Más de 240 personas serán vigías y defensoras de Gran Canaria contra los incendios
- El 98 % de los incendios son por negligencias
- Da lugar a un proceso judicial que arruina la vida del imprudente
- Tras los incendios, la Fiscalía de Medio Ambiente solicita el coste de la activación del operativo para cargarlo a la persona culpable
- El Cabildo inicia la compra de 25 vehículos por 1,2 millones de euros
- El operativo se mantendrá hasta el 30 de octubre
- Quemas de rastrojos, uso de maquinaria, tendidos eléctricos y fuegos artificiales, las principales causas de fuego
- Gran Canaria tiene 64.500 hectáreas incluidas en las Zonas de Alto Riesgo de sufrir los estragos del fuego (ZARI)
Un total de 242 profesionales serán vigías y defensoras de Gran Canaria durante la campaña contra incendios de este verano para tratar de evitar que acontezca un nuevo verano negro en la isla, que vio arder 9.850 hectáreas el pasado año, si bien lo más importante será que la población evite la primera chispa porque sin ella no hay incendio, pero los investigadores han detectado una grave falta de percepción del riesgo.
Así lo afirmó hoy el presidente del Cabildo, Antonio Morales, junto a la consejera de Medio Ambiente, Inés Jiménez, el jefe de Emergencias, Federico Grillo, y el coordinador de la BIIF, Juan Carlos Santana, quienes presentaron la campaña de verano con el objetivo de que la población se mantenga consciente en todo momento del riesgo y no solo los meses siguientes a un gran incendio forestal.
El despliegue orquestado por el Cabildo dota a Gran Canaria de una mirada panorámica para detectar conatos que no cerrará nunca sus ojos gracias a la presencia de 30 vigilantes en las seis torres dispuestas en Aríñez, El Pleito, Pico de la Gorra, Hierbahuerto, La Sándara y Pinos de Gáldar, enclaves estratégicos de la geografía insular para la detección de humos.
Y es que el fuego es un enemigo que acecha constantemente y especialmente en verano, cuando exige redoblar los esfuerzos porque Gran Canaria cuenta con nada menos que 64.500 hectáreas dentro de las Zonas de Alto Riesgo de Incendios Forestales (ZARI), por lo que el Cabildo ha sumado un director de extinción de incendios y tres técnicos de apoyo al reto de proteger un territorio, pero es una responsabilidad compartida en la que la población no rural presenta una mayor falta de percepción del riesgo, pues su primera residencia se encuentra en zonas urbanas y al acudir al campo los fines de semana, tenga o no segunda residencia, prosigue en verano con la misma dinámica sin percibir que las condiciones de riesgo convierten su actividad, sea soldar o hacer una barbacoa, en fatal.
Prohibiciones
Por todo, entre el 1 de julio y el 30 de septiembre quedan expresamente prohibidas las quemas de rastrojos, las barbacoas portátiles en áreas recreativas, de acampadas y albergues del Cabildo, también los fuegos artificiales en zonas forestales y próximas.
En el caso de alerta por riesgo de incendio, las prohibiciones en áreas forestales se amplían al uso de maquinaria que genere deflagraciones o chispas como radiales, motosierras, soldadoras o desbrozadoras, así como al carboneo y al uso del fuego en la apicultura, si bien en todo el periodo estival debe hacerse un uso limitado y con todas las medidas de seguridad necesarias, sobre todo en días calurosos y secos.
Y es que la mayoría de los fuegos son controlados antes de que pase de conato a incendio, pero las condiciones de calor y sequedad más el estado del terreno hacen que un único fuego arrase con miles de hectáreas. Este año ha habido nueve fuegos y el de Tasarte arrasó por sí mismo 958 hectáreas, la mitad de ellas en la Reserva de Inagua. El pasado año se produjeron 31 fuegos -23 conatos y 8 incendios- y las hectáreas fueron 9.850, la mayoría en los cuatro incendios del verano y transcurrieron por terrenos abandonados y colmados de combustible vegetal.
Por eso es necesario que la población mantenga limpias sus propiedades, eviten la primera chispa y no se confíen con que no pasará nada o que será extinguido a tiempo porque no depende solo del factor humano, se pone en peligro a los equipos sin necesidad y la consecuencia puede ser una tragedia natural y humana.
Además, la persona que comete la imprudencia “asume una responsabilidad judicial que arruina su propia vida”, subrayó Morales, quien recordó que desde el 2007 ha habido 42.000 evacuados en Canarias, una fallecida en Gran Canaria, y millones de euros en daños y en activación de los operativos, un gasto que la Justicia carga a la persona culpable. Tanto es así que poco después de los incendios, la Fiscalía de Medio Ambiente solicita al Cabildo el coste de la movilización del operativo.
“Quiero mostrar apoyo a todo el personal a esta propuesta de trabajo, incorporar a los bravo los diez meses que nos permite el marco legal, seguir defendiendo el estatuto de Bombero Forestal para nuestro personal, dar una sacudida absolutamente necesaria a la administración para agilizar los pagos de localización y trabajos extras realizados pues muchas veces se dilatan el procedimiento, hay que reconocerlo públicamente”.
Inversión de 1,2 millones en 25 vehículos
Para afrontar el verano, el Cabildo por su parte suma a los 30 vigías medios humanos y materiales de distinta naturaleza para actuar cuando sea necesario que incluyen dos helicópteros con base en Artenara como eje de los equipos helitransportados (PRESAS) con 43 componentes entre pilotos, técnicos y especialistas, capataces, mecánicos.
Las brigadas terrestres engloban a noventa personas distribuidas en las unidades ubicadas en los centros de defensa contra incendios con base en Las Mesas de San Mateo y en Cruz Grande, en el municipio de San Bartolomé de Tirajana, y dotadas cada una de ellas de un vehículo todoterreno y una autobomba forestal
Este operativo insular contra los incendios forestales cuenta también con veinte profesionales para las patrullas que cubrirán la zona norte con el apoyo de cuatro vehículos ligeros que incorporan motobombas de cuatrocientos litros de capacidad.
El resto de esta barrera humana y técnica contra el fuego la componen los directores de Extinción, Planificación, Operaciones y Logística, los agentes de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales (BIIF) y del grupo de extinción (BRIEX), los gestores del centro de coordinación de incendios (Cecopin) y los responsables del avituallamiento. Se suman este año un director de extinción y tres técnicos de apoyo.
Se incorporarán en caso de necesidad importantes medios de apoyo que se integran en el operativo como es el Consorcio de Emergencias, los bomberos de sur y la capital, y las Protecciones Civiles, formadas por voluntarios a los que se les debe que la mayoría de los humos no vayan a más.
Por otra parte, el Cabildo ha iniciado la adquisición de 25 vehículos de emergencias, entre ellos autobombas, pickups, cuatro por cuatros, por un valor de 1,2 millones de euros para dotar de eficacia y seguridad a los equipos.
Concienciación
La necesidad de organización colectiva cristaliza la difusión de recomendaciones y material divulgativo, además de una campaña que se desarrollará los próximos meses con un centenar de charlas a escolares y adultos, eventos y publicaciones, además de una intensa actividad informativa a través de medios de comunicación cuyo mensaje final es único: la mejor extinción es la del fuego que no llega a producirse.