Sin limpieza, sin transporte, entre ratas y cucarachas, viven los vecinos del Matorral en el municipio turístico más importante de España
El artículo 47 de la Constitución española establece el derecho de toda persona a tener una vivienda digna, algo que los vecinos de la zona del Matorral llevan más de 20 años sin poder obtener, y cuya lucha sigue de forma incansable para poder vivir en unas mejores condiciones.
Daira Lemes, vecina de la zona afectada, lleva casi 16 años sufriendo. Tras pedir ayuda para una vivienda, la trasladaron a vivir desde la zona de Calderín hasta la del Matorral, algo de lo que se arrepiente.
“Me dijeron que estaría máximo dos años. La tuve que coger porque tengo dos hijos y tenía una gran necesidad, pero cuando vi la carretera, donde estaban y entré, quedé impactada. No la hubiese cogido si no fuese por la situación en la que me encontraba”, argumenta enfada Daira.
Las viviendas no solo son habitadas tanto por ella como por sus otros 44 vecinos; las cucarachas, ratas y demás inquilinos extras vagan por los tejados y los pisos sin que nadie pueda hacer nada para pararlos.
La propia afectada relata que hay gente que lleva más tiempo que ella luchando y que han tenido muchas promesas de que les iban a dar una vivienda, pero nunca le han dado una solución a su problema. La vecina explica que “les taparon los ojos con un terreno en la zona de El Lomo, pero que era mentira”.
En el año 2018 se asignó una partida presupuestaria de 4 millones de euros para construir viviendas en la zona, pero no se ha realizado estudio alguno desde que se publicó la información. “La única persona que he visto luchando con nosotros es Alejandro Marichal. Le agradezco que no nos haya abandonado”, comenta Lemes.
La visita que realizó Fernando Clavijo, miembro actual del Senado, reflejó la angustia de las personas que viven allí, además de comentar que esto es mejor encomendarlo al Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana.
“Los que tienen que dar el suelo y todo lo demás es el Gobierno. Solo vienen cuando hay votaciones, pero de resto no se ve a nadie. No vienen a limpiar las calles, ni a poner un parque digno para los niños, ni siquiera a destupir. Hemos hecho muchos escritos y nada. Arreglaron la carretera porque luchamos, pero ya estamos cansados”, critica la afectada.
Las necesidades no solo son habitacionales. La falta de transporte público es otro gran problema del lugar, ya que deben desplazarse caminando, aquellas personas que no poseen vehículo, durante varios kilómetros para ir a comprar, al médico, a trabajar o a clase.
“Las personas se levantan a las 5 de la mañana para ir a trabajar. Yo he tenido que llevar a mi hijo a las 3 de la mañana a urgencias y que ni los taxis lleguen a esta zona. Al final he tenido que preguntarle a un vecino si me puede llevar”, exclama Lemes.
Algunos habitantes del lugar han podido reformar parte de sus viviendas, pero se han encontrado con la problemática de que los terrenos de alrededor son privados, algo que crea crispación entre los que viven allí, ya que no pueden mejorar sus viviendas por este motivo.
Según Daira Lemes, nadie del Grupo de Gobierno ha contestado a sus escritos. Ni PSOE ni NC; además, añade que “no he visto al Partido Socialista aquí en mi vida, ¿nos tienen miedo? Porque parece que sí, y nosotros solo estamos luchando por una vivienda digna”.
La lucha continua en la zona del Matorral. La zona, que parece olvidada, se está convirtiendo en una olla a presión que, si no se evita, terminará estallando por la falta de ayudas e inversiones por parte de las administraciones correspondientes.