Maspalomas: “Los padres dejaban a sus hijas trabajar de camareras si era con Doña Pilar”
MasNews -Hubiese sido imperdonable que Maspalomas News no dedicase un espacio a una de las miles de extraordinarias profesionales que con su buen hacer hicieron realidad lo que ha venido a denominarse popularmente como el “motor económico de Gran Canaria”, Maspalomas Costa Canaria.
Nos estamos refiriendo a Pilar Ribas Llabinés, quien con 40 años de edad dejó su Cataluña natal demandada por los responsables directos de una incipiente industria turística que daba sus primeros pasos en San Agustín, y que estaba encabezada por el conde de la Vega Grande, Alejandro del Castillo, aristócrata receptor -o su secretaría que se encontraba en la calle General Mas de Gaminde de Las Palmas de Gran Canaria- de listas semanales con innumerables peticiones que Doña Pilar le entregaba personalmente: libretas, lapiceros, productos de limpieza e higiene personal para los trabajadores… Llegó a “exigirle” que arreglase la vivienda de una camarera y el aristócrata accedió.
A sus 94 años y haciendo alarde de una envidiable memoria, Pilar Ribas habla con orgullo de aquellos maravillosos años al frente del complejo de bungalows “Los Caracoles”, apartamentos ”Nueva Suecia” y Restaurante ”La Rotonda”. Dice que más que gobernar hacía relaciones públicas “las 24 horas del día”, porque la llegada de turistas era imprevisible y “en El Pulpo se recepcionaba todo”. Recuerda que había una luz en la calle y dos guardianes, y que la mayoría de las noches maldormía vestida en el apartamento Nº 111 para recibir y acomodar a los turistas. “Todo esto tenía sus compensaciones porque cada vez que le decía al conde que trabajaba mucho y ganaba poco…, al mes siguiente me subía el sueldo; eran otros tiempos y otro tipo de viajeros”.
Pilar Ribas fue testigo de la inauguración de los hoteles Folías y Costa Canaria. Los que la conocen en su profesión aseguran que era de las mejores de España: en 1962, el nuevo ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne, procuraba que así fuese.
A su edad, sigue hablando y escribiendo perfectamente en inglés, francés, italiano, catalán y español; “el alemán, aunque también lo hablo, nunca me gustó”. Reconoce “que creó escuela” en el sur de Gran Canaria, visitada incluso por la alta sociedad capitalina, y que fue admirada y respetada por unos y otros. Su buen hacer llegó hasta el extremo de que los padres y, sobre todo, las madres tirajaneras, no permitían a sus hijas dejar el campo e ir a trabajar de camareras excepto si era bajo las órdenes de Doña Pilar. Ella advertía que “su responsabilidad concluía de la carretera para arriba”, aunque muchas noches tomaba café con la familia de alguna subordinada después de terminar la ronda, “porque una camioneta llevaba a alguna de las chicas hasta su domicilio”.
Actualmente, Pilar Ribas Llabinés vive en la casa familiar de Las Mesas (Tamaraceite), rodeada de sus hijos, nietos y biznietos, y desde que cogió el gustillo al ordenador ha escrito varios libros: “Mi guerra”, “¿Es un ángel la muerte”, “El campo verde” y “Don Andrés”, son alguno de los títulos que se pueden adquirir en las librerías.
La profesional catalana vino por un mes hace casi 55 años, y hoy cuenta sus historias del sur a 3 nietos y 4 biznietos que nacieron aquí. Es una protagonista principal de Maspalomas Costa Canaria.
