Premio de Arquitectura Miguel Martín-Fernández de la Torre 2018 al Centro Integral de Seguridad en Vecindario
El Colegio de Arquitectos de Gran Canaria otorga el Premio de Arquitectura Miguel Martín-Fernández de la Torre a Juan Antonio González Pérez, Urbano Yánes Tuña y Constanze Sixt por su obra Centro Integral de Seguridad de Santa Lucía en Vecindario
El pasado sábado, durante el acto de clausura de la IV Semana de la Arquitectura, el Colegio Oficial de Arquitectos de Gran Canaria (COAGC) hizo entrega del primer Premio Miguel Martín-Fernández de la Torre a los arquitectos del estudio Gyp Arquitectos, Juan Antonio González Pérez, Urbano Yanes Tuña y Constanze Sixt, por su obra Centro Integral de Seguridad en Vecindario, perteneciente a la categoría ‘Obra nueva otros usos’.
El jurado, compuesto por el decano del COAGC, Vicente Boissier; Enrique Solana Suárez, director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria; Josep Ricart Ulldemolins, arquitecto, en representación de H-Arquitectes; Alberto González Martín-Fernández, arquitecto designado por la familia Martín Fernández de la Torre y Rafael Ruíz Caballero, arquitecto designado por el Cabildo Insular de Gran Canaria, destacó la integración del edificio con el lugar, su contemporaneidad y su carácter expresivo, así como su esfuerzo por hacer ciudad como algunos de los aspectos que han hecho a la obra merecedora del premio. Eduard Linch fue el encargado de recoger el premio en representación del estudio de arquitectura.
Durante el mismo acto el COAGC reconoció el mérito profesional de tres arquitectos canarios, Manuel Roca Suárez, Félix Juan Bordes Caballero y Agustín Juárez Rodríguez, entregándoles una Medalla de Oro en un acto en donde se expuso lo más destacado de la dilatada trayectoria profesional de cada uno de ellos, así como sus aportaciones al mundo del arte, la educación y la arquitectura.
“Me siento muy honrado al recibir esta Medalla y compartirla con mis compañeros Félix Bordes y Manuel Roca. Desde muy niño quise ser arquitecto, aún sin saber muy bien lo que era eso”, expresó Agustín Juárez que comenzó su andadura profesional en los años 60. Lo hizo a través de la voz de su hijo, ya que el arquitecto no pudo leer su discurso por motivos de salud.
Manuel Roca Suárez, por su parte, manifestó su emoción y orgullo por sus compañeros homenajeados. “La gente puede ser feliz sin conocer a Chillida, pero para que esas personas sean felices tienen que vivir en una ciudad que esté bien proyectada y que tenga espacios donde se pueda establecer una comunicación con los vecinos”, continuó Roca.
Félix Juan Bordes aprovechó su discurso para agradecer al colectivo profesional de arquitectos de Gran Canaria por el emotivo recuerdo. “Una corriente de emoción y de energía positiva me activa la memoria. Hace 54 años que ejerzo la profesión y en aquel entonces no había ordenadores o la tecla delete para suprimir los errores; había que rascar con la cuchilla el papel vegetal”, expuso Bordes que aseguró que la Medalla le sirve para fijar todos sus recuerdos.