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Ramón Francisco González Hernández, fue el candidato de los verdes al Senado por Gran Canaria

Loa a las oteadoras, que descubrieron la colonia, de Chira hasta Soria

“La ingratitud es hija de la soberbia”

Amenaza a Gran Canaria un proyecto aterrador, aunque pintado de bueno, dicen los que lo conocieron, que su propósito no es claro, que lo que pretendía, ahora no vale, que la cuenca tan hermosa, a donde le llaman “barranco” en Arguineguín, se la va a destrozar.

Debe ser conservada, cuidada y defendida, que no se vea sometida, a días y días de explosiones, que socaven su silencio, vacíen la tierra de sus entrañas, y con eso gesten movimientos que harán temblar las montañas.

¿Quién sabe…? podría suceder, que con tanto movimiento, excavaciones y otros tormentos, se resquiebren los macizos, con ínfulas de ingrata hazaña, se desprendan lomas y montañas, se quiebre el barranco en conjunto, se explote el contenedor y el vaso, que miles de litros pondrán juntos.

Aunque presas nunca llenas, les van a nutrir de aguas sin sal.

Y que llevará por cadena la tristeza a aquel lugar.

Pues no fueron para eso, esas presas construidas, el proyecto no era “una pila”, cuestión que merece atención, para una revisión: desde la cumbre hasta el mar, allá donde llaman Pajar.

Porque es bueno no olvidar, “que toda presa” tiende a la libertad.

Y si la cosa no cuadra, como al parecer sucede, a tiempo estar de parar.

Mirar (más profundo que otear), a donde llegar sin la tierra destruir, que el pasado nos enseñe, que el presente no es el fin.

Y aunque situados en África, mar deja atrás continente. Para Europa somos allá, una región de “ultramar…” como en “el tenebroso mar” y supuestos territorios en el más allá.

Sin dudar, que “el silencio de los mochuelos” asaltó el pacto floreado del Gobierno de Canarias.

Si no me miras, te miro; tendremos que gestionar como a esa Europa llegar; que no sólo estamos “para que se bañen” los europeos en nuestro mar.

Que, si permitimos que un metro, un palmo, de la tierra siga la senda del destruir. Nos veremos abocados a un perfecto sucumbir, como isla, como pueblo, y se acabe el porvenir.

Aprovecho la misiva, cambiando de perspectiva de lo que suele sucede; ¡qué cautiva está la prensa! ahora entiendo el no leer.

Sabe el informador, comunicar es distinto, que nada es tan cansino, como respaldar en brega, siempre al mismo púgil reñido.

Buena palabra es decirles y felicitar también, a los medios y periodistas que no se prestan a los “juegos” ni al festín.

Y es que los hay de villanos; como los juegos de mano, pero de mano a mano.

¿Será por eso qué perdemos la perspectiva?

Me viene a bien recordar, entre barrancos andando… que como decía la abuela, poeta de esa de loas: “una cosa es la opinión general y otra cosa la opinión publicada” y es que esta última les sirve, para conducir cada mañana, a lo que consideran la manada.

Y claro, eso se cobra… y también se paga.

De ti depende, tú eliges.

En una barranquera al Sur de la Gran Canaria.

https://lamanoylapluma.blogspot.com/

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Source: Ramón González Hernández
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