El Cementerio de Tunte cumple 20 años como Bien de Interés Cultural
Este viernes 23 de diciembre de 2016 se cumplen 20 años de la publicación en el Boletín Oficial de Canarias del Decreto 286/1996 que declaró Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento al Cementerio del casco histórico de la Villa de San Bartolomé de Tirajana.
Esta declaración implicó la obtención del máximo grado de protección que otorga nuestro ordenamiento jurídico para el legado histórico y cultural, con la pretensión de proteger y conservar sus valores arquitectónicos y artísticos, consistentes, en este caso, en una representación arquitectónica de estilo neogótico ecléctico historicista, del que sus manifestaciones en Gran Canaria se remontan a finales del siglo XIX y primer tercio del XX.
La historia del monumento se remonta al año 1900, cuando el cura de Tunte, Pedro Hernández Romero, solicitó al obispo José Cueto Díaz de la Maza autorización para ampliarlo debido a su insuficiente tamaño dada la amplitud del territorio al que prestaba servicio, desde el barranco de Balos a Arguineguín y desde la cumbre a la costa. No sería hasta el 20 de enero de 1902 que el párroco recibió respuesta afirmativa del obispo, acompañada de los planos de la obra que hoy luce majestuosa en lo alto del pueblo de Tunte.
Si bien el Decreto dice que su autoría es anónima, el investigador Santiago Cazorla apunta a que estos planos pudieron ser obra de Tomás Arroyo, existiendo la posibilidad de que se refiera a Laureano Arroyo y Velasco, nombrado en 1888 Arquitecto Diocesano, el cual realizó diversas obras de carácter religioso para la Diócesis Nivariense, entre ellas la Iglesia de Santa Lucía de Tirajana, también de estilo neogótico, la de Nuestra Señora de La Luz, en el Puerto o las intervenciones que realizó en el frontis de la Catedral de Las Palmas siguiendo el diseño de Luján Pérez, entre otras.
De confirmarse su autoría, añadiría más valor, si cabe, a nuestro cementerio, pues Arroyo tuvo un papel relevante en la arquitectura grancanaria, ya que participó en la planificación urbanística del ensanche de la ciudad de Las Palmas de finales del s.XIX y en la realización de importantes obras de carácter civil y militar. Obras suyas son, por ejemplo, la Comandancia de Marina en la Plaza de la Feria o la actual Clínica de San José, en el paseo de Las Canteras.
Las obras del cementerio tuvieron la participación de los vecinos, pues se hizo necesaria por la lentitud en el acopio de los materiales para su realización. Éstas finalizaron hacia 1909, costeando el Ayuntamiento las puertas de la capilla y parte de la escultura del ángel apocalíptico que remata el frontis, encargado en París por la Corporación presidida por José Rodríguez del Toro.
No podemos finalizar estas líneas sin, al menos, mencionar otros elementos del pasado de nuestro municipio que también ostentan la declaración de Bien de Interés Cultural y de los cuales los tirajaneros debemos sentir orgullo, como son los yacimientos arqueológicos de la Necrópolis de Arteara, Los Caserones de Fataga, las tumbas de Lomo Galeón y las construcciones de El Llanillo, así como el monumento del Faro de Maspalomas, emblema de nuestro municipio.