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Antonio Morales: “Que 2024 sea un año de provecho”

Guerras en Ucrania y en Palestina, inestabilidad en el Mar Rojo, inseguridad y violencia en el África cercana, inflación, elecciones europeas con la amenaza real de la extrema derecha como una de las principales fuerzas, elecciones en Galicia, País Vasco y Cataluña que tendrán lecturas en clave estatal, un Gobierno de España con un frágil apoyo parlamentario… El escenario político de 2024 viene convulso y con un gran número de incertidumbres. Y sabemos que Canarias por su posición geoestratégica y su dependencia del exterior se ve directamente afectada por la coyuntura internacional.

Hace más de tres décadas que los sociólogos Ullrich Beck y Anthony Giddens teorizaron sobre la sociedad del riesgo, un nuevo escenario en el que se rompía con algunas certezas de la modernidad (trabajo estable y duradero, amplio estado del bienestar etc.) y se introducían nuevos riesgos inherentes a un mundo cada vez más globalizado e interconectado. El COVID es probablemente el máximo exponente de este nuevo escenario.

En este contexto se hace necesario reflexionar sobre los problemas estructurales de Gran Canaria y del conjunto de Canarias, para contar con información y datos que nos ayuden a impulsar políticas públicas destinadas a reducir los riesgos a los que está sometido el archipiélago y a ofrecer un horizonte de certidumbre a su población.

El turismo está batiendo récords históricos de visitantes y de facturación, la inversión pública como resultado de los programas de reactivación tras la pandemia está en cifras que no se veían desde hace décadas y hay nuevos sectores (renovables, audiovisual, digital) que tienen cada vez más presencia en la economía canaria. Pero aún así la tasa de paro es de un 15,2% y la tasa de paro juvenil de más de un 31%, que aunque son las cifras más bajas de la historia, son inasumibles y además suponen un diferencial de más de 3,5 puntos con respecto a la media de España.

¿Cuáles son las causas estructurales del paro en Canarias? ¿Cómo es posible que ni en uno de los momentos de mayor actividad económica pública y privada seamos capaces de reducir el desempleo por debajo del 10%? Porque además aquí está en gran parte la causa de las cifras de pobreza y exclusión social ya que sin un trabajo estable es prácticamente imposible dejar atrás la pobreza.

Tenemos que seguir implementando las medidas que se han demostrado efectivas, como los planes de empleo para colectivos de difícil inserción, incentivos a la contratación, etc. Pero a la vez  ir más allá e innovar, yendo a los barrios con peores cifras de empleo e impulsando nuevas políticas basadas en la intervención comunitaria y en el empoderamiento desde los propios barrios. En este sentido hay experiencias exitosas en las que los propios desempleados, con apoyo público, crean cooperativas para prestar determinados servicios que se necesitan en su entorno más cercano.

Un tema que se conecta con lo expuesto es el retroceso del PIB per Cápita en Canarias en los últimos 20 años. En un reciente artículo explicaba que se debe fundamentalmente al aumento poblacional ya que, mientras la evolución del PIB canario ha sido similar al de otros territorios, el crecimiento de personas que residen en las islas no tiene parangón. Creo que ya nadie tiene dudas de que debemos afrontar urgentemente el debate sobre el reto demográfico.

Y es que la cuestión poblacional afecta a todos los frentes: consumo de recursos e impacto medioambiental, escasez y encarecimiento de la vivienda, saturación de servicios públicos (transporte, sanidad etc.), desigualdad social (los nuevos habitantes tienden a concentrarse en determinadas zonas, acelerando aún más las diferencias de población entre los núcleos urbanos de costas y las medianías y cumbres) etc. Además la mayor parte de los nuevos residentes son peninsulares y ciudadanos de la UE, por lo que las vías legales y políticas para frenar este incremento insostenible no están claras y tienen que ser motivo de análisis y estudio.

Aunque en los últimos años nuevos sectores como las renovables, el sector audiovisual o los servicios portuarios están experimentando un incremento, lo cierto es que el crecimiento del sector del turismo ha hecho que la dependencia turística de Canarias esté en su máximo histórico, suponiendo el 35,5% del PIB. Vemos por lo tanto que el ansiado objetivo de la diversificación económica sigue siendo una asignatura pendiente.

Abogar por la diversificación del modelo no implica ni mucho menos ir en contra del turismo, más bien al contrario. Con un modelo de desarrollo económico más sostenible y equilibrado, con diversos sectores innovadores y sostenibles que aporten valor a la economía, Canarias se revalorizaría como objetivo turístico y podríamos aumentar el valor del destino y de los servicios que se prestan. 

Para desarrollar buenas políticas públicas desde la instituciones necesitamos datos y buenos diagnósticos a nuestros problemas, que nos permitan evaluar si estamos avanzando en la buena dirección. Sobre todo en un contexto en el que los problemas son cada vez más complejos (sus causas son múltiples e interviene cada vez un mayor número de factores) y su resolución muchas veces supera las competencias y capacidades de las instituciones públicas.

Estamos en un momento trascendental en el que Gran Canaria y Canarias tienen que hacer un esfuerzo por adaptarse a los cambios socioeconómicos, reducir su dependencia y ganar en seguridad, al tiempo que acaba con el problema endémico del paro y la pobreza. En muchos aspectos, como planteé anteriormente, estamos avanzando (renovables, digitalización, impulso de nuevos sectores) pero tenemos que ser capaces de tener mirada larga y generar amplios recursos que nos permitan construir el futuro de nuestra isla.

El año 2024 se presenta con indicadores positivos para Gran Canaria. El papel del Cabildo es clave para ello. Disponemos de unos presupuestos para afrontar el año en el que las políticas sociales y las propuestas económicas copan el 63% de los recursos. A los 210 millones de euros destinados en estas cuentas para  inversiones sumaremos en los próximos días casi 150 millones más de remanentes.

El 2024 será el año de ver entrar el agua del Salto de Chira en las presas, para empezar a llenarlas y producir agua y renovables y también el de la inauguración de varios centros sociosanitarios, del Helipuerto de Artenara, del Plató Virtual para el sector audiovisual, de las Cuarterías del Cuyás, del Centro de Interpretación de la Degollada de Becerra y el de la sede del Instituto para la Gestión Integrada del Patrimonio Mundial y la Reserva de la Biosfera. Será el año de consecución de la sede del Mundial  de Fútbol 2030 y el del comienzo de las obras del nuevo Estadio de Gran Canaria. Igualmente, el 2024 nos traerá el inicio de las obras del Centro de Movilidad Sostenible de Gran Canaria, de la modernización integral del Centro Insular de Deportes, del Albergue de Tamadaba, de numerosas infraestructuras en distintos municipios, de la rehabilitación del Centro Fátima, del nuevo edificio polivalente de Infecar, del antiguo Hospital Psiquiátrico como gran centro sociosanitario, del emisario de Bocabarranco y del radiotelescopio de Temisas. Este año que empieza ahora ocupará un lugar destacado  en el impulso de la eólica marina, del Museo de Bellas Artes (MUBEA) o del Parque Nacional de Guguy.

Este año será, en definitiva, el año de la culminación de muchos proyectos y de la continuación o el inicio de otros que profundirán en situar a Gran Canaria en la vanguardia del desarrollo sostenible, de la lucha contra la pobreza y la marginación y de la consolidación de nuestra isla como referente cultural, deportivo y de defensa de nuestro patrimonio.

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