Los Autos de Reyes llevan el gran acontecimiento del Nacimiento a los rincones de Gran Canaria
Casi cada lugar tiene su propia versión, pero todas están unidas por una tradición que no muere. Los tres Reyes Magos llegan a Gran Canaria paso a paso, tras la estela de una brillante estrella que les apunta el lugar donde ha nacido Jesús, gran acontecimiento bíblico que es representado en múltiples rincones de la Isla en el conocido Auto de Reyes.
Gáldar, Agüimes, Mogán, San Lorenzo, La Aldea, Telde y otros barrios y municipios no faltan cada 5 de enero a su cita con la tradición de esta representación teatralizada en verso que relata la llegada de los Reyes Magos a Belén.
El paso de los años ha contribuido a que sean numerosas las variantes y versiones de la representación, desde las funciones donde cientos de actores y figurantes citan miles de versos a las pequeñas escenificaciones donde apenas una decena de voluntarios rinde homenaje con unas escasas estrofas al nacimiento del hijo de Dios.
El interior de las iglesias en unas ocasiones o la plaza contigua al templo en otras acoge la función más esperada por los pequeños, la Adoración de los Reyes al Niño, al que llevan oro, incienso y mirra, una costumbre que ya forma parte del acervo canario de tradición oral.
“Amigos: observad que la estrella se ha perdido. ¿Será que en esta ciudad se encuentra el recién nacido?”, pregunta Melchor a sus compañeros de viaje después de nueve días en pos de la brillante estrella “que significa que en Belén se halla nacido el Mesías prometido”.
Los versos del Auto de Reyes van desgranando el gran acontecimiento: el momento en el que sus majestades se postran ante el niño Jesús y le entregan sus regalos, todo un símbolo de la noche más mágica que viven los pequeños y comparten los mayores.
No falta Herodes en el Auto de los Reyes, la presencia sombría del hombre que busca al Mesías e interroga a los recién llegados, quienes son despachados y vuelven a encontrar la estrella brillante en el cielo, que les guía al modesto portal donde descansa el niño.
“Con toda mi fe descubro, tras un misterioso velo, que eres bajado del cielo Hijo eterno del Excelso”, exclama Baltasar, a quien sigue Gaspar “también ansioso” y ofrece su mirra al niño Jesús, mientras un ángel llegado del cielo les desea paz y muestra un camino alternativo lejos de Herodes.
Y así en muchos pueblos, barrios, municipios e islas, los grancanarios celebran que ya queda poco para ver sus regalos y finalizar, un año más, las casi tres semanas de celebración navideña sin olvidar las tradiciones de sus antepasados.