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Elaboración de la tradicional paella gigante de El Tablero

El Tablero despide sus fiestas populares con la tradicional paella gigante para casi 5.000 personas

El Tablero volvió a despedir este domingo sus fiestas patronales de 2019 ofreciendo a los vecinos del pueblo y a sus numerosos visitantes una nueva paella gigante de carne y marisco de casi 5.000 raciones, elaborada un año más junto a la primigenia e histórica Casa del Mato por los cocineros de la Sociedad Gastronómica de Cocina de Maestros Mojo Picón.

Un ejército de 30 chefs, diez más que el año pasado, se enfrentaron a la tarea de confeccionar la gran paella siguiendo las rigurosas pautas que fue indicándoles paso a paso el fundador y presidente honorífico de Mojo Picón, Benito Benítez, que también contó en esta ocasión con el trabajo colaborador de una quincena de estudiantes de cocina y restauración de los institutos de Formación Profesional Faro de Maspalomas y Arinaga.

En la elaboración de esta paella también volvieron a colaborar, aportando nuevamente todo el género, la cadena hotelera RIU y la empresa local de importación y exportación de frutas, verduras y hortalizas, Benito Álvarez. En total se emplearon 70 litros de aceite de oliva, 25 kilos de ajos fileteados, 100 kilos de cebolla cortada, 100 kilos de pimientos troceados, 230 kilos de dados de pata de cerdo, 230 kilos de jamoncitos de pollo, 230 kilos de chocos, 100 kilos de tomates molidos, 750 litros de caldo con sal y majado, 2 kilos de colorante, 10 kilos de caldo avecrem concentrado, 10 kilos de sal fina, 350 kilos de arroz vaporizado, 80 kilos de judías verdes, 80 kilos de guisantes, 100 kilos de mejillones, 160 kilos de langostinos, 50 kilos de pimientos morrones, 30 manojos de perejil picado y 10 litros de zumo de limón.

La paella se hizo a fuego sobre la brasa candente de 400 kilos de leña y 300 kilos de carbón que se rociaron con 25 litros de combustible y se prendieron sobre las once de la mañana con una caña. Mientras se hacía la paella, removida por 8 palas de madera de 5 metros de largo y otros 4 rastrillos de hierro, la labor de los cocineros, en turnos de 20 brazos, fue amenizada por componentes de la Agrupación Folklórica La Cucaña, para darle continuidad a una tradición que comenzaron el año pasado.

Más participantes

La paella terminó de hacerse coincidiendo con la traca que caracteriza cada año a las puertas de la iglesia el final de la procesión de los iconos de la Santísima Trinidad y de la Virgen del Carmen por las principales calles del pueblo, que esta vez fue amenizada por la Banda Isleña y seguida por un mayor volumen de participantes que el año pasado. En la comitiva procesional volvieron a participar las autoridades civiles acompañando a los vecinos.

Además, como cada año, tanto el alcalde como miembros de la corporación municipal volvieron a colaborar activamente con la comisión festiva en el reparto perfectamente organizado de los platos de paella. La Asociación de Barmans realizó la distribución de agua, refrescos y cervezas, y este año se organizó un área de comedor y limpieza con una docena de mesas plegables alargadas en el aparcamiento cercano, fijando así un punto de apoyo y comodidad para los comensales. Durante el reparto y degustación de la paella, la Plaza del pueblo se fue animando y abarrotando paulatinamente de gente que bailó al solajero con la música pachangera de Paco Guedes.

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