Legislar para los empresarios
¨Legislar para los empresarios”. Ésta es la solución que ha encontrado el Gobierno de Canarias para paliar los efectos de la crisis en nuestra tierra, entendiendo que la modificación de las reglas que hasta ahora han regido nuestro territorio generará una mejora de las condiciones de vida en las Islas. Nada más lejos de la realidad. Quienes mejorarán, quienes volverán a llenarse los bolsillos serán los grandes empresarios, que son los que han inspirado la Ley del Suelo resucitando los paradigmas desarrollistas que marcaron el mal llamado milagro económico de las décadas de los 70 y 80, y que transformaron por completo, a través de la especulación urbanística, el medio y el paisaje de Canarias.
Este proyecto de Ley, al que Clavijo se ha entregado en cuerpo y alma, está tocado antes de nacer. Sólo apoyan esta norma aquellos partidos que defienden los intereses de una minoría, y no es para menos porque la Ley del Suelo contribuye a consolidar mecanismos como la RIC. Se volverá, por tanto, a permitir la inversión en suelo, favoreciendo la especulación.
Podemos lleva haciendo frente a la Ley del Suelo desde hace meses, y ahora que ya ha comenzado su tramitación parlamentaria, seguiremos oponiéndonos a un texto que apuesta por ese viejo desarrollismo, y que bajo la afirmación de “querer superar la maraña normativa actual” lo que encubre realmente es una verdadera desregulación del territorio y una auténtica regresión en materia territorial.
El presidente Clavijo, con esta norma, reproduce la receta del neoliberalismo, reduciendo a la mínima expresión la legislación en materia de ordenación. Además utiliza a los municipios como excusa para debilitar el papel de las administraciones autonómica e insulares, apostando por un modelo de “proyectos empresariales” y no de “planes urbanísticos”. De hecho, una de las argumentaciones que más se utilizan para defenderla es que hay miles de millones esperando a ser invertidos, al igual que hay miles de nuevos puestos de trabajo esperando a ser creados. Sin embargo, la ciudadanía ya no cree en estas recetas milagrosas porque son las mismas que prometieron con, por ejemplo, el puerto de Granadilla o el Anillo Insular.
Además, la Ley del Suelo abre la veda del ‘vale todo’ en suelo rústico al permitir una gran serie de actividades económicas impropias de esta clase de suelo, que desvirtúan la actividad agrícola tradicional, abriendo la puerta a la desregulación del sector primario, pero también amenazando los espacios naturales protegidos de nuestra tierra.
Otra consecuencia de esta norma suicida es que comprometerá la estabilidad de las arcas públicas municipales, porque el control del planeamiento y su evaluación ambiental requerirán de la contratación de nuevos equipos técnicos en cada municipio y cabildo, multiplicando el personal de las administraciones sin analizar previamente su viabilidad, mientras que al mismo tiempo se desvirtuará el papel que tiene la COTMAC como herramienta de cohesión social.
Podemos no cree que este modelo de desarrollo económico al que nos conduce el presidente Clavijo con la Ley del Suelo. Para crecer consideramos que no hay que abrazar al desarrollismo sino dar pasos hacia la soberanía alimentaria y energética, hacia el fomento de la I+D+I, mientras al mismo tiempo blindamos nuestros espacios naturales, desarrollando corredores verdes que aseguren su conservación, y mejorando las infraestructuras turísticas que ya poseemos, sin depredar más suelo, apostando por la calidad por encima de la cantidad. En definitiva, un cambio de modelo productivo, que nos permita salir del Turismo barato de sol y playa, no incidir en él. Hacer otras políticas distintas, no repetir los mismos errores.
En manos del señor Clavijo está evitar que la Ley del Suelo produzca en Canarias un daño irreparable. En manos del señor Clavijo está apostar por la sostenibilidad de nuestra tierra, y no por la especulación y el desarrollismo. En sus manos está atender a los intereses de todos los canarios, y no sólo los de unos pocos privilegiados.