“¡Ya es primavera, en El Corte Inglés!”
ANGED, que integra a grupos como El Corte Inglés, Ikea, Cortefiel, C&A, Carrefour, Mercadona, Alcampo y Leroy Merlin, entre otros, quiere: “Eliminar una paga extra, congelar primero y hacer desaparecer después el concepto de antigüedad, el incremento de la jornada laboral al pasar de las actuales 1.770 horas anuales a 1.826,27 horas, eliminar el pago de complementos de domingos y festivos, reducir el salario hasta un 20 % y no tener trabas sindicales para abrir sus establecimientos los 365 días de año, incluyendo, sin retribución extra, Navidad y Fin de Año”
Es decir que los ínclitos Amancio Ortega, Isidoro Álvarez, Roig y demás lumbreras” de este estercolero al que llamamos “país” quieren andar, a marchas aceleradas, el camino de regreso a la esclavitud, jaleados por esos señores que ponen la mano, para llevarse un sobre lleno de negros billetes cada mes.
¿En qué considera, la familia, la dignidad o la humanidad de sus obreros o empleados para hacer este ejercicio de sadismo?
El péndulo social ha girado de forma,que el chantaje por el puesto de trabajo es irresistible.
Esta tortura, tiene como voceros esa ministra “rara” que aparece en las pantallas rezándole a la Virgen del Rocío, o esos ministros económicos impresentables, que van otorgando rebajas y amnistías a defraudadores y corruptos. Es el más cruel, contumaz y agresivo terrorismo que hemos padecido en el planeta. El sobresalto es diario y sin teatralidad alguna, buscan nuestros huesos, mondos y lirondos.
Pero no desespero, creo que el péndulo oscilará en un futuro, más temprano que tarde, y en ese momento me gustaría verle la cara – y el pescuezo- al multimillonario Ortega, a Álvarez o a Roig y decir que “Ya es primavera en El Corte Inglés“.
A nadie le pareció mal que se quitaran pagas a funcionarios y que se les bajara el sueldo porque, total, se lo merecían.Lo que no fueron capaces de pensar,era que con eso se levantaba oficialmente la veda y que a continuación iban ellos.
Otros que se creían, que a ellos no les iba a tocar
José Antonio Cabrera Martínez, periodista