Ponga una muñeca (o un muñeco) en su vida
La soledad es la enfermedad característica de nuestra época y, ante esta realidad, los solitarios y las solitarias de este tiempo, los divorciados y las divorciadas, los que no desean relaciones estables pero sí quieren salir de la apatía de sus vidas, de su falta de motivación, requieren soluciones prácticas y eficientes. A pesar de que hoy es fácil tener una vida social muy rica con las nuevas tecnologías y las redes, lo cierto es que todo eso forma parte de una mera apariencia, de una realidad que solo es virtual, y acabamos echando de menos el contacto real con personas de carne y hueso, con sus emociones y sus conflictos. Parece que cada vez más nos encaminamos a un mundo de ciencia ficción, pero lo que está sucediendo es tan real como la vida misma. Por eso en EEUU, en China y en Japón ya se fabrican acompañantes de silicona para ambos sexos, con los que aliviar las noches vacías y se impone la tendencia a mejorarlos año tras año y para ello ya se está en plena operación de dotarlos de inteligencia artificial, convertirlos en verdaderos robots con los que puedas sostener una conversación, porque en sus programas informáticos les han introducido mucha información sobre el comprador o la compradora, por ello saben mucho de la persona que los adquiere, así podrán ser verdaderos amigos con los que casi puedas tomar un whisky mientras ves un partido de fútbol.
En el sur de California existe una fábrica peculiar, la empresa Abyss Creations, que fabrica muñecas de tamaño natural, parece que la lista de pedidos es ya numerosa. En un reportaje de la BBC británica el fundador explica que empezó a fabricar estas muñecas en su garaje, todas siguiendo el gusto norteamericano, dotadas de unos senos muy voluminosos. Hubo una película de Berlanga, Tamaño natural, nada menos que estrenada en el año 1974, que ya planteaba con mucho éxito esta cuestión. Michel Piccoli, el protagonista, es un dentista parisino de 45 años con un matrimonio en decadencia. Michel, dentro de su creciente soledad, encuentra un maniquí del que se enamora y decide divorciarse de Isabelle, su mujer. Las personas cercanas a él asumen la realidad de diverso modo. Su madre, admite de buen grado la situación, vistiendo a la muñeca con sus trajes de cuando ella era joven mientras le habla, llegando a afirmar sarcásticamente que ya había pasado más tiempo con el maniquí que con Isabelle, con quien mantiene una mala relación. El protagonista se entregaba a la muñeca porque esta le parecía atractiva, no envejecía, no planteaba caprichos ni argumentaba dolor de cabeza a la hora de las relaciones íntimas, ni tenía depresiones ni argumentaba poco interés en el lecho. En su sinrazón escenificó una boda con ella y grabó en vídeo sus grandes momentos, pero al final sucumbía a los celos y la destruía.
Se elaboran muñecas y muñecos de acuerdo con las exigencias de los clientes, la mayor parte de los encargos son para hombres pero también la mujer se está incorporando a esta demanda. Lo que desde fuera se puede ver como una vuelta de tuerca al mundo del sexo y el deseo, para uno de los fabricantes es sobre todo arte y fuente de felicidad. Se expresa de esta manera: Asumimos que todo el mundo tiene el potencial de tener pareja, que es fácil para todos nosotros conectar con otras personas, encontrar el amor de nuestra vida, casarnos, etcétera. Sin embargo, hay personas que están muy solas, necesitan una compañía pero, por una razón u otra, no encuentran a la persona; para ellos, esta es la mejor respuesta. Las relaciones estables con muñecas sexuales salen del territorio de la ciencia ficción y se adentran cada vez más en el de la realidad. En Japón hay hombres que se casaron con ellas o las tienen como amantes, en China estas muñecas sexuales tienen mucho éxito porque, dada su política demográfica, hay pocas mujeres. En Europa existen ya prostíbulos donde solo hay muñecas sexuales, de apariencia cada vez más realista.
Pero hasta ahora no se sabía tanto sobre los muñecos masculinos. La experta en sexo Karley Sciortino, visitó la fábrica de Los Ángeles donde comenzaron a fabricarlos recientemente y probó por cuenta propia cómo es tener sexo con un objeto de estas características. Afirmó que con su muñeco no tenía que depender de la voluntad de un hombre, ella lo podía controlaba todo. Hace poco los diseñadores de estos productos comprobaron que las mujeres también requieren esa solución. Cuando lanzaron el muñeco para ellas tuvieron tantas visitas que la página se colapsó durante varios días; no se trata de algo al alcance de todo el mundo puesto que el costo aproximado es de unos 13.000 dólares, es decir unos 10.000 euros. Los fabricantes garantizan máximo realismo, texturas adecuadas, funcionalidad máxima. Y es que los clientes pueden elegir todos los elementos: color y tamaño del pelo, el cuerpo más o menos voluptuoso, la vestimenta. Y cuanto más exigente es el comprador a la hora de fijar sus apetencias, más se le cobra. De los ejemplos más singulares que recuerda, está el de un hombre que pidió una muñeca pintada de rojo y con cuernos, o el de otro cliente que solicitó una muñeca con vello por todo el cuerpo. También hubo quien encargó una muñeca con tres senos. Y algo que cada vez es más habitual es el interés por muñecas ambivalentes, es decir con cuerpo de mujer a las que también se les puede ajustar un pene. También han entrevistado a mujeres que compraron modelos vía internet, y se constata la mayor cantidad de pedidos proviene de estados republicanos como Texas, Michigan y Minnesota, es decir esa parte de la América profunda, aparentemente puritana. Compran pero no muchas quisieron confirmarlo públicamente. Cuando quiero sexo lo tengo, pero luego no da problemas, contó una de ellas sobre su muñeco, a quien evaluó como mejor que un ligue de internet. Lo que todavía desconocemos es si desde Canarias ya se han efectuado pedidos de estos traviesos y eficientes objetos. De todos modos, lo más probable es que antes o después acabarán por llegar, y hasta los veremos expuestos en los escaparates como regalo de Reyes. Y es que las ciencias adelantan que es una barbaridad. Por eso los fabricantes se defienden diciendo que no hacen vibradores ni vaginas artificiales, no crean acompañantes de goma sino que su actividad es muy seria y necesaria en nuestro tiempo.
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