Los recortes van a por la sanidad pública y las pensiones para acabar con ellas
Editorial MasNews … aunque aquí estemos dispuestos a todo por sobrevivir
Digan lo que digan de esta no salimos, porque en un mundo globalizado el sistema ultraconservador ya no necesita de los millones de españoles ávidos de consumo descontrolado. Ya tiene recambio. Han abierto nuevos mercados donde seguir siendo unos auténticos desalmados. Tampoco precisan de trabajadores cualificados y medio bien pagados debido a que los países emergentes les proporcionan ejércitos de ellos a muchísimo menor coste, aunque aquí estemos dispuestos a todo por sobrevivir.
Lo peor es que, ahora, los que verdaderamente mandan endurecen hasta la extenuación sus pretensiones; ya no quieren a nadie que no sea fácilmente sustituible.
Sanidad pública y Seguridad Social
Las medidas del Gobierno de Rajoy respecto a la atención sanitaria y medicamentos, en vigor desde el 1 de septiembre de 2012, se reflejan en el aumento del dolor físico (recortes en medicamentos), enfermedades y muerte (listas de espera) entre los millones de pobres españoles.
Las medidas reaccionarias y corruptas en cuanto a las políticas sanitarias de gobiernos centrales y autonómicos comenzaron con las privatizaciones. Poner en manos de empresas privadas la sanidad pública y el sistema de pensiones fue objetivo prioritario.
Del resultado de esa política ultraliberal es el reciente anuncio del cierre de camas y plantas, programado para los meses de julio, agosto, septiembre, en algunos casos octubre, y en otros, con la posibilidad de prolongarse en el tiempo en los hospitales públicos de Canarias, y el “hachazo” de 8.700 millones de euros a la hucha de las pensiones, que la deja con un fondo de reserva de 25.176 millones de euros.
El ataque sobre las clases menos favorecidas, con bombas en forma de recortes, comienza a tomar tintes de verdadera guerra de exterminio.
La austeridad es el peor fracaso para la clase màs pobre de la escala social y, reduce la clase media. Sólo favorece a los ricos.
Incrementa el paro, reduce Los salarios y aumenta la desigualdad. El peor enemigo para la sociedad.