El Servicio Insular de Carreteras reabre la entrada a Tunte cerrada por desprendimientos
El Servicio Insular de Carreteras del Cabildo de Gran Canaria ordenó ayer martes la reapertura y restablecimiento oficial del tráfico rodado en la carretera general GC-60 de entrada al casco de la Villa de San Bartolomé de Tirajana (Tunte), después de que el vial tuviera que ser cerrado de urgencia durante el fin de semana por precaución y seguridad ante la previsión de derrumbes.
El vial fue cortado al tráfico por el Servicio Insular de Carreteras el sábado por la tarde, después de que el Servicio de Emergencias del Ayuntamiento, en situación de prealerta, detectara justo a la entrada de la Villa varios desprendimientos de piedras y barro que apuntaban a que la zona podía verse afectada por un peligro mayor.
La GC-60 permaneció clausurada durante todo el domingo, a la espera de que este lunes los expertos en el mantenimiento de carreteras del Cabildo supervisaran la zona, y escaladores especializados inspeccionaran el estado de conservación y peligrosidad del risco.
Las primeras valoraciones ratificaron el cierre de la vía y aconsejaron el derribo manual y selectivo de numerosas piedras de considerable tamaño que estaban peligrosamente a punto de caer por su propio peso, debido a la erosión y el corrimiento de los soportes terrosos por efecto de las intensas y prolongadas lluvias de la pasada borrasca.
La retirada de esos desmoronamientos y la limpieza total de la vía la acometieron los operarios del Servicio municipal de Vías y Obras del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana apoyados por un camión y un tractor municipales.
La colaboración que el Ayuntamiento solicitó de urgencia al Servicio de Carreteras del Cabildo para no ocasionar demasiados trastornos la población de Tunte y sus visitantes permitió actuar con premura, y que la carretera se reabriera nuevamente al tráfico este martes desde las 14:42 horas.
Informe, muro y reasfaltado
En relación a esta actuación, desde la Concejalía de Servicios Municipales se espera el informe que ahora deberán emitir los técnicos del Cabildo sobre el estado de seguridad del risco, y también se le ha solicitado al Servicio Insular de Carreteras que proceda a la reposición del muro lateral de contención que sirve de protección, y al reasfaltado del firme de la carretera afectada.
La zona donde se produjeron estos últimos desprendimientos está mucho más cercana al casco poblacional de la Villa, y no tienen nada que ver con el área del talud que ya fue intervenido y asegurado con una malla metálica protectora en 2013, donde se emplearon unos siete meses de obras de inyección y fijación del risco, con una inversión de casi 940.000 euros.