Elecciones municipales 24M: “Uno es libre cuando pierde el miedo”
En estos días de campaña electoral he podido observar y vivir muchos acontecimientos. Pero hay uno que es de los que más me ha impactado. Solicitábamos a la ciudadanía del municipio de San Bartolomé de Tirajana que pusiese su firma para poder presentar una candidatura a las elecciones locales como Agrupación Electoral. En este municipio necesitábamos como mínimo 1.500 firmas. Una persona en concreto me dijo que sí, que no tenía problemas para firmar. Y se disponía a hacerlo, pero, cuando le dije que era necesaria la copia de su DNI, ya se negó. “¿Por qué?”, le pregunté. “Es que, si se entera el alcalde y me ve…tengo problemas y tengo hijos que mantener”.
Miedo. Mucho miedo me he encontrado estos días en nuestro municipio. Un miedo que te “obliga” a actuar a veces como no quisieras. Un miedo que atenaza, que hace enmudecer. Un miedo a perder un trabajo de miseria, de una semana, de dos o seis meses al año, de 400 ó 600 euros y sin derechos. Un miedo por ti, por tu familia. Un miedo a perder el favor de los que gobiernan (y a los quizás has votado en las pasadas elecciones), como si el vivir con dignidad fuera un favor que alguien te hace y no un derecho.
Es un miedo viejo. Porque en nuestro municipio se perpetúan estas prácticas de favoritismo, de servilismo, de meter miedo, de tenernos esclavizados por supuestos favores…, desde hace ya demasiado tiempo. Es un miedo perpetuado utilizando recursos públicos: salarios, puestos de trabajo temporales en la administración local o en empresas a las que se les ha concedido servicios públicos (limpieza viaria y de playas, etc.); utilizando amenazas mediante instrumentos públicos de control (permisos, licencias, ordenación urbana deficiente y/o ilegal…). Un miedo coordinado con otros estamentos del Estado que tendrían que estar al servicio de la comunidad. Un miedo enlatado en miserables ayudas económicas por debajo de la mesa o en oficinas habilitadas para ello sea para pagar un recibo de la luz, del agua, una compra de comida… Un miedo que utiliza la precaria situación de los inmigrantes sin papeles…
El miedo es el instrumento que ha utilizado el poder económico y político durante mucho tiempo para mantener sometida a la población. ¡Claro!, a la que se deja someter.
Pero estas elecciones son también una buena ocasión para la libertad. La libertad para no volver a votar a los que nos han utilizado para arrebatarnos nuestros derechos más fundamentales: al trabajo, a la salud, a la enseñanza, a las pensiones, a una vejez digna, a los Servicios Sociales, a las guarderías, a la participación y la democracia real, a un medio ambiente limpio. Y a los que han enriquecido a los pocos de siempre: a la banca, a las grandes empresas, a los que se han llevado el dinero de todos a los paraísos fiscales, a los que han defraudado a Hacienda, a los que no han tenido vergüenza alguna en engañar a miles de personas mayores con las preferentes, a los que no les ha importado echar de sus casas a miles y miles de familias hipotecadas por aquella ley del suelo aprobada por el gobierno de Aznar, del PP.
La libertad es un riesgo. Sí, es cierto, pero un riesgo que vale la pena correr para poder vivir nosotros y nuestros hijos una vida mínimamente digna. Los que vivimos los años previos a la muerte del dictador Franco y luchamos codo con codo con miles de trabajadores y trabajadoras para conquistar paso a paso unos convenios laborales dignos (en hostelería, en la construcción, en la aparcería, en el empaquetado de tomates, en las fábricas de tabaco, en el muelle, en las guaguas municipales, en la administración pública, en la sanidad, en la enseñanza, en el comercio, en oficinas y despachos, en el metal, etc., etc.) sabemos bien que con miedo no se consigue nada, pero sí luchando con libertad y colectivamente.
Hoy, cuando el PP en poco más de tres años (con la connivencia del PSOE en el 2010) nos ha arrebatado, con decisiones del Consejo de Ministros un viernes sí y otro también, todos aquellos derechos conquistados con tanto esfuerzo colectivo y que, según sus propios amigos del Fondo Monetario Internacional (FMI) no recuperaremos, si luchamos, hasta 2025, tenemos, si queremos, una esperanza el día 24 de este mes. La esperanza es, primero, no votar a los mismos que nos han arrebatado todos esos derechos para volver a someternos a la dictadura económica del empresario, de la banca y de un gobierno al servicio de dichos poderes. No votar, pues, al PP. Sí, también el PP-AV es el PP, aunque se quieran distanciar estos días de ellos. También Bravo de Laguna era hasta ayer del PP, ahora en Unidos por Gran Canaria. ¿Vamos a votar a los mismos que han contribuido a llevarnos a esta desastrosa situación?
Y, segundo, podemos, si queremos, abrir una ventana a la esperanza: “San Bartolomé también puede” se ofrece como una alternativa con un compromiso ético claro (transparencia, reducción de salarios de alcalde y concejales, reducción de cargos de confianza, publicación de patrimonio, auditoría de todas las cuentas y propiedades del Ayuntamiento). Se ofrece como vehículo para conseguir la participación de todos los vecinos y vecinas en las decisiones que se tomen en el Ayuntamiento en todos los sectores. Se ofrece como una alternativa joven, ilusionada, sin ataduras ni servilismos. Con una candidatura comprometida a poner en primer lugar de su trabajo la dignidad de todas las personas del municipio, de los pequeños y medianos empresarios, de todos los sectores productivos, de todos los que trabajan por preservar el medio ambiente…
El día 24 de mayo, cuando cada uno vaya a depositar su voto en la urna, ejercerá en libertad su derecho a construir un municipio en el que podamos tratarnos todos como iguales. Y, para ello, será necesario echar a los que nos han traído hasta esta situación no votándolos y elegir una alternativa clara: San Bartolomé También Puede.
No queremos ni podemos hacerlo solos. Pero contigo sabemos que podemos.
Domingo Viera González, trabajador social, miembro del Consejo Social de Podemos en San Bartolomé de Tirajana y candidato al Cabildo de Gran Canaria.
Consistente y muy cierta su Reflexión, señor Domingo Viera. Le felicito afectuosamente y le agredezco públicamente el compromiso social que ha demostrado usted con nuestra tierra canaria durante tantos años.
Permitame señalarle que he comprobado en mi propia trayectoria vital, la liberación que uno experimenta cuando se decide a afrontar los miedos impuestos y autoimpuestos . Ahora Miro a mis hijos, padres,vecinos y seres queridos y me autofelicito por haberme atrevido a contribuir ,con muchos y muchas, en la recuperación-la esperanza- la ilusión y la prosperidad para nuestra tierra y todas sus gentes.