MasNews

Los socorristas de San Bartolomé de Tirajana denuncian la precariedad laboral que sufren

  • Desde puestos en avanzado estado de deterioro, corroídos por el óxido, hasta plagas de ratas y cucarachas que les acompañan durante la comida

San Bartolomé de Tirajana cuenta con un equipo de entre 16 y 18 socorristas que velan por la vida de residentes y turistas, en un total de 26 playas del municipio, desde el Castillo del Romeral hasta el Pajar. Aunque presencialmente se encuentran localizados en San Agustín, Las Burras, Playa del Inglés, Maspalomas y Meloneras, deben dar cobertura, por activación del 112 Canarias, a toda la costa del municipio.

No obstante, esta no es la única labor que realizan. En colaboración con el servicio de Salvamento Marítimo estos socorristas se encargan de la recepción de pateras y cayucos y la atención sanitaria en mar abierto, con el objetivo de mantenerlos a la espera del traslado a un muelle seguro, para atenderlos en condiciones dignas.

Kevin Castellano, socorrista, patrón de rescate y secretario general de la sección sindical de socorristas de la CGT critica la situación actual en la que se encuentra el grupo de socorrismo: “Soportamos una carga laboral extrema, por déficit de personal, lo que provoca que muchos profesionales abandonen este sector por su precariedad. Otros resisten por vocación, con expectativas de mejora llegando a padecer depresiones y crisis de ansiedad constantes”.

A pesar de ello, no dejan de ser eficaces en su trabajo. En 2023, de las 7 paradas cardíacas que se produjeron en el litoral tirajanero, el grupo de socorristas consiguió revertir 6. “No se equivoquen, que seamos profesionales vocacionales no quiere decir que no tengamos límites. El ser efectivos no justifica un ahorro de recursos humanos o materiales”, asegura. La playa de Maspalomas alberga cada año 3 millones de personas, lo que supone la atención de más de 3 mil personas por socorrista al día, una cifra que “es inasumible”.

Sin embargo, la falta de personal no es la única solución problemática que les atañe. Desde el año 2017, no se ha ejecutado una renovación de la licitación de playas, lo que provoca una concatenación de situaciones precarias para el personal. “Hablamos de puestos en un estado de avanzado deterioro, torretas inestables e inseguras, infraestructuras altamente oxidadas y desgastadas, en las que las inclemencias del tiempo nos azotan”, sostiene.

Castellano explica que cuando hay lluvias, el agua se filtra entre las casetas; cuando hay viento penetra la arena y continúa arrancando partes de los puestos que ya están en condiciones deplorables: “Comemos entre ratas, cucarachas y otras plagas, así como también al lado de garrafas de combustible y sus gases”. Además, las condiciones salariales dejan mucho que desear. “Tenemos un sueldo regido por el salario mínimo interprofesional, pagas incluidas, en un municipio donde los costes se han encarecido en todos los aspectos”, manifiesta.

“Tenemos las vidas de multitud de personas constantemente en nuestras manos, una responsabilidad poco valorada. Todo el mundo quiere que sus hijos o familiares, se sientan seguros cuando van a la playa, pero, ¿qué precio tiene el sentirse a salvo?”, reflexiona.  Desde el grupo de socorristas del municipio solicitan ser escuchados por las instituciones y que estas tomen medidas para solucionar las numerosas problemáticas que dificultan la prestación de un servicio de calidad. “Somos profesionales que trabajamos en este sector 365 días al año, no somos jóvenes con un trabajo de verano”, sentencia.

Compártelo ...
Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter
Email this to someone
email
Comentarios: 0

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.