El mar nos enseña
Hace unas semanas se clausuró la edición de 2017 de FIMAR, una propuesta participada por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, la Autoridad Portuaria de Las Palmas y el Cabildo de Gran Canaria con la colaboración de distintas organizaciones públicas y privadas. Y alcanzó un éxito extraordinario. Más de 42.000 visitantes pudieron disfrutar de un sinfín de actividades relacionadas con el mar, su gastronomía, la innovación azul o la náutica deportiva y distintas iniciativas empresariales. Es la prueba palpable de que merece la pena apostar por un evento con vocación de consolidarse tanto a nivel estatal como internacional. El Cabildo participó por segunda vez consecutiva como coorganizador de la Feria Internacional del Mar con el objetivo de contribuir a su impulso, puesto que considera la economía azul un sector estratégico con una gran potencialidad que debemos estimular y mostrar a la ciudadanía. Nos sumamos asumiendo la mitad del presupuesto necesario para su realización, contribuyendo a través de INFECAR a un mayor grado de profesionalización y poniendo a su disposición recursos humanos y materiales. Por otro lado, hemos promovido la insularización de la Feria que cuenta ahora con la participación de los municipios costeros que han querido adherirse a la iniciativa. Es bueno que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y el Cabildo estén alineados en la estrategia de mirar al mar como una fuente de riqueza y desarrollo económico, además de como un patrimonio natural de primer orden.
La economía azul (aquella que reconoce la importancia de los mares y los océanos como motores de la economía por su gran potencial para la innovación y el crecimiento, según la definición de la Comisión Europea (CE) es para el equipo de Gobierno del Cabildo de Gran Canaria un sector de enormes posibilidades y su desarrollo forma parte de la estrategia de implantación del modelo de ecoisla que defendemos. Estamos absolutamente convencidos de la importancia de nuestro mar como motor de la economía grancanaria por su “gran potencial para la innovación y el crecimiento sostenible”. Y no lo afirmamos de manera gratuita. La propia Comisión Europea estima que la economía azul representa en Europa 5,4 millones de puestos de trabajo y un valor añadido bruto de casi 500.000 millones de euros al año. Además, el análisis económico del crecimiento azul muestra que se encuentra en un proceso de cambio. Por ejemplo, el aumento de la instalación de parques eólicos offshore a escala global ha generado 150.000 puestos de trabajo. La OCDE prevé que, para el año 2030, muchas industrias marino-marítimas representarán una parte significativa de la economía mundial, tanto en términos de valor agregado como de empleo. La producción de la economía azul mundial se calcula actualmente en 1,3 billones de euros y podría duplicarse para el año 2030. Sus enormes posibilidades suponen, sin lugar a dudas, un eje clave para el desarrollo futuro de las islas ya que le proporcionan el acceso a unos recursos económicos y productivos con un amplio potencial de explotación sostenible.
La Comisión Europea ha insistido en que el Viejo Continente no debería dejar pasar esta oportunidad porque los sectores tradicionales tales como el portuario, el transporte marítimo y el turismo costero y marítimo ganarán en competitividad y sectores nuevos y en crecimiento como las energías renovables marinas, la acuicultura y la biotecnología marina pueden convertirse en factores clave para crear más puestos de trabajo, sistemas energéticos menos contaminantes y más productos y servicios. Ahora bien, también quedan retos en los que Gran Canaria debe volcar su potencial innovador como por ejemplo en el desarrollo de las energías mareomotriz y olamotriz o superar los obstáculos normativos a la acuicultura y producción de microalgas. En definitiva, nos encontramos ante una encrucijada que a buen seguro podremos afrontar con éxito si somos capaces de aprovechar el impulso de las instituciones que aportan una base sólida de conocimientos científicos y de experimentación para acometer los distintos ejes del desarrollo de las actividades basadas en la Biotecnología Marina. Tenemos mimbres para ello con el dinamismo empresarial existente y la capacidad de investigación, desarrollo tecnológico e innovación en desalación, depuración, etc, de la ULPGC (Taliarte, Banco Español de Algas, ECOAGUA, Instituto Universitario de Oceanografía y Cambio Global) o de la PLOCAN, el ITC y otras instituciones. También el sistema fiscal canario propone un marco adecuado de incentivos para el desarrollo empresarial del sector tanto en lo referente a la I+D empresarial como para todo tipo de actividades de iniciativa privada basadas en el conocimiento.
En esa línea NC ha conseguido incluir en los presupuestos del Estado para 2017 una importante partida de 4,5 millones de euros para la investigación en recursos marinos a través del Cabildo de Gran Canaria. También se está trabajando para conseguir los suelos anexos a las salinas de Arinaga para generar un gran espacio de experimentación y producción. En los últimos años, dentro de la apuesta por la Economía Azul, ha habido un importante desarrollo de la biotecnología con algas, convirtiéndolo en un sector emergente con buenas perspectivas de negocio y de futuro. Por un lado, el origen natural y el alto valor nutricional de las algas permiten su consumo humano y animal directo y su uso en las industrias nutraceútica, cosmética, farmaceútica y alimentaria. Por otro lado, la necesidad de revertir los procesos productivos contaminantes hace que las algas se estén utilizando para la elaboración de productos biodegradables (contribuyendo a alcanzar el objetivo propuesto por la Unión Europea de que el 10 % de la industria plástica sean bioplásticos), en la generación de biocombustibles o en procesos de purificación de agua, aire o gases de efecto invernadero. También se está configurando como un elemento fundamental de ayuda al desarrollo, como es el caso del cultivo de spirulina en el Sáhara Occidental.
Gran Canaria, teniendo en cuenta sus óptimas condiciones basadas en las ventajas importantes de ubicación, clima y biodiversidad, y siguiendo la estela de la Estrategia de Especialización Inteligente establecida en la Estrategia 2020 de la Unión Europea, se configura como un núcleo esencial para la apuesta por la biotecnología centrada en las algas, una alternativa económica trascendental con un potencial industrial viable y sostenible económica y medioambientalmente. La Biotecnología Marina y su amplio abanico de aplicaciones para la mejora de la sostenibilidad, la salud y la alimentación humana, significan una clara oportunidad para que esta isla, que ya dispone de unas buenas condiciones de partida, pueda convertirse en pionera en el desarrollo de este sector de la biotecnología en los ámbitos científico, productivo e industrial.
Las administraciones públicas grancanarias han creado sinergias para permitir el desarrollo de la biotecnología azul. Un ejemplo de ello es la Plataforma de Excelencia en Biotecnología de las Algas, en Gran Canaria, que busca generar conocimiento biotecnológico, desarrollar actividades de I+D+i responsables y sostenibles en el campo de las microalgas, demostrar su aplicación industrial en plantas experimentales, facilitar la salida al mercado de nuevos productos competitivos, mejorar la formación de profesionales en el sector y servir de apoyo en tareas de bioprospección, aislamiento, preservación y caracterización biotecnológica, cultivo/producción, procesado, bioeficiencia y bioactividad, analítica y certificación.
Uno de los grupos de I+D de mayor consolidación y experiencia en este campo es el Banco Español de Algas (BEA), ubicado en Taliarte. El BEA tiene como objetivo facilitar el desarrollo de la bioindustria marina en Canarias, a través del cultivo y la aplicación de macro y microalgas. Reconocido por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual desde 2005, el BEA es miembro del European Culture Collections Organisation (ECCO) y de la Word Federation for Culture Collections (WFCC). Es también Autoridad Internacional de Depósito. Y es el único banco de algas del Estado español y uno de los 6 que hay en el mundo.
El BEA dispone de un “capital biológico” que comprende más de 1.600 especies de microalgas y cianobacterias. Esta colección de cepas ofrece un gran potencial para el desarrollo de aplicaciones industriales, permitiendo a las empresas, grupos científicos e instituciones del todo el mundo acceder a recursos genéticos únicos, apenas explorados, para su aplicación en procesos biotecnológicos. La ampliación de oferta de cepas y especies nativas de la Macaronesia constituyen un valor añadido a la colección. El BEA lleva a cabo tareas de identificación molecular y taxonómica, selección y evaluación de nuevas cepas, y caracterización de sustancias bioactivas de interés comercial. Su extraordinario trabajo se ha visto amenazado por la falta de apoyo financiero. El Cabildo de Gran Canaria hizo, en el año 2016, una aportación puntual de 200.000 euros para garantizar su continuidad durante ese año. El objetivo del BEA es llegar a ser autosuficiente. Sin embargo, los sectores emergentes -y más los asociados a la actividad científica-, precisan de inversión pública durante un tiempo para poder subsistir.
Todas las fortalezas y oportunidades mencionadas anteriormente requieren de una estrategia integrada orientada a su aprovechamiento que debe estar liderada por el Cabildo de Gran Canaria como institución responsable de la promoción económica insular y apoyada en las otras entidades públicas de competencias específicas como la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Y debe descansar en un reforzamiento de las capacidades en inversión, investigación y experimentación; en la ordenación territorial y marina adecuada para aumentar las posibilidades productivas insulares; en poner en marcha un programa de cualificación de recursos humanos en los distintos ámbitos de especialización de la materia; en diseñar un itinerario de atracción de talento y en incentivar medidas de promoción económica e innovación empresarial adaptadas a la naturaleza del sector. Parafraseando a Neruda: necesitamos el mar porque nos enseña…