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Entrevista: Ben Magec adelanta que seguirán luchando contra las prospecciones

Manifestación contra las prospecciones petrolíferas, en Lanzarote
Manifestación contra las prospecciones petrolíferas, en Lanzarote

Ben Magec-Ecologistas en Acción contesta una entrevista sobre el futuro de la lucha contra las prospecciones petrolíferas de Repsol frente a las costas de Canarias. En ella desglosa los motivos que llevan a la Federación ecologista a animar a la ciudadanía a seguir manteniendo un alto nivel de lucha social.

Nos encontramos en pleno proceso de prospección, con un horizonte de unos dos meses para que finalicen, y sin que el Tribunal Superior de Justicia haya accedido a paralizarlas cautelarmente… ¿creen que es el momento de asumir la derrota y simplemente esperar al resultado de los análisis?

Es cierto que aunque confiamos mucho en que el resultado de esos análisis lleve a Repsol a abandonar sus pretensiones de extraer petróleo o gas, nuestra esperanza sigue estando en la gente y en su voluntad de negarse a que Canarias apueste por la vía de las energías fósiles y en su capacidad última de cambiar las decisiones sobre este asunto, bien en las movilizaciones, en la presión social o en las urnas. No nos consideramos totalmente derrotadas.
El movimiento ciudadano se ha reforzado en esta lucha. Nos hemos dotado de recursos humanos y de argumentos de peso para seguir. No nos olvidemos de que los sondeos son solo la fase inicial del proceso de extracción, que podría durar décadas y que suponen un verdadero desastre ambiental si se produjera un accidente.
De hecho, muchas veces se nos acusó de actuar tan pronto, en una fase meramente explotaroria, en vez de esperar a ver lo que hay y luego decidir. Y por supuesto que había que luchar en este momento, tanto por los daños intrínsecos a esta fase prospectiva como por los derechos adquiridos que se le asignarán a Repsol, y con los que en principio será más difícil luchar en un futuro. Y también porque era importante que la opinión ciudadana de las isla se posicionara desde el principio.
Además, una concesión de explotación sería otro trámite, y ésta es una nueva batalla de enorme importancia.

¿Qué sentido tiene entonces mantener frentes judiciales abiertos contra la fase explotaroria?

Necesitamos demostrar la ilegalidad del expediente para eliminar la posibilidad de que se consoliden los derechos adquiridos por la empresa si se anula el procedimiento administrativo. No hay que olvidar, tampoco, que el primer expediente de Repsol, además de por las movilizaciones sociales fue paralizado durante más de 10 años por la vía jurídica.

¿Y creen que merece la pena arriesgar millones de euros de las arcas públicas en caso de que se mantengan esos derechos, si finalmente se le impide a Repsol extraer los hidrocarburos?

Este escenario sería profundamente injusto: tenemos que pagar millones de euros por un procedimiento que hemos rechazado desde el principio y cuyos máximos culpables son el Ministro Soria y el conjunto del gobierno del Partido Popular. Démonos cuenta de que, en caso de que el resultado de los análisis sea de interés para la empresa, estaríamos hablando del pago del lucro cesante si les quitamos el derecho a su explotación. Y si no los pagamos y decidimos no hacer nada, tendremos que sacrificar una de las zonas del planeta más ricas en biodiversidad marina, y un patrimonio natural que es nuestro motor económico.
Además, extrayendo hidrocarburos estaremos consolidando el modelo que nos ha llevado al proceso irrefrenable del Cambio Climático, y nos estaríamos situando, como así está sucediendo, en pleno eje geoestratégico del conflicto por la obtención de recursos energéticos a nivel mundial, y que ya está suponiendo el expolio de países enteros, la desgracia ambiental de áreas de gran valor ecológico, y la pérdida alarmante de biodiversidad a escala planetaria.
Lo que parece más justo en este caso es que los promotores de este proyecto fueran quienes ostentaran la responsabilidad patrimonial frente a sus acciones, y pagaran de su bolsillo las consecuencias de su mala praxis.

¿Existe alguna otra posibilidad de que no se hagan efectivos esos derechos adquiridos?

Bueno, además de evitando que se consoliden a través de la anulación del expediente de concesión de las prospecciones, hay otras opciones mucho más remotas en el momento político actual, pero que no por utópicas se convierten en imposibles en cualquier otro contexto: la nacionalización de los recursos energéticos, no para explotarlos ni para sacar rédito a su explotación, sino para poder decidir no explotarlos. O también la modificación de la Ley de Hidrocarburos, no para incentivar su extracción, como propone este Gobierno en su reforma, sino para otorgar al Gobierno el derecho a decidir si continúa o no con la actividad extractiva, tal como hizo Francia en el año 2011 con una Ley que anulaba permisos ya concedidos para la utilización del fracking basándose en una máxima europea como el Principio de Precaución.

¿Consideran entonces que sigue siendo imprescindible la lucha social, o ahora toca centrarse en la judicial o, en todo caso, en la electoral?

Ahora más que nunca hay que reactivar la lucha social. Ahora más que nunca. Es muy importante recordar que ésta no puede convertirse en una lucha judicial y tampoco partidista.
Aunque hay que contemplar las próximas elecciones como una táctica de lucha, esta Federación siempre lo hará desde fuera de la contienda electoral. Recordemos que son en mayo de 2015, y que este todo el proceso administrativo y judicial vinculado a las prospecciones ha sido desarrollado por decisiones meramente políticas, como también son políticas las decisiones de frenar el desarrollo de las energías renovables.
En este sentido, la lucha social debe servirnos para señalar a nosotros mismos quién es el responsable de que se estén llevando a cabo las prospecciones, cómo se ha pervertido la democracia, cómo se han minusvalorado nuestros recursos y también nuestra opinión. Recordemos que estamos ante un problema de raíz democrática, en el que se ha ignorado sistemáticamente la opinión ciudadana expresada mediante numerosísimas manifestaciones, firmas y a través de la última encuesta encargada a las dos universidades canarias.
También debe ser un aviso a quienes, a partir de mayo, ostenten los cargos públicos. Estamos aquí y vamos a seguir estando.
Y por otra parte, la lucha social está sirviendo como una potente herramienta pedagógica gracias a la que está permeando el mensaje de la necesidad de un cambio de modelo energético y de un compromiso personal. Estamos reclamando un cambio que, en buena medida, será viable si se desarrolla en el contexto de un compromiso individual y colectivo. Y aunque cada vez hay más voces que reclaman ese cambio y más personas capaces de aportar alternativas viables que permitirían llevarlo a cabo, es preciso alertar de que se hace urgente una cierta contención individual en el consumo que no sólo permita hacer viable la transición, sino también hacer frente a la sobreexplotación de las fuentes de recursos y los sumideros de residuos en el conjunto del Planeta.
Los resultados de las encuestas que se ha hecho en Canarias, no sólo demuestran claramente el sentir mayoritario de la población contra un modelo basado en las energías fósiles, sino que en sí mismo esos datos son ya un patrimonio del pueblo canario, que debe servir de bandera permanente en pro de ese nuevo modelo energético que necesita Canarias y el Planeta. A pesar de que no se haya hecho la consulta a la ciudadanía por la imposición antidemocrática del gobierno del PP, ha sido importante el que se haya visibilizado el derecho a decidir a través de consultas y referéndum, que siempre ha defendido Ben Magec – Ecologistas en Acción, para asuntos de gran trascendencia para el futuro de Canarias.
Es más, los movimientos ciudadanos somos quienes tenemos la capacidad de señalar abiertamente a las empresas y los políticos responsables, y promover campañas para que la ciudadanía actúe en consecuencia y decida conscientemente no apoyarles, siguiendo una de las vías más efectivas en la historia de la lucha contra este tipo de proyectos insostenibles.
Y por último, es preciso resaltar que la respuesta ciudadana en Canarias ha sido y es un modelo y una guía para otras luchas dentro y fuera del Estado español, y pretendemos que también se sume a las voces de tantos pueblos oprimidos, como muchos en América y en África, que no consiguen hacerse un hueco en los medios de comunicación. Repsol en concreto es una impresa con un largo currículum negro en cuanto a contaminación ambiental pero también de violación de los derechos humanos allí donde opera. También por ellos es importante seguir luchando contra la cultura del petróleo y a favor de un nuevo modelo energético, y también por ser la única vía para escapar de la amenaza planetaria que supone el cambio climático.

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