Habla canaria, el patrimonio donde nos arrullaron
Maspalomas News ofrece a sus lectores un artículo de opinión de Carmen Hernández, diputada y presidenta del grupo Nueva Canarias en el Parlamento canario
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Durante el reciente debate del estado de la nacionalidad celebrado en el Parlamento canario, el grupo político de Nueva Canarias (NC) presentó la primera de varias iniciativas, aprobada por la mayoría de la Cámara, en pos de “la defensa, promoción y estudio del español de Canarias, como variedad lingüística del español atlántico”, tal y como marca nuestro Estatuto de Autonomía en su artículo 37.7 y como igualmente reclama la Academia Canaria de la Lengua (ACL).
Debemos prestar a la lengua la atención que merece porque, en base a la palabra, construye el ser humano sus conceptos e ideas. El lenguaje nunca es inocente y plenamente objetivo, resultando incuestionable su peso en nuestras vidas y en las relaciones en comunidad.
Esa mencionada defensa del habla canaria, que nuestra organización considera un asunto de especial relevancia, comporta la necesidad de continuar avanzando en la conciencia, por parte de los canarios y canarias, de que el español que se habla en nuestro Archipiélago es tan correcto como el practicado en cualquier otra latitud, como por ejemplo el castellano.
Tal y como recoge el profesor catedrático de Lengua Española de la Universidad de La Laguna, Gonzalo Ortega, la modalidad lingüística hablada en el Archipiélago canario se inscribe en el llamado español atlántico o meridional. Nuestra variedad forma grupo común con el andaluz y con el español de América.
El seseo que se da de manera generalizada, la aspiración de la s, la pronunciación relajada de la j o de la ch. La no utilización del término vosotros, el empleo preferente del pretérito perfecto simple (yo comí en vez de yo he comido) y el empleo de guanchismos, portuguesismos, americanismos y arcaísmos son algunos de los rasgos fónicos, gramaticales y léxicos que conformar la particularidad de las hablas canarias.
La Academia Canaria de la Lengua (ACL), creada en 1999 por mandato del Parlamento -con Román Rodríguez como presidente del Gobierno de Canarias y con José Miguel Ruano como consejero de Educación, Cultura y Deportes- nació con el objetivo fundamental de “promover el estudio y descripción de la variedad canaria de la lengua española, sin olvidar la producción literaria desarrollada en el Archipiélago a lo largo de los últimos cinco siglos”.
Desde su inicio, la ACL ha venido demostrando su utilidad y su valía, por lo que entendemos que las administraciones públicas canarias deben reforzar su apoyo para fortalecer la trascendental labor que la academia realiza en este ámbito, proveyéndola de los medios materiales y humanos necesarios.
El prestigioso catedrático de Filología Española en la Universidad de la Laguna, Marcial Morera, señala en su libro En defensa del habla canaria, -una de las obras de máxima referencia en la materia-, que “la reconciliación de los canarios con su patrimonio cultural y lingüístico, su reconocimiento y asunción orgullosa, es absolutamente imprescindible para que este pueblo pueda desarrollarse libremente y sin complejos”. Esta reflexión, en la que coincidimos plenamente, vuelve a subrayar la trascendencia, no solo de abordar el tema de manera profusa, sino también de otorgar a la expresión oral la fuerza y la importancia que requiere.
La defensa y el fomento del habla canaria, que nos diferencia y nos enriquece, demanda la conciencia y la participación de todas y todos los que vivimos y amamos esta tierra, requiriendo el esfuerzo aunado de las instituciones públicas, de los maestros, de los escritores, de los periodistas, de los investigadores y de todas aquellas personas que sientan algún interés por contribuir al fomento de esta parcela de nuestra cultura.
Debemos preservar la modalidad del español que se habla en Canarias, con especial atención a su conocimiento entre la población infantil y juvenil, por lo que estimamos que la sociedad canaria, en todos sus ámbitos, debe adquirir un compromiso para dignificar y revitalizar el habla canaria y todas las variedades que se dan en cada una de las islas.
Nueva Canarias, convencida de la necesidad del impulso de una política lingüística, ha pedido en el Parlamento que el Gobierno canario refuerce el apoyo y la colaboración ofrecidos a la Academia Canaria de la Lengua. También que la Consejería de Educación trabaje para la consecución de una normativa legal que comprometa a las editoriales a la adaptación de los libros de texto, manuales académicos, etc, así como su material digital, al español de Canarias.
En este mismo sentido, hemos solicitado iniciativas para que la forma de expresión del habla canaria sea la que se utilice en la señalización de los edificios de las administraciones públicas, así como en formularios, material audiovisual y documentación administrativa en general, e igualmente en infraestructuras culturales y/o turísticas, tales como museos o cualquier otro emplazamiento con afluencia de público.
La construcción del lenguaje es un elemento vivo. Así, además de lo reseñado, resulta fundamental el fomento y la difusión de la literatura hecha en Canarias, tanto de la producción precedente como de autores y obras contemporáneas. Resulta incuestionable el refresco que suponen autores como Alexis Ravelo o Andrea Abreu, que deshacen ataduras y nos muestran que el reconocimiento de la crítica y las ventas no están reñidos con el uso literario de nuestra forma de hablar. Con obras aclamadas dentro y fuera de las Islas, no solo se expresan de manera auténtica sino que además nos brindan interesantes reflexiones sobre lo que, también, es hoy Canarias.
Otro aspecto capital y que hemos llevado a la Cámara canaria pasa por el papel de los medios de comunicación y su influencia central en la cultura popular. De ellos demandamos que contribuyan en el fomento de las hablas canarias, con especial exigencia a los dependientes de la Radio Televisión Canaria, dado su carácter público.
Porque, como hemos dicho, esta cuestión atañe al conjunto de la sociedad canaria. Con el liderazgo de las instituciones públicas, sí, pero con la participación decisiva del sector privado, por lo que debemos encontrar y animar las vías de colaboración y trabajo en común, con medidas e iniciativas como, por ejemplo, la instauración de galardones -con la participación de la ACL- que reconozcan a aquellas empresas que destaquen en la defensa y el fomento del habla canaria.
Pocas cosas, si es que existe alguna, nos distinguen tanto y nos enorgullecen tanto como nuestra forma de hablar. Ese “vocalismo fuerte” y ese “consonantismo relajado”, en palabras del imprescindible Marcial Morera, a quien volvemos para terminar: “Difícilmente se puede amar lo que no se conoce. Sólo así podremos decir que, para nosotros, no hay mejor patrimonio lingüístico que el nuestro, porque en él vimos por primera vez la luz del sol, en él nos arrullaron en nuestra infancia, en él crecimos, en él nos alimentamos y en él tenemos nuestros amigos y nuestros muertos”.