Maite Candela: Se nota muchísimo la falta de turismo, los mercadillos son un reflejo de la ocupación y se ve que es baja
La pandemia ha afectado, de forma indudable, a la macroeconomía de todos los lugares. En las Islas Canarias, la falta del turismo, nuestro principal motor económico, no solo se ha podido notar en las grandes inversiones, también en los lugares más pequeños.
Maite Candela, quién preside la Asociación de Mercadillos del Sur de Gran Canaria Tamaragua, fue muy clara cuando se le preguntó por la situación que estaba sufriendo el gremio que representa: “Lo hemos pasado muy mal. Después de 18 meses sin trabajar, empezamos la actividad el 1 de octubre del año pasado y, en los niveles 1 y 2 bien. El problema empezó cuando llegamos a la fase 3, ya que había mercadillos que sí cerraban, otros no. La verdad es que fue muy confuso todo”.
Los niveles de alerta sanitaria, que variaban según las islas, castigaron a los pequeños comercios. Estos, que se encontraban en una situación más desfavorecedora, no han visto grandes cambios; de hecho, siguen con dudas y problemas por el escaso ingreso económico que reciben por sus ventas. “Hay que destacar que el sur de Gran Canaria es prácticamente turístico. De hecho, todos pensábamos que íbamos a tener una buena temporada de verano e invierno y, de repente, apareció esta nueva cepa y volvimos al principio”, comenta la señora Candela, a lo que suma: “Se nota muchísimo la falta de turismo. Los mercadillos son un reflejo de la ocupación y se ve que es baja. Con tantas restricciones es normal”.
La presidenta aplaude que los diversos organismos ayuden a nivel fiscal, ya que sería imposible pagar las tasas hoy en día. “Los ayuntamientos siguen con la misma flexibilidad. Nos han dado cierto margen hasta ahora, pero a partir del 1 de abril veremos que pasa porque, sinceramente, los encargados van a venir al mercadillo y ver que el nivel de gente está muy por debajo de la situación de antes de la pandemia”, explica la presidenta.
Maite Candela reivindica que la zona de Maspalomas está herida de muerte. Se queja de la falta de servicios básicos: “No hay bares, ni lugares para sentarse. No hay nada turístico. Para nosotros el puerto de Mogán es la mejor zona de ventas. Estamos esperando que nos cambien de ubicación, pero no sabemos cuando será”.
La presidenta destaca que ellos han pagado sus impuestos a Hacienda no trabajando y, si después de abril, además, deben de pagar mas tasas, muchos no van a poder y desaparecerán. Aunque la situación es dura, esperan poder salir adelante y que todo mejore con la llegada de turismo y, por ende, con un aumento de sus ventas.