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EEUU: el final de un imperio.

¿Son los E.E.U.U. un aliado fiable?

“América primero”, proclamaba Donald Trump, “América ha vuelto”, nos decía Joe Biden.

Pues bien, puestos a creer a alguno de los dos, más razón (que no toda) tenía Trump al afirmarlo que no el hipócrita egocéntrico de Biden.

No, América no ha vuelto, hace tiempo que se fue abandonando a sus aliados europeos. Solo piensan en ellos mismos y en sus intereses.

¿Porqué no tiene toda la razón Trump?, pues muy sencillo, América es un continente multicultural formado por 35 naciones independientes, es indignante el sentimiento secular de los Estados Unidos de América de intentar apropiarse de un nombre que corresponde a todo un continente.

A través de este artículo me referiré a este país como corresponde, EEUU o estadounidenses, allá ellos si se creen dueños de América.

¿Son fiables los estadounidenses? En mi opinión no, absolutamente no.

Para argumentarlo me gustaría primero ofrecer a los lectores datos históricos de las actuaciones, no siempre altruistas, de los EEUU en relación a sus “aliados”.

Estamos a finales del año 2021 y asistiendo al desmoronamiento de los que fueron la primera potencia mundial.

Lo que está ocurriendo en los últimos años, la elección de Donald Trump bajo la influencia electoral de Rusia, el “ataque” económico lanzado a China, las declaraciones de Joe Biden sobre la retirada de Afganistán, la crisis diplomática con Francia… más un largo etcétera de errores de bulto cometidos por el Gobierno de los Estados Unidos que resultan inexplicables. Y todo esto con poca altura de miras ya que en el nuevo orden mundial se necesitan mas socios fiables que enemigos. Ante los diferentes “ejes y alianzas” ya formados, EEUU no puede menospreciar la importancia de Europa ante el avance imparable de China y Rusia y con el ojo puesto en La India, país que pronto sobrepasará a China como el más poblado del mundo.

Estados Unidos adquirió la condición de primera potencia mundial al finalizar la I Guerra Mundial en 1918.

Fue entonces cuando “colonizaron” una gran parte del mundo a través del cine, de la música y de otras artes en auge. Ese fue su “sistema de propaganda”, alejado de los efectuados por comunistas, nazis y fascistas. (Estos tres regímenes dictatoriales actuaban de igual manera).

Desde su poderosa industria cinematográfica nos hicieron creer que ellos habían salvado al mundo con su actuación en la I G.M., y si, su ayuda fue fundamental, ¿pero como se produjo?

La I G.M. comenzó el 28 de julio de 1914 y finalizó el 11 de noviembre de 1918. La entrada en guerra de los Estados Unidos se produjo el 4 de abril de 1917, cuando en Europa se llevaba ya más de 2 años y 8 meses en guerra.

¿Porqué entraron los Estados Unidos en esta guerra?

El 7 de mayo de 1915 un submarino alemán bombardeó, frente a las costas de Irlanda, al barco británico “Lusitania”. Murieron 1.198 personas, de ellos 128 estadounidenses. La opinión pública de EEUU se escandalizó, pero ello no contribuyó a que entraran en la guerra. Al gobierno de EEUU la guerra en Europa les quedaba “muy lejos”.

Fue tan solo cuando más de dos años más tarde se vieron amenazados dentro de su misma nación y cuando por fin decidieron intervenir.

En enero de 1917 sus servicios de inteligencia interceptaron un telegrama (llamado Zimmermann) en el cual el Imperio Alemán ofrecía a México recuperar sus tierras “ocupadas” de Texas, Arizona, Nuevo México y la parte sur de California. Para ello el gobierno mejicano debería lanzar un ataque contra los Estados Unidos que sería apoyado por la Triple Alianza formada por los imperios Alemán y Astro-Húngaro.

Ahí fue cuando decidieron entrar en guerra, cuando se vieron amenazados directamente.

Sin duda su contribución fue decisiva para la victoria de la Triple Entente (Reino Unido, Francia y el Imperio Ruso), pero es de justicia reconocer que no lo hicieron por ayudar a los europeos sino por ayudarse a si mismos.

Podríamos decir algo parecido sobre su participación en la Segunda Guerra Mundial.

Esta guerra comienza el 1 de septiembre de 1939 con la invasión de Polonia por la Alemania nazi. Finaliza oficialmente el 2 de septiembre de 1945.

En total 6 años de una brutal guerra entre naciones y con decenas de millones de víctimas.

Estados Unidos entró en guerra el 7 de diciembre de 1941, más de dos años después del comienzo de la guerra.

¿Cuál fue el motivo de su entrada en guerra?

Pues no era en principio su deseo de ayudar a las naciones europeas contra el nazismo.

El 7 de diciembre de 1941 el Imperio del Japón comete un error inexplicable, más de tres centenares de aviones japoneses atacan por sorpresa la Base estadounidense de Pearl Harbor, murieron casi dos mil quinientos ciudadanos de los EEUU.

Los ciudadanos estadounidenses eran mayoritariamente contrarios a una intervención de su país en la guerra mundial pero, atacados en su orgullo nacional, entraron en ella. Si este ataque no se hubiera producido, quizás se hubieran quedado en espera de ver quien ganaba la II G.M. en Europa.

Su contribución, al igual que en la I G.M., fue decisiva, eso no lo duda nadie, pero es justo reconocer que entraron en ambas contiendas tarde aunque muy bien.

Alemania se rinde el 8 de mayo de 1945 y Japón el 15 de agosto de 1945 aunque su rendición formal no se firma hasta días más tarde, el 2 de septiembre.

Tras este breve resumen, quisiera recordar a los lectores las brutalidades cometidas por el “valeroso” gobierno estadounidense.

Entre el 13 y el 14 de febrero de 1945, con una Alemania ya prácticamente vencida, los EEUU junto a sus aliados deciden bombardear una ciudad alemana, Dresde, durante casi dos días. No era objetivo militar, tenía 642.000 habitantes y, según el historiador británico David Irving, los muertos civiles podrían estar entre los 135.000 y 250.000 fallecidos.

¿Qué necesidad tenían los estadounidenses de realizar semejante masacre entre la población civil?, solo se me ocurre que la venganza y el odio.

Antes las contiendas bélicas se hacían evitando el sufrimiento de los ciudadanos civiles, las guerras se hacían en los llamados “Campos de Batallas”, para ejemplo podríamos poner la famosa Batalla de Waterloo.

Fue tan solo en la I G.M. cuando se utiliza matar a la población civil para atemorizar al enemigo, que más da que murieran tantos cientos de miles de personas, para los que dirigían la guerra esas victimas tan solo eran “daños colaterales”, ¿les suena esta frase?

Y seguimos con brutalidades. El 6 de agosto de 1945 los Estados Unidos lanzan una bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima causando 166.000 muertos y más de 130.000 heridos, además de secuelas nocivas para la salud que duraron generaciones.

No contentos con su “gran hazaña” (para mi vergonzosa), tres días más tarde, el 9 de agosto, lanzan una segunda bomba atómica sobre Nagasaki, causando más de 80.000 muertos.

Una pregunta que siempre me he hecho: si Japón ya estaba al borde de su rendición, ¿para que cometer semejante brutalidad? Una vez más no tengo dudas, odio y venganza por el ataque a Pearl Harbor. Que más les da a quienes no tienen ni moral ni sentimientos un cuarto de millón de muertes de Seres Humanos.

La propaganda estadounidense, a través de su cinematografía, glosa estas barbaridades como heroicidades. Malditos sean.

Podemos seguir hablando de más barbaridades que eran totalmente innecesarias cometer.

En la guerra de Vietnam vi en mi juventud imágenes en blanco y negro que me impactaron: Los ciudadanos vietnamitas, huyendo de las atrocidades de ambos bandos (estadounidenses y comunistas de su mismo país), construían bajo tierra pequeños refugios donde esconderse con sus familias, luego ponía unas tapas de madera para evitar que los encontraran.

Pues bien, aseguro haber visto en imágenes como soldados estadounidenses levantaban las tapas, arrojaban granadas de mano, cerraban las tapas y luego salían corriendo. La imagen que todavía conservo es ver esa gran explosión sabiendo que personas inocentes estaban allí dentro, gente de todas las edades.

Y seguimos con la “doble moral” de nuestros “admirados” aliados, esos que solo entienden de democracia de puertas para adentro pero que son auténticos dictadores de puertas para afuera.

A principios de los años setenta era presidente de EEUU Richard Nixon, (20 de enero de 1969 a 9 de agosto de 1974). Como Secretario de Estado, el equivalente a Ministro de Asuntos Exteriores en España, estaba Henry Kissinger desde 1973 a 1977 (estos últimos años con el sucesor de Nixon, Gerald Ford). Ante el auge de movimientos “izquierdistas” en el cono sur de América, decidieron intervenir en los que algunos estadounidenses llamaban “su patio trasero”. Apoyaron Golpes de Estado en Sudamérica, entre ellos Chile, Argentina y Uruguay.

Miles de personas fueron torturadas y salvajemente asesinadas, sedados e introducidos en aviones desde donde eran arrojados al mar… el gran cantautor chileno, Víctor Jara, fue torturado hasta morir fusilado, no sin antes haberle aplastado ambas manos con las que tan bien sabía tocar la guitarra, cortándole después los dedos y su lengua. Fue el 16 de septiembre de 1973. (En tu memoria Víctor y en la de miles de inocentes asesinados con el apoyo de los EEUU).

Curiosamente Henry Kissinger fue galardonado en 1973 con el ya desprestigiado Premio Nobel de la Paz, no es la única persona con las manos manchadas de sangre que lo ha recibido ya que también, en 1994, se lo otorgaron a Yasser Arafat.

Estos premios son realmente absurdos, en 2009, con tan solo nueve meses ejerciendo la presidencia, fue galardonado Barak Obama. ¿Cuál era su mérito? Pues eso, ninguno.

Y seguimos, George W. Bush (el hijo, porque el padre era más inteligente), obtuvo el apoyo del Primer Ministro británico Tony Blair y del Presidente del Gobierno de España José María Aznar para intervenir militarmente en Irak y derrocar a Sadam Husein. ¿Motivo? Alegaban que este dictador poseía armas de destrucción masiva.

La mentira tiene las patas muy cortas, después de invadir Irak y derrocar al dictador se demostró que esas armas tan letales jamás habían existido, que estaban tan solo en la mente de quienes quería ganar dinero y vender armamento en base a una gran mentira.

Como siempre la poderosa industria armamentística de EEUU inventándose guerras para poner generar para si mismos enormes beneficios económicos.

¿Qué más da que muera gente? A ellos no, a mi si…

El 11 de septiembre de 2001 todos nos conmovimos con el brutal ataque terrorista a las Torres Gemelas en Nueva York causando 2.996 muertos.

Las imágenes fueron impactantes pero me parece una hipocresía tan solo llorar por las victimas del llamado “mundo occidental” cuando el número de personas muertas (por no decir asesinadas) por los EEUU es infinitamente superior.

Si tenemos que llorar por ellos, lloramos por todos.

Los EEUU activaron el articulo 5º de la OTAN que establece que un ataque contra uno de los aliados se considerará un ataque contra todos ellos.

La activación de ese artículo hizo que los países de la OTAN ayudarán a los EEUU en una guerra en Afganistán con el objetivo de matar a Osama Bin Laden, responsable final de los atentados.

Y así lo hicimos, estuvimos allí desde el 7 de octubre de 2001 al 30 de agosto de 2021, En total 20 años de una guerra que no ha servido para nada, los afganos han vuelto a la prehistoria con actuaciones increíbles de entender, sobre todo si nos referimos a la situación de las mujeres allí, las tratan peor que a esclavas.

En unas indignantes palabras Joe Biden aseguraba, de cara a sus ciudadanos, que el objetivo por el que estaban allí se había cumplido.

No lo creo, muchos países aliados pensaban que tantos años de esfuerzos militares y económicas en Afganistán servirían para mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos, no tan solo matar terroristas. ¿Traiciono EEUU a sus aliados engañándolos para apoyarles en este remoto país?

Donald Trump, el presidente que llegó a la presidencia de los EEUU frente a la candidata del partido demócrata Hillary Clinton (apoyado por ataques informáticos de Rusia contra ella), decide dar un paso adelante en esta interminable guerra y se reúne en Doha, capital de Catar. (La R.A.E. aconseja utilizar Catar en vez de Qatar).

El 29 de febrero de 2020 se reúnen los estadounidenses en esta ciudad con los talibanes y pactan una retirada progresiva.

Otra vez la misma pregunta que me hago, ¿los sabían los aliados?

Por lo ocurrido en este mes de agosto de 2021 parece más bien que no.

Es increíble el avance tan rápido y sin resistencia que tuvieron los talibanes hasta la toma de Kabul.

La huida precipitada y caótica hace suponer que los países aliados no sabían nada de esta retirada pactada, o cuanto menos no en estas condiciones.

La participación de España fue aportar 27.100 militares de los cuales 102 dejaron su vida allí.

He leído declaraciones de muchos de estos militares españoles que estuvieron en Afganistán y todos manifestaban su sorpresa ya que pensaban que iban allí para apoyar a la población afgana a salir adelante y no, como reconoció el propio Joe Biden, a participar en un acto de odio y venganza.

Y finalmente llega la puntilla de EEUU a sus aliados.

En septiembre de 2021 un acuerdo secreto entre EEUU, Australia y Reino Unido, destroza un contrato firmado por Francia con Australia para la construcción de 12 submarinos por un montante superior a los cincuenta mil millones de euros.

Australia cancela este contrato unilateralmente tan solo unas pocas horas antes de que se haga oficial el anuncio de que serán EEUU y Reino Unido quienes finalmente construyan los submarinos.

La respuesta de mi admirada República francesa es ejemplar. Llama a consultas a sus embajadores en EEUU y Australia, una medida extraordinariamente inusual entre países amigos, además hace unas declaraciones que no tiene desperdicio, dicen que no han llamado a consultas a su embajador en el Reino Unido porque este país es un mero comparsa (por no llamarlos marionetas) de los estadounidenses y ni merece la pena molestarse (menudo bofetón francés en la cara de los británicos).

Para colmo de la estupidez, los Estados Unidos alegan que es por la gran amenaza que supone China en el Océano Pacifico y que los submarinos serán entregados aproximadamente en el año 2040. Francia tenía prevista la entrega diez años antes… así que, ¿dónde estaba la urgencia?

Todo este problema ha sido la gota que ha colmado el vaso y que hace tambalear los cimientos de la propia Alianza Atlántica.

Llevamos ya tiempo sopesando la conveniencia que crear una alianza militar exclusivamente europea y, después de lo visto por las diferentes actuaciones de los gobiernos de los EEUU, está claro que este país no es en absoluto fiable.

El 1 de julio de 1997 el Reino Unido devolvió la soberanía de Hong Kong a la República Popular China. No fue una devolución casual, si bien los británicos tenían la soberanía de la isla no así la de muchísima más extensión en la China continental que este país les había arrendado por cien años. Al finalizar el contrato estaba claro, “o nos devuelves Hong Kong o lo ocupamos”. China no es España (recordemos Gibraltar)

A partir de esa reunificación recuerdo unas declaraciones sorprendentes del entonces Secretario General del Partido Comunista Chino: “un país, dos sistemas”.

Efectivamente, una dictadura comunista donde nadie puede disentir del partido y una economía capitalista que ha invadido el mundo entero con sus productos.

China llevaba planeando su acceso para ser ya la primera potencia mundial muy acorde con su filosofía de vida, mucha paciencia y actuar a medio o largo plazo, nunca siendo cortoplacistas.

Por eso ha tomado posiciones en muchísimas zonas de donde se obtienen minerales necesarios para los componentes tecnológicos del futuro: África, algunos países de Sudamérica… y ahora Afganistán, donde a través de su pequeña frontera común de poco más de setenta kilómetros a ayudado generosamente a los talibanes a obtener el poder.

Todos los imperios tienen un comienzo, llegan a la cima del poder, lo mantienen y, poco a poco, comienzan a tambalearse hasta caer.

Esto le ha pasado a los EEUU, han sido la primera potencia mundial durante casi un siglo, pero desde hace ya algunos años es la Republica Popular China quien ocupa ese lugar. Lo bueno es que, fieles a su filosofía, los chinos no te lo dicen y encima te sonríen…

EEUU ha cometido errores geopolíticos impropios de un gran país, abandonar a sus aliados europeos tendrá un alto coste. En un mundo polarizado donde Rusia mantiene algo parecido a “virgencita, virgencita, que me quede como estoy”, la unión siempre ha hecho la fuerza.

La ruptura de la confianza entre Europa y EEUU solo traerá males para ambas partes, esta división ha sido forzada desde hace más de una década y se ha materializado con Donald Trump, el caballo de Troya de chinos y rusos en la Casa Blanca para ayudarles en sus intenciones.

El nuevo orden mundial necesitaba lideres capaces de entender el problema y, en Europa y en EEUU, ni están ni se les espera.

Y mientras tanto, China se frota las manos…

Artículo de Diego Gutiérrez de Ávila. Colaborador de Radio Faro Canarias y Maspalomas News.

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