El acceso a la vivienda en Canarias, clave para la salud mental según un informe especializado
Un reciente informe advierte sobre la relación directa entre la falta de vivienda adecuada y el deterioro de la salud mental en Canarias, reclamando políticas públicas más ambiciosas para garantizar el derecho a un hogar digno.
El problema de la vivienda como factor de riesgo para la salud mental
El informe sobre vivienda y salud mental, presentado recientemente, pone de relieve la situación crítica que vive parte de la población canaria debido a la falta de acceso a un hogar digno. Según el estudio, la inseguridad habitacional, el hacinamiento y las malas condiciones estructurales de las viviendas están teniendo un impacto directo en el bienestar psicológico de las personas, generando estrés crónico, ansiedad y depresión.
¿Quién presenta el informe y con qué objetivo?
El análisis ha sido elaborado por un equipo de especialistas del Observatorio de Derechos Sociales (ODESOCAN) con el objetivo de ofrecer a las administraciones datos que permitan reforzar las políticas de vivienda como herramienta de salud. El documento insiste en que el hogar no debe entenderse únicamente como un espacio físico, sino como un pilar fundamental para la estabilidad emocional y social.
Datos y evidencias que respaldan la advertencia
El informe recopila estudios y casos concretos que vinculan la precariedad habitacional con un aumento de trastornos mentales, especialmente en colectivos vulnerables como personas en riesgo de exclusión social, familias monoparentales y jóvenes sin acceso a alquileres asequibles. Se destaca que la inseguridad residencial prolongada es un factor de riesgo equiparable a otros determinantes de la salud como el desempleo o la pobreza extrema.
Recomendaciones a las administraciones
Entre las medidas propuestas, el informe reclama incrementar el parque de vivienda pública, reforzar los programas de alquiler social y asegurar un acompañamiento psicosocial a quienes atraviesan situaciones de desahucio o pérdida de vivienda. Asimismo, se sugiere que la política de vivienda se coordine con los servicios de salud mental para actuar de forma preventiva.
Conclusión y llamado a la acción
Los autores advierten que ignorar la relación entre vivienda y salud mental supone perpetuar un problema social y sanitario de gran calado. La propuesta es clara: garantizar el acceso a un hogar digno es también invertir en salud pública y en cohesión social para Canarias.
