La vida sigue igual
No hemos conocido por escrito ni un solo programa de un gobierno de coalición de ningún ayuntamiento previo a los pactos, sólo hemos conocido las caras que ocuparan los asientos
Después de las elecciones municipales, insulares y autonómicas del pasado mes de mayo, estamos asistiendo a un auténtico esperpento en la política canaria, donde el “todo vale’’ se ha convertido en un lema común para la mayoría de la clase política.
Hasta ahora no se habla de proyectos ideológicos en común, no se habla de proyectos programáticos en común, no se habla de las personas, de los problemas de ciudades o islas y muchos menos se habla de los muchísimos problemas que tienen los empleados públicos en canarias (pérdida de poder adquisitivo, sobreexplotación de las plantillas por no cubrir la tasa de reposición, sobrecarga de trabajo, interinidades en fraude de ley que no se quieren consolidar para convertirlos en indefinidos, etc).
Solo se habla de pillar “cacho”, “un puestito”, el “quítate tú para ponerme yo”, anteponer los problemas personales entre políticos antes de poner por delante los intereses de la ciudadanía. Este es el esperpento que se ha vivido en Canarias estos días, y la verdad es que uno tiene una sensación de frustración e impotencia viendo que la vieja y la nueva políticas son más de los mismo y que al final una cosa es prometer y otra muy diferente es cumplir. Lo importante es “pillar cacho” y seguir otros cuatro años.
Mientras que unos piensan en buscar “el puestito”, no se está pensando en que Canarias sigue liderando los ratios de desempleo, precariedad laboral, los salarios más bajos de toda España, niveles de fraude en la contratación en la administración pública y que no se le quiere dar una solución consensuada ni a corto ni a medio plazo.
Seguimos liderando los niveles de exclusión social según los últimos informes de agencias independientes, seguimos liderando la privatización de servicios públicos para presuntamente “pillar cacho”, y parece ser que todo esto no importa pues no lo escuchamos en las conversaciones que hemos oído en estos días.
A las personas y trabajadores, en particular a los públicos, no se les tienen en cuenta. Al igual que los dependientes, desahuciados, las personas en exclusión social, los servicios públicos, la sanidad, la educación, servicios básicos, servicios de comunicación ya sean marítimamente o terrestre, todo da igual. Los importante es conservar o ganar el puesto da igual con quien lo pactes, da igual que sea azul, rojo, verde, naranja, gris, amarillo o morado.
Lo frustrante de todo esto es que las personas no hemos conocido por escrito ni un solo programa de un gobierno de coalición de ningún ayuntamiento previo a los pactos, sólo hemos conocido las caras que ocuparan los asientos.
La conclusión a la que puede llegar cualquier persona desilusionada y frustrada con una gran parte de la clase política de Canarias es que la nueva y la vieja política continúan con los mismo comportamientos y, por tanto, LA VIDA SIGUE IGUAL.