La revolución de las azoteas
El bienestar y el progreso de Gran Canaria para las próximas décadas dependen de que seamos capaces de realizar una revolución energética que se sostenga en la producción de energías limpias y en la ruptura con la dependencia de las energías contaminantes.
Desde el punto de vista energético, las Islas Canarias son 6 sistemas eléctricos aislados, uno por cada isla salvo Fuerteventura y Lanzarote que están interconectadas por un cable eléctrico submarino. Quiere decir esto que cada isla tiene que producir autónomamente toda la energía que consume, y además, al ser sistemas pequeños, impiden el aprovechamiento de economías de escala, generando mayores costes de inversión y explotación. Hasta hace poco esta producción se realizaba casi exclusivamente a través de energías fósiles.
Aunque en los últimos años se han incorporado al mix energético las renovables, lo cierto es que seguimos dependiendo mayoritariamente de combustibles fósiles. Esto genera dependencia y nos hace muy vulnerables a los cambios en el precio de petróleo, dependientes de suministradores inseguros y, por supuesto, produce mucha contaminación en forma de emisiones.
Por ese motivo la transición hacia un nuevo sistema energético basado en renovables tiene que ser el eje fundamental del nuevo modelo económico para Canarias. Este cambio reduciría drásticamente nuestra dependencia del exterior (ya que el sol, el viento, y el resto de fuentes se encuentran abundantemente en Canarias), abarataría el precio de la energía, reduciría las emisiones de C02 contribuyendo a la lucha contra el cambio climático y generaría empleo, ya que las renovables crean más empleo que las convencionales por kilovatio producido. Pero además, y tan importante como lo anterior, permitirá a la ciudadanía romper la dependencia de las grandes empresas energéticas, ya que cada casa se podrá convertir en una microcentral energética a través de la instalación de placas solares en las azoteas.
Para hacernos una idea del potencial de generación baste decir que la cantidad de energía solar que la Tierra recibe cada año empequeñece todos los demás recursos energéticos. De hecho, la superficie de la Tierra recibe cada minuto suficiente energía solar para satisfacer la demanda mundial de energía durante todo un año. A pesar de esta irrefutable realidad, durante los sucesivos gobiernos del Partido Popular se desarrolló una estrategia calculada para frenar la utilización de la energía fotovoltaica gracias al “impuesto al sol” que condenó al ostracismo a una industria puntera y de referencia a nivel mundial y nos colocó a la cola europea y mundial en la implantación de la fotovoltaica.
Y es que el autoconsumo tiene una serie de ventajas incuestionables ya que supone un coste eléctrico fijo para siempre, contribuye decisivamente a la soberanía energética -en especial en una isla como Gran Canaria- es una inversión rentable, ayuda a luchar contra el calentamiento global y contribuye a desarrollar un sistema energético distribuido con miles de pequeños productores, que es más democrático y al evitar pérdidas en el transporte de la energía es también más eficiente.
Por todos estos motivos el Cabildo de Gran Canaria, a través del Consejo Insular de la Energía, lanzó un programa de subvenciones para la instalación de placas fotovoltaicas en viviendas con una partida de 150.000 euros con el objetivo de fomentar el autoconsumo y caminar hacia un nuevo modelo que permita alcanzar la máxima soberanía energética posible a través de las renovables. La cantidad a subvencionar en cada proyecto era de 1 euro por vatio instalado, con un límite de potencia de 3.000 vatios y hemos otorgado un gran protagonismo en las mismas a la figura del instalador de baja tensión como representante para la gestión. A día de hoy podemos decir que esta subvención ya ha contribuido a la instalación de, al menos, 600 paneles solares.
Los resultados hasta ahora de las subvenciones han sido un éxito incontestable. En las dos primeras convocatorias se concedieron 218 subvenciones y en el poco tiempo que lleva la del 2020 se han concedido 10. Se han subvencionado 350 kW y en total se han instalado 595 kW. Se ha evitado la emisión de 702 toneladas de CO2 a la atmósfera. La inversión total que se ha logrado impulsar es de 1.407.000 €
Por ese motivo redoblamos nuestra apuesta por el fomento del autoconsumo. Por un lado lanzamos la tercera convocatoria para la concesión de subvenciones dirigida al fomento e implantación de energías renovables en viviendas. En este caso, nos referimos a 200.000 € para el autoconsumo de fotovoltaica en viviendas particulares y comunidades de vecinos. Además, nos adaptamos a la nueva regulación energética e incluimos en la misma la nueva modalidad de autoconsumo colectivo.
Por otro lado, este año, conscientes de la importancia del autoconsumo eléctrico y de la eficiencia energética en la gestión empresarial, también promovemos la primera convocatoria de subvenciones por un montante de 150.000 € para el fomento de instalaciones de energía solar fotovoltaica en microempresas, pequeñas empresas (hasta 50 trabajadores y 10 millones de € de facturación) así como entidades sin ánimo de lucro. Estos sectores cuentan con menores recursos y mayores dificultades para llevar a cabo inversiones como la que supone una instalación fotovoltaica y, en muchas ocasiones, carecen de tiempo para la tramitación de ayudas. Por ello es indispensable que desde el ámbito público se contribuya al autoconsumo eléctrico de estas empresas y entidades, y se facilite la tramitación de la solicitud y la concesión de estas subvenciones. Apostar por la eficiencia y la gestión energética es hacerlo por la competitividad de la empresa, pues la energía es en muchas ocasiones uno de los mayores costes empresariales.
Este es el primer gobierno del Cabildo de Gran Canaria que se implica en el fomento del autoconsumo y vamos a continuar potenciándolo en las instalaciones propias. El objetivo del Cabildo debe ser que en el 2022 no quede ni un solo espacio propio adecuado para el autoconsumo sin utilizar. Por otro lado, estamos comprometidos con impulsar el autoconsumo tanto en los hogares como en las pymes. El objetivo en este caso debe ser apostar por que en el 2030 no quede libre ninguna superficie o cubierta de la isla susceptible de ser utilizada para la fotovoltaica.
Y es que el futuro de nuestro modelo energético, y con él de nuestro modelo económico, pasa necesariamente por dar un impulso a la implantación de la energía renovable en los hogares y en las empresas junto a otras iniciativas puestas en marcha por el Gobierno insular (el proyecto Renovagua para la desalación de aguas utilizando energía renovable, GC Inteligente, red insular de cargadores para vehículos eléctricos, Pacto de los Alcaldes por el Clima y la Energía Sostenible, proyectos de parques fotovoltaicos, campañas de concienciación, etc.) para minimizar el impacto del cambio climático y avanzar hacia el modelo de ‘ecoisla’. El autoconsumo supone una democratización de la energía que revertirá positivamente en el bolsillo de las familias, de las empresas y en el medio ambiente. Una pequeña revolución energética que va a tener lugar en nuestras azoteas.