Los dorsales del fracaso y las mesas de la caridad envuelta en papel de navidad
MasNews Editorial -Que los políticos de ambos sexos pululen por los alrededores de una acción solidaria o benéfica navideña de iniciativa no institucional se ha convertido en algo habitual; hemos llegado a considerarlos como parte imprescindible de la puesta en escena del evento en cuestión.
Son la nueva aristocracia que sustituye a los propietarios de marquesados, condados y ducados, autoexpulsados de los festines circenses multitudinarios y de gala por la decencia que, en contadísimas ocasiones, ofrece la “buena cuna”.
Estamos enfadados y se nota. Nuestro estado anímico es producto de la indignación que produce ver cómo los verdaderos culpables de la “gran estafa” en la que se ha convertido España, o cada una de sus 17 autonomías y 2 provincias autónomas, siguen protagonizando titulares relacionados con la tragedia como si con ellos no fuese la cosa. Están convencidos -y eso es lo que más nos duele- que los votantes somos unos auténticos imbéciles a los que se puede seguir engañando.
La dramática situación por la que atravesamos, y las alarmantes necesidades que sufre la población, no se palían con una donación después de una glamourosa prueba deportiva o festival benéfico en torno a estas fechas; ni con cuestaciones en mesas de caridad envuelta en papel couché y luciendo banderitas en la solapa. Por no valer, ya no valen ni las asignaciones, ni las rifas, ni las oraciones; sobran, incluso, los dorsales del fracaso cuando lo que falta son los derechos, sociales y humanos.
Llegados aquí, a este angustioso punto en el que la solución se sitúa lejos del alcance de la capacidad del político, o de la política, nuestra recomendación es la de quedarse en casa para no salir en la foto; una vez allí, el siguiente paso y el más prudente, es ir pensando en la necesidad del retiro como la mejor de las salidas.