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Transparencia o teatro: el proceso selectivo de San Bartolomé de Tirajana sigue oliendo a favoritismo

En la política local, donde el amiguismo parece un derecho adquirido, hay episodios que no sorprenden, pero sí indignan. La publicación de la lista provisional de admitidos y excluidos en el proceso selectivo del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, lejos de reforzar la confianza ciudadana, ha servido para alimentar una sospecha recurrente: ¿es la selección de personal un trámite basado en el mérito o un reparto encubierto de puestos estratégicos entre los de siempre?

El listado, publicado el 20 de enero en el Boletín Oficial de la Provincia de Las Palmas, nos ofrece la que parece ser la nueva entrega de una serie conocida: “Casualidades que no lo son”. Entre los admitidos figuran dos nombres que resultan, cuanto menos, llamativos: Juan José Ramos López y Eva Lucía Araña López, ambos vinculados al partido en el poder. Lo curioso no es que se presenten —nadie les niega su derecho—, sino que lo hagan en un proceso organizado por una administración donde su partido, PP-AV, ostenta el gobierno municipal. La situación, por supuesto, ha desatado el escepticismo ciudadano.

Porque, aunque no haya pruebas de trato de favor, la historia política de este país nos ha enseñado que las coincidencias en política suelen ser tan casuales como una obra de teatro con final predecible. No hace falta que un juez dicte sentencia para que los ciudadanos, curtidos en decepciones, desconfíen. Y si a esto le sumamos que Eva Lucía Araña es hija de un histórico del PP en Santa Lucía, el guion parece escrito a medida.

Un tribunal digno de los Premios Nobel (o de un cortafuegos político)
La desconfianza aumentó con la publicación de la composición del tribunal evaluador. Un simple proceso selectivo municipal contará con la supervisión de un magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, un letrado del Consejo Consultivo y otros altos cargos del Gobierno de Canarias. Si esto no es un montaje institucional para blindar el proceso, entonces no sabemos lo que es.

La pregunta es inevitable: ¿quién necesita un comité de jueces de élite para evaluar a unos aspirantes municipales? ¿No será esta la forma más evidente de intentar acallar las críticas antes de que se disparen las denuncias?

Porque si realmente este proceso fuera impoluto, bastaría con un tribunal técnico como en cualquier otro ayuntamiento de España. Pero no, aquí han decidido poner los focos de un teatro de gran producción para deslumbrar y desviar la atención. La escenografía está cuidada al detalle, con un mensaje implícito: “miren qué transparente es todo”. Pero cuando hay que recalcar tanto la pulcritud de un proceso, generalmente es porque no es tan limpio como parece.

El escepticismo ciudadano, un mal crónico
En cualquier municipio serio, con una administración mínimamente preocupada por la confianza pública, la selección de personal no debería generar controversia. Sin embargo, en San Bartolomé de Tirajana, las alarmas se disparan cada vez que se abre una oposición. Y no porque los vecinos sean malpensados por naturaleza, sino porque la política local se ha ganado, a pulso, su reputación de enchufismo y puertas giratorias.

El problema de fondo no es solo la posible llegada de dos miembros del PP a puestos municipales. Es la percepción de que el sistema sigue diseñado para favorecer a los de siempre. No importa cuántos filtros se pongan, ni cuán elevado sea el tribunal. Si en la mente del ciudadano medio la conclusión es que estos procesos están amañados, es porque el historial político ha dado demasiadas razones para pensarlo.

A día de hoy, no hay denuncias formales sobre este proceso, pero no hacen falta. El juicio ya se ha dictado en las calles, en los bares y en las redes sociales. Y el veredicto es claro: nadie cree en la imparcialidad de este sistema.

En lugar de garantizar la confianza ciudadana, el Ayuntamiento ha optado por el camino del exceso teatral. Y como en todo espectáculo grandilocuente, la pregunta final es la misma: ¿a quién quieren engañar?

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Comentarios: 1

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  1. Excelente artículo que refleja lo que es una realidad en nuestro país y en todas las administraciones.
    En política no solo se debe de ser decente, si no también parecerlo.
    Y huele todo a podrido, muchas personas se dedican a la política no para favorecer a los ciudadanos si no para favorecerse a sí mismos.
    Puertas giratorias, creación de puestos en la Administración Pública que no sirven para nada… y todo con el dinero que pagamos con nuestros impuestos y que se despilfarran alegremente en intereses personales y no colectivos.
    Lo dicho, excelente artículo que refleja la realidad de todo lo que los ciudadanos estamos soportando.