Canarias reclama al Estado adaptar el Fondo Social para el Clima a la realidad insular
El Gobierno autonómico advierte que, si no se tienen en cuenta las singularidades del Archipiélago, las Islas podrían quedar fuera de las inversiones europeas en materia climática
El Gobierno de Canarias ha reiterado la necesidad de que el Fondo Social para el Clima, impulsado por la Comisión Europea y gestionado en España por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, incluya las especificidades de los territorios insulares. La Consejería de Transición Ecológica y Energía advierte que la falta de adaptación del fondo puede dejar a Canarias fuera de las políticas climáticas europeas y de las inversiones previstas para la transición energética justa.
Canarias exige una adaptación real del Fondo Social para el Clima
El Ejecutivo autonómico ha recordado que hace meses remitió al Ministerio un informe técnico con propuestas concretas para adaptar el diseño del Fondo Social para el Clima (FSC) a la realidad canaria, sin que hasta el momento se haya recibido respuesta formal.
La viceconsejera de Transición Ecológica y Lucha contra el Cambio Climático, Julieta Schallenberg, explicó que el documento remitido “plantea medidas específicas que garanticen que la transición energética sea justa también para los territorios insulares”. Entre las peticiones, Canarias solicita flexibilidad en los criterios de aplicación del fondo y una distribución equitativa de las inversiones, adaptada a las características geográficas, sociales y económicas del Archipiélago.
Un fondo europeo clave para la transición energética
El Fondo Social para el Clima, dotado con 65.000 millones de euros a nivel europeo, está diseñado para ayudar a los Estados miembros a mitigar el impacto del nuevo régimen de comercio de emisiones (ETS II) sobre los hogares vulnerables, las pequeñas empresas y los sectores dependientes de combustibles fósiles.
Sin embargo, el documento elaborado por el Gobierno de Canarias advierte que el actual diseño del fondo no contempla la singularidad del sistema energético insular, centrando la financiación en ámbitos como la calefacción o la climatización, que no representan el principal foco de vulnerabilidad energética en el Archipiélago.
En el caso de Canarias, la vulnerabilidad energética está asociada a edificaciones con baja eficiencia, una alta dependencia del transporte fósil y una limitada diversificación energética. Por ello, el Ejecutivo solicita que los fondos se destinen principalmente a rehabilitación energética de viviendas y pymes, al apoyo de sectores estratégicos como el turismo y la agroindustria, y al impulso de nuevas soluciones de movilidad sostenible.
“Canarias no puede ser tratada como una región continental más”
Schallenberg subrayó que “si no se pone el foco en nuestras especificidades, corremos el riesgo de que Canarias quede excluida de estas políticas climáticas y no reciba inversiones del Fondo Social para el Clima”. La viceconsejera insistió en que el Archipiélago mantiene una postura constructiva y de colaboración con el Ministerio, pero reclamó “un diálogo real, con documentación, calendario y mecanismos de seguimiento”.
Asimismo, añadió que “la lucha contra el cambio climático solo será eficaz si se hace desde la cogobernanza y el respeto a las realidades de cada territorio”, insistiendo en que las políticas europeas deben reflejar las diferencias estructurales y energéticas de los territorios insulares para no profundizar en las desigualdades.
Una oportunidad para avanzar hacia una transición justa en Canarias
La Consejería de Transición Ecológica y Energía considera que la inclusión de las propuestas canarias en el diseño del fondo permitiría mejorar la eficiencia energética, reducir la dependencia exterior de combustibles fósiles y garantizar que la transición ecológica beneficie también a los hogares vulnerables del Archipiélago.
El Gobierno autonómico ha reiterado su compromiso de continuar dialogando con el Estado para asegurar que Canarias participe plenamente en este instrumento financiero europeo, cuyo impacto económico y social será clave en la próxima década.
