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Luis León Barreto, con Heidi Medina

La “embajada cultural” canaria en Madrid: ha muerto Heidi Medina

En Madrid reside un buen grupo de creadores canarios en distintos ámbitos: las letras, las artes plásticas, el teatro, etc. La Casa de Canarias en Jovellanos 5, justo frente al Teatro de la Zarzuela, estaba instalada en el edificio en que reside la escritora Carmen Posadas. Llegó a tener unos 400 socios en su buena etapa, aunque al final se derrumbó: sus valiosos fondos pictóricos fueron subastados y la Casa fue tomada como lugar para la representación institucional del gobierno regional. Más tarde fue refundada en un local del barrio de Malasaña, pero esa es otra historia.

Estuvimos en la directiva con Sabas Martín, y nos ocupábamos de los asuntos literarios. Por aquel lugar aparecía mucha gente: Rosario Valcárcel, también Luis Arencibia, escultor y pintor teldense; Luis Alberto Hernández, pintor gomero; Antonio Puente, periodista y poeta, Fermín Higuera, poeta tinerfeño; Verónica García, poeta grancanaria, hija de García Ysábal; Andrés Delgado, el pintor de Güímar con su mujer Heidi, además de visitas de Juan Cruz y su mujer Pilar García Padilla, que figuraba en la directiva; Nicolás Melini, Jorge Rodríguez Padrón, J.J. Armas Marcelo, Justo Jorge Padrón, Fernando G. Delgado, etc, sin olvidar a Alicia R. Mederos, Montse Cano y otras amigas. En Alcalá 91, al lado del Retiro, se inauguró el Espacio Canarias, en la época de Milagros Luis Brito, Alberto Delgado y Blanca Quintero, pero fue una breve experiencia y cesó cuando se agotaron los fondos del Septenio.

En la Casa de Canarias, como responsable de la sección de Arte, organizó las exposiciones durante una larga temporada. En su obra personal describía las montañas emblemáticas de su isla, esa Montaña Roja en El Médano, ese Teide picudo de la lava y el pinar, y por eso lo embadurna de ocres, rojos, negros, verdes. Acantilados de azul, rabiosa espuma y sobre todo ello el volcán primigenio, el padre engendrador de la memoria. Miembro de la Generación de los 70, Andrés obtiene su mejor energía cuando vuelve a su isla y en ella se nutre.

Tiene una apariencia de hombre calmado, pero sus inquietudes son constantes y por razón de su trabajo viaja con frecuencia por Europa. En realidad, la más entrañable Casa de Canarias estuvo en San Millán 2, en el piso de Andrés y Heidi, al lado de la estación de metro La Latina, en las puertas del Rastro. Allí hubo presentaciones de arte y de literatura, tertulias, debates. Andrés es uno de esos insulares que se van pero nunca cortan el cordón umbilical. Además de pintor y escultor con varias obras instaladas en diversos emplazamientos de la Península es un activista cultural. Fue uno de los pilares del colectivo artístico Tres en Suma que ofrecía tres estudios a creadores de todo tipo. Participaron poetas, escritores, músicos, performers, artistas plásticos. Allí estuvieron Paco Rossique, Juan Carlos de Sancho, Román Hernández, Hugo Pitti o Magdalena Medina, entre otros. Sacaban una revista cada dos meses, y se hará un documental sobre los diez años del grupo y sus actividades. En total, por sus salas pasaron unos 300 creadores que tomaron parte en iniciativas impulsadas sin apoyo institucional.

Piedras fue el título de su penúltima propuesta en la sala ST de la capital grancanaria: esculturas y pinturas. La inspiración venía de los barrancos, los riscos, los malpaíses. Piensa que hay cientos de negros diferentes, el de la obsidiana no tiene nada que ver con otro tipo de lavas, como sucede con la de los volcanes del sur de Tenerife, de los que sale la tosca. Busca en la memoria la materia del paisaje, y la recrea. Añade: Empecé a hacer cuadros con volúmenes, muy matéricos, y eso me lanzó a la escultura. Después del bronce experimentó con el barro, y confirió a la arcilla una apariencia telúrica llevándola a los 1.300 grados; se quema y semeja piedra de volcán. Confiesa su preferencia por la materia no perdurable: Me gusta el arte efímero. No estoy buscando que sean obras eternas.

Desde que expusiera por primera vez en las islas, 1972, su obra se ha visto en Madrid, Málaga, Logroño, Pontevedra, Valencia, Cuenca, Albuquerque, Utrecht o Berlín. Sus piezas se incluyen en la Fundación CajaCanarias, el Cabildo de Gran Canaria y la Fundación Antonio Pérez de Cuenca. Con su inseparable Heidi, creó espacios de acogida, este mismo verano convocó Cocinarte, un evento en el cual artistas y escritores se reunieron en su casa de Arico, en el sur de Tenerife. Andrés sin Heidi no es Andrés, pero juntos son un vértigo. En la madrugada de este martes 22 de septiembre de 2020, nos ha dejado Heidi víctima de un cáncer. Descanse en paz.

(Blog La Literatura y la Vida)

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Source: Luis León Barreto
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