el que transitó con frecuencia.
Sin olvidar los orígenes de su madre, natural de La Data, al inicio de Ayagaures, Álamo tuvo emocionados recuerdos para sus mejores amigas de niñez, valorando el aprendizaje personal de la etapa de su infancia en este núcleo poblacional, enriquecido con el paisaje y paisanaje alrededor de la cuenca de la presa, recordando que la añoranza de su madre por su pueblo natal la convirtió en una asidua visitante.
En un relato muy agradable al oído, no se olvidó de las historias que le contaba su padre en esa etapa de la infancia, tales como las de “la casa embrujada, el ataúd que se guardaba en una cueva, o cuando un grupo de vecinos sacó a San Purruño en procesión hasta Ayagaures de Arriba reclamando lluvias tras una sequía, dejando luego su imagen olvidada en un charco”, sin pasar por alto los altares que algunos vecinos ponían en sus casas para que el cura los bendijera a su paso, barranco arriba.
En ese repaso histórico, Elena Álamo no se olvidó de actos lúdicos como “los asaderos en casa de El rubio” o cuando le echaba de comer a los patos, acto que ahora repiten sus hijos. Dio lectura también a dos poemas, de Zebensuí López y Víctor Álamo, que hacen referencia al remanso de paz que es Ayagaures.
No pudo obviar la pregonera otros hechos históricos y personales de esa zona, antiguamente de paso entre Maspalomas y Tunte, circunstancia que propició, en una época determinada, que “Ayagaures llegase a tener hasta cinco tiendas, y en algunas de ellas se organizaban bailes”, con mención especial para las serenatas “que se usaban para enamorar y para divertirse mediante perrerías” tales como soltar los burros o cambiarlos de amarre mientras sus dueños cantaban, o el intercambio de macetas entre casas, aún cuando entre sus propietarios había un cierto grado de enemistad.
El pasado histórico como pescadores de morenas en cueva de Balito –hoy Anfi del Mar- y su arte para salarlas y secarlas fue otra de las virtudes que Elena Álamo destacó de los antiguos habitantes de Ayagaures, con una fortaleza equiparable a la que actualmente exhiben sus moradores en la lucha por sus derechos ciudadanos y el bienestar común. En este aspecto destacó la labor del colectivo vecinal, “con reconocimiento especial para algunas personas como Adolfo, Alfredo, Miguel y Ernesto”.
Tuvo una evocación de reconocimiento a la cantería de “piedra amarilla, naranja y roja, veteada de colores”, utilizada para la construcción de obras singulares, entre las que se encuentran la Basílica del Pino, en Teror, y los juzgados de San Cristóbal de La Laguna. Elena Álamo consideró con especial recuerdo la construcción de la presa “y las tres viviendas que hay enterradas en ella”, comprometiéndose en una apuesta por recuperar un inventario de las pertenencias de dichos inmuebles, documentación al parecer existente en algún organismo oficial.
En el último tramo del pregón de las fiestas en honor al Niño Dios y San Purruño, la primera teniente de alcalde de San Bartolomé de Tirajana hizo un repaso a los avances y mejoras que ha experimentado Ayagaures en los últimos años.
