40 años de la fundación del STEC-IC
La razón instrumental es un aspecto de la razón humana que busca transformar un medio concreto, en ocasiones hostil, empleando para ello determinadas herramientas para alcanzar unas metas máximamente deseables. Sin duda estamos en el campo pragmático de la acción, en el terreno de escoger los medios adecuados para alcanzar los fines propuestos. Cuando la razón instrumental se traslada a la vida pública, pueden surgir organizaciones de diversa índole (políticas, culturales, sindicales,…) que actúan como instrumentos de transformación social.
Hoy se conmemora el nacimiento de una organización que a lo largo de sus 40 años de existencia ha sido y es un referente sindical ineludible del profesorado y de la sociedad canaria en su conjunto. Tal y como consta en el acta del registro del Gobierno Civil de Santa Cruz de Tenerife, el 20 de diciembre de 1977, se otorga carta de naturaleza y, por tanto, se constituye el Sindicato de los Trabajadores de la Enseñanza de Canarias (STEC-IC). Tras la larga noche de la dictadura franquista, la ciudadanía deseaba ejercer sus derechos, unos derechos hurtados a los largo de 40 largos y duros años, garantías proscritas que hoy nos resultan básicas y elementales pero que, en los años inmediatamente posteriores a la muerte del dictador, resultaba problemático que se pudieran alcanzar y sobre todo ejercer. La libertad de expresión, de asociación, de reunión, el derecho a elegir democráticamente a nuestros representantes, el derecho a mejorar las condiciones laborales de los trabajadores a través de sindicatos independientes, etc., son derechos y garantías indispensables para alcanzar una sociedad civil fuerte, robusta, organizada y libre y para un Estado que, en aquel tiempo, debía democratizar unas estructuras forjadas para perpetuar el franquismo una vez muerto Franco.
Por ello, era el tiempo de las conquistas sociales que se fraguaban en las calles, en las plazas, en las fábricas, en las industrias, en los puertos y en los campos. También en los colegios. La educación pública necesitaba cambios con urgencia, ya no podía ser la correa trasmisora de los valores del Régimen, ni continuar su senda elitista en la que los hijos de los trabajadores no pasaban de los estudios primarios, ni estar al margen de los cambios sociales que se atisbaban en el horizonte más inmediato. Por eso se fundó el STEC-IC, un instrumento transformador para los nuevos tiempos, un poderoso concatenador de voluntades de cambio, un proyecto coral y colectivo, inclusivo y democrático, independiente de cualquier opción política, pero inequívocamente progresista, marcado por su carácter asambleario que lo ata de por vida a la calle y a la escuela tanto en la toma de decisiones como en la reflexión autocrítica.
A lo largo de estos años el STEC-IC ha acompañado siempre las reivindicaciones del profesorado de Canarias y de la Escuela Pública, lo atestiguan los miles de afiliados, militantes y simpatizantes que conforman su pasado y su presente, desde los fundadores hasta el último docente en inscribirse, cronológicamente hablando, en cualquiera de sus sedes, tan abiertas y franqueables hoy como siempre. Por todo ello el profesorado canario le ha otorgado siempre un lugar de honor a la hora de representarlo.
Sin duda se han cometido errores y sufrido momentos de plomo, como es natural en una trayectoria tan dilatada en el tiempo, pero su irreductible voluntad de lucha y su infatigable defensa de la educación pública, su denuncia de las políticas neoliberales que conllevan la paulatina desaparición de los servicios públicos universales y gratuitos y el consiguiente socavamiento de los fundamentos del Estado del Bienestar, son inseparables de su naturaleza y constituyen su aportación a la mejor tradición sindical y política isleña, formando parte ya de la memoria social, e incluso sentimental, del pueblo canario.
Esa vocación de universalidad de clase quedó acreditada cuando en 1994 el STEC-IC funda, conjuntamente con otras organizaciones, ese proyecto mancomunado que es Intersindical Canaria, insustituible instrumento de las clases populares que desde entonces es un protagonista central del mundo del trabajo que goza de la confianza mayoritaria de los trabajadores de un amplio número de sectores. Asimismo el STEC-IC formar parte también de la Confederación de los STES que aúna a los representantes del profesorado de todo los territorios del Estado para proteger a los profesionales de la Educación Pública allá donde se encuentren y mejorar sus condiciones laborales, siempre vulnerables, siempre expuestas a política regresiva y a recortes presupuestarios servidos en ofrenda al dios mayor de nuestros tiempos: los mercado financieros. Por último, el STEC-IC pertenece la Confederación Intersindical conjuntamente con trabajadores y trabajadoras de otros sectores que no están vinculados específicamente a la enseñanza como los ferroviarios o las administraciones públicas.
Así pues, el vigor del presente se asienta en el esplendor del pasado, mientras el futuro lo tendremos que escribir entre todos y todas porque el STEC-IC es, a la postre, simplemente una herramienta en manos de los hombres y mujeres que tenemos por vocación y profesión el noble arte de educar.