La Unidad de Enfermedades Desmielinizantes del Hospital Dr. Negrín atiende a más de 750 pacientes afectados por estas patologías
- La esclerosis múltiple, cuyo diagnóstico supone un gran impacto para el paciente dado que afecta en gran medida a población joven, es la patología más frecuente
- Las patologías desmielinizantes afectan al sistema nervioso central (encéfalo y médula espinal) y se lesiona de forma predominante la mielina (cubierta de las neuronas); además, producen daño directo sobre las neuronas y sus prolongaciones (axones)
El Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín, centro adscrito a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, realiza, a través de la Unidad de Enfermedades Desmielinizantes perteneciente al servicio de Neurología del centro hospitalario, el seguimiento de más de 750 pacientes afectados por estas patologías. Se trata de un grupo de enfermedades que afecta al sistema nervioso central (encéfalo y médula espinal) y en las que se ve afectada de forma predominante la mielina (cubierta de las neuronas). También se produce daño directo sobre las neuronas y sus prolongaciones (axones).
Aunque los especialistas destacan que el origen sigue siendo desconocido, se ha determinado que a partir de una susceptibilidad genética, pueden sumarse una serie de factores infecciosos (virus de Epstein-Barr), nutricionales, climáticos y tóxicos que derivan en la pérdida del equilibrio entre la respuesta inflamatoria y la autotolerancia, inclinando la balanza hacia la autoinmunidad, en la que el propio sistema inmune del paciente ataca al Sistema Nervioso Central al no reconocerlo como propio.
Dentro de las enfermedades desmielinizantes, la esclerosis múltiple es la patología más frecuente. No obstante, en la Unidad de Enfermedades Desmielinizantes del Hospital Dr. Negrín se atienden pacientes con diferentes patologías como son, entre otras, la neuromielitis óptica, la leucoencefalopatía por anticuerpos anti-MOG y la encefalomielitis diseminada aguda. El diagnóstico de la esclerosis múltiple supone un gran impacto para el paciente teniendo en cuenta, además, que afecta en gran medida a población joven, siendo la principal causa de discapacidad en este grupo de edad, por detrás de los accidentes de tráfico. Los avances tecnológicos que se han producido en los últimos años han permitido que se diagnostique en un estadío temprano, así como el acceso a mayor número de tratamientos modificadores del curso de la patología y tratamientos sintomáticos.
Asistencia Multidisciplinar
La complejidad de esta patología tanto en el diagnóstico como en el manejo implica la necesidad de ofrecer una asistencia multidisciplinar y centralizada en unidades altamente especializadas que permitan incrementar la calidad de la asistencia sanitaria que se ofrece a estos pacientes. La Unidad Multidisciplinar de Enfermedades Desmielinizantes está constituida por neurólogos y enfermería especializada. Además, cuenta con el apoyo de múltiples servicios como son: Radiodiagnóstico, Análisis Clínicos, Rehabilitación, Urología, Neuropsicología, y Farmacia Hospitalaria, entre otros. La unidad dispone de un teléfono de contacto en horario de mañana con acceso a enfermería y neurólogos de la Unidad que permite asistir a los pacientes tanto en aspectos médicos como administrativos.
Fármacos
La aparición del primer fármaco modificador del curso de la esclerosis múltiple en 1995 (interferón b) y el desarrollo posterior de nuevas terapias de mayor eficacia han cambiado por completo el panorama de esta patología. Actualmente, se dispone de más de 12 agentes terapéuticos que, aunque no son curativos, controlan de forma enérgica los brotes clínicos inflamatorios, así como la aparición de nuevas lesiones en las pruebas radiológicas (resonancia magnética) y, en cierta medida, la discapacidad asociada a los mismos.
Los profesionales destacan que si se compara los casos de esclerosis múltiple diagnosticados en 1990 con los diagnosticados en el período que abarcan los años 2015-2020, el porcentaje de pacientes que llega a un grado de discapacidad determinado a la edad de 40 años es significativamente menor que lo que sucedía hace 25 años. Los fármacos, y el momento en el que se empiezan a administrar los mismos, está modificando de forma positiva el pronóstico de esta patología.