Todos a una
La política tiene lo que tiene, unos gobiernan y otros fiscalizan: gobierno y oposición. A mí me ha tocado oposición, y es mi obligación fiscalizar y denunciar las actuaciones del gobierno cuando creemos que van contra los intereses del municipio y de nuestros vecinos, pero también siempre hemos sido un grupo político predispuestos a colaborar, buscar consensos y aportar, en la medida de nuestras posibilidades, ideas y propuestas que puedan ser consideradas por el equipo de gobierno y facilitar su puesta en marcha.
También tenemos otra tarea, y es la de trasladar al gobierno lo que los vecinos nos piden. Por estos motivos, creo que un grupo de oposición tiene cuatro funciones fundamentales: fiscalización, denuncia, traslado y colaboración.
Pero este maldito coronavirus nos ha trastocado todo, incluso la política. No es el momento de diferencias ideológicas, no es el momento de críticas. Ahora es el momento del consenso, de la unidad, de trabajar juntos independientemente del color político, de aportar ideas, de buscar soluciones al día a día de nuestro municipio, de estar todos a una.
Tenemos que apoyar a nuestros policías, a nuestros sanitarios, al personal de limpieza, a nuestros guagüeros y taxistas, a los repartidores del supermercado y, cómo no, a nuestros trabajadores sociales. Tenemos que buscar soluciones a nuestra economía, cualquier aportación, por pequeña que sea, puede ayudar. Tenemos que apoyar a nuestro alcalde, que tiene una gran responsabilidad en estos momentos: las decisiones que tome pueden alterar nuestro futuro y, por eso, es fundamental que consensuemos las acciones y medidas que se van a tomar, y que se están tomando.
Porque sólo así podremos conseguir que nuestra ciudad mejore, que recuperemos la salud, que volvamos a ser una ciudad viva, con negocios abiertos, con gente en la playa, en las terrazas, con nuestros hijos haciendo deporte y estudiando, reuniéndonos con nuestros amigos y familiares, con abrazos y con besos.
Situaciones como la que estamos viviendo son las que dan valor a esas pequeñas acciones del día a día: el cariño hacia nuestros mayores, la celebración de un cumpleaños, las cañitas con los amigos, una caricia, un beso… ¡Qué poco lo valoramos cuando lo tenemos y cuánto lo echamos de menos en estos momentos!
Colaboremos todos para conseguir volver a la normalidad y, aunque la tecnología está ayudando mucho a mantener el contacto entre nosotros, no puedo dejar de pensar en esos abuelos que no están disfrutando de sus nietos, en esa amiga que hoy necesito a mi lado, en la preocupación que sentimos por los que están fuera.
Estoy triste pero soy optimista. ¡Lo conseguiremos! Y, recuerden, esta será una de las batallitas que le contaremos a nuestros nietos.