El Cabildo promoverá un plan de empleo juvenil para retirar los invernaderos abandonados del Sureste.
El consejero insular de Empleo, Juan Díaz, se reunió hoy con la Mancomunidad para presentar el proyecto, con el que se espera dar trabajo y formación a unos 500 jóvenes de los tres municipios de la comarca. Unos 500 jóvenes de los tres municipios del Sureste de Gran Canaria formarán parte del nuevo plan de formación en alternancia con el empleo de garantía juvenil (PFAE-GJ) promovido por el Cabildo de Gran Canaria. El consejero insular de Empleo, Juan Díaz, presentó este martes el proyecto a la alcaldesa de Ingenio, Ana Hernández, el alcalde de Santa Lucía, Santiago Rodríguez, y el alcalde de Agüimes y presidente de la Mancomunidad del Sureste, Óscar Hernández. Los PFAE-GJ son programas dirigidos a la población juvenil que no ha terminado estudios básicos y que carece de capacitación específica en una determinada profesión. Tienen como fin facilitar su inserción en el mercado laboral, supliendo sus carencias formativas con clases no retribuidas de carácter obligatorio durante el 40% de su jornada, en las que adquieren competencias clave para poder acceder a los certificados de profesionalidad o al título de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Durante el 60% del tiempo restante de la jornada, los alumnos se dedican a adquirir experiencia profesional retribuida, realizando servicios públicos de interés para el conjunto de la comunidad. En el caso concreto de este nuevo PFAE-GJ promovido por el Cabildo, los jóvenes se dedicarán a retirar los restos de los invernaderos abandonados, en la que será una de las primeras acciones comprometidas por la institución insular para avanzar en la recuperación del paisaje deteriorado en las últimas décadas por el retroceso de los cultivos. En la actualidad, el Sureste de Gran Canaria cuenta con 247 hectáreas de suelo agrícola en desuso, que constituyen un serio problema medioambiental, al albergar plásticos, mallas y residuos agrarios cuya acumulación favorece la propagación de plagas. La afección no es solo ambiental sino también turística. Estas instalaciones agrícolas en estado de abandono se sitúan en el área de servidumbre aeronáutica y son fácilmente visibles desde el aire en el momento del aterrizaje de los aviones, generando una pésima primera impresión a los visitantes que llegan a Gran Canaria.