Declarada de emergencia la reparación del desplome en la carretera GC-500 de Taurito a Mogán
El Cabildo de Gran Canaria ha declarado de emergencia la obra de reparación de la carretera de Taurito a Mogán (GC-500), tras el desprendimiento ocurrido en la madrugada del pasado martes y que obligó el cierre de la vía entre la rotonda de Taurito y Playa de Mogán.
“Desde el servicio de Obras Públicas hemos logrado que la obra sea declarada de emergencia por parte de los servicios jurídicos pues los informes técnicos determinan que hay que estabilizar la montaña antes de poder abrirla al tráfico, lo que retrasará su apertura”, lo que se suma a que determinados vehículos solo pueden usar esta vía, informaba el consejero de Obras Públicas e Infraestructuras, Ángel Víctor Torres.
La carretera de Mogán es la única conexión entre los núcleos de Taurito y Playa de Mogán para los vehículos que no pueden circular por la autopista como ciclomotores, vehículos de licencia y bicicletas, que además la utilizan mucho por tratarse de una zona de gran afluencia turística, además de las guaguas de Global y los taxis, lo que ha justificado la declaración de emergencia de la obra.
Con esta declaración de emergencia, la obra, que tiene un presupuesto de 180.000 euros, comenzará en los próximos días y no habrá que iniciar el procedimiento administrativo abierto usual, lo que retrasaría notablemente el inicio de los trabajos.
Las obras tendrán una duración aproximada de 2 meses y medio, aunque es difícil determinar con exactitud el plazo de ejecución, que podría reducirse bastante una vez que se retire el material de la vía y se conozcan los daños reales.
Solo con la valoración visual, los técnicos estiman que el material caído rondaría las 150 toneladas, aparte del material sobrepasó la carretera hacia el barranco, lo que incrementa el tonelaje.
En cualquier caso, destalló el director insular de Obras Públicas, José Francisco Duque, los daños provocados en la vía son importantes y, además de la limpieza del material desprendido, los trabajos incluyen la restitución de unos 40 metros del muro de contención de la calzada, la reposición de la barrera de seguridad, el pavimento y la cuneta de la carretera afectada.
Los informes técnicos especializados, realizados incluso por personal de escalada, determinan que hay que acometer la limpieza de la zona de la montaña que ha quedado inestable y la colocación de una malla de protección.
La malla tendrá unas dimensiones de algo más de 300 metros de ancho y alrededor de 30 metros de altura, apuntó Duque, quién descartó las grietas existentes en la montaña como el motivo del deslizamiento, que atribuyó a la erosión y el desgaste por el paso del tiempo.
Ángel Víctor Torres insistió en que la prioridad es asegurar al máximo la vía antes de que los operarios inicien los trabajos de limpieza y reparación y de su apertura al tráfico, y también hizo hincapié en que la seguridad total no existe. “Las medidas que tomamos son para paliar los riesgos de nuevos desprendimientos pero no podemos garantizar que no se produzcan en esta o en otras carreteras de la red insular debido al estado de erosión de la isla”, concluyó.