Tres años a oscuras en Morro Besudo: la desidia de Marco Aurelio Pérez deja en evidencia a San Bartolomé de Tirajana
Vecinos denuncian el abandono del paseo marítimo y la falta de alumbrado mientras el Ayuntamiento continúa sin dar explicaciones
El paseo marítimo de Morro Besudo, en San Agustín, lleva tres años sin alumbrado público tras las obras de reforma ejecutadas en 2022. Los vecinos acusan al alcalde Marco Aurelio Pérez y a la concejala de Vías y Obras, Araceli Armas, de mantener la zona en la oscuridad más absoluta pese a haberse invertido 86.500 euros en farolas que jamás se encendieron. El caso se ha convertido en símbolo del abandono municipal que también afecta a otras zonas turísticas y residenciales del municipio.
Tres años sin luz: el paseo turístico olvidado por el Ayuntamiento
En noviembre de 2022, el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana retiró todas las farolas del paseo marítimo de Morro Besudo como parte de una reforma que debía mejorar la accesibilidad y el entorno urbano. Tres años después, las farolas nuevas siguen sin encenderse y el paseo continúa completamente a oscuras, generando una sensación de inseguridad constante entre vecinos y turistas.
La Asociación de Vecinos Morro Besudo denuncia que, desde entonces, el Ayuntamiento ha evadido toda responsabilidad, amparándose en excusas administrativas y desviando la culpa a empresas privadas o suministradoras eléctricas. “Se pasan la pelota entre sí mientras el barrio sigue en tinieblas”, lamentan desde la entidad, que lleva años reclamando una respuesta clara.
El coste de las farolas ascendió a 86.500 euros de dinero público, un gasto que los residentes califican de “despilfarro injustificable” al permanecer sin uso. “¿Para qué invertir en alumbrado si no se enciende?”, se preguntan los vecinos, que ven cómo su barrio se hunde en la oscuridad mientras el consistorio se desentiende.

Inseguridad, abandono y desinterés político
La falta de alumbrado ha provocado que el paseo marítimo se haya convertido en un espacio inseguro y desolado durante las noches. La oscuridad total disuade a residentes y visitantes de transitar por la zona, afectando además la imagen turística de San Agustín, uno de los enclaves más tradicionales del municipio.
Desde la Asociación vecinal advierten del riesgo de accidentes o incluso agresiones en una vía pública sin iluminación, y recuerdan que el Ayuntamiento sería responsable civil y penal si ocurriera un incidente grave. “No puede ser que una obra se inaugure con fotos y titulares y luego se abandone durante años. Esta gestión es negligente”, apuntan.
Los vecinos aseguran que la concejala de Vías y Obras, Araceli Armas, no ha ofrecido explicación alguna sobre la falta de conexión eléctrica del alumbrado ni sobre los plazos para su puesta en marcha. Mientras tanto, el alcalde Marco Aurelio Pérez guarda silencio y continúa sin asumir responsabilidades, pese a que su municipio acumula contratos vencidos, proyectos parados y barrios sin mantenimiento básico.
Sin plan de aparcamientos y con más restricciones
La denuncia vecinal también ha reabierto el debate sobre otro problema estructural: la falta de aparcamientos en San Bartolomé de Tirajana. El municipio, que concentra gran parte de la actividad turística del sur de Gran Canaria, carece de un plan integral de estacionamiento que atienda tanto las necesidades de los residentes como de los trabajadores del sector turístico.
En zonas como El Tablero, las recientes obras de la Avenida de las Américas han introducido nuevas líneas amarillas que eliminan plazas de aparcamiento en áreas ya saturadas. Una medida que, lejos de ordenar el tráfico, agrava el malestar vecinal.
Los residentes denuncian que se restringe el aparcamiento sin ofrecer alternativas, mientras hoteles y empresas privadas se benefician de la escasez, alquilando plazas a precios elevados. “No hay soluciones reales, solo parches y más problemas”, concluyen.

La decadencia de un municipio turístico sin rumbo
El caso de Morro Besudo no es una anécdota: es el reflejo de un modelo municipal agotado, que prioriza los titulares y las inauguraciones sobre el mantenimiento diario. San Bartolomé de Tirajana, uno de los motores turísticos de Canarias, padece una gestión anclada en la inacción, donde los problemas básicos se eternizan y las promesas se olvidan al día siguiente de las fotos.
Mientras el Ayuntamiento se enreda en excusas y plazos incumplidos, los vecinos viven en la oscuridad —literal y figurada— de un municipio que parece haber renunciado a gobernar para su ciudadanía.


