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El incendio de Tenerife provoca que más de 60 especies protegidas se puedan ver afectadas

  • El cabezón de añavingo, una especie en peligro de extinción, y que sólo contaba con dos núcleos poblaciones en el mundo, uno en Arico, que se quemó en 2021; y otro en Añavingo (Arafo), se encuentra entre ellas.

El incendio de Tenerife, que comenzó el pasado 15 de agosto en Arafo, ha afectado a 14.624 hectáreas, distribuidas en 12 municipios. Desde el punto de vista medioambiental, la afección del fuego a especies únicas en Canarias ha sido “muy importante”. Así lo explica el director general de Espacios Naturales y Biodiversidad del gobierno de Canarias.

Miguel Ángel Morcuende señala que “según los informes de los que vamos disponiendo, el incendio ha afectado a más de 60 especies protegidas”. Entre ellas, la que más preocupa es la denominada Cheirolophus metlecsicsii (cabezón de Añavingo).

La denominada Cheirolophus metlecsicsii (cabezón de Añavingo).

“Se trata -prosigue el director general- de una especie en peligro de extinción, que únicamente tenía dos núcleos poblacionales en el mundo. El primero de ellos, se encontraba en Arico y se quemó en 2021. Hasta el momento -según técnicos de la consejería- no se han vuelto a localizar ejemplares en esa zona. El núcleo que quedaba se situaba en Añavingo, en Arafo, y sin duda, ha sido afectado por el fuego”.

También hay otras poblaciones, en peligro de extinción, como la Himantoglossum metlecsisianum ó Orquídea de Tenerife, una planta endémica, de crecimiento estacional entre los meses de diciembre y febrero, que han sufrido las consecuencias del incendio.

Igualmente en peligro de extinción, en este caso por la depredación por conejos, competencia con otras especies vegetales y la acción humana; se encuentra la jarrilla de Agache,Helianthemum teneriffae. Es una cistácea endémica de la isla de Tenerife. Se conoce en una única localidad en el sureste de la isla, en Güímar, en el ámbito del Parque Natural Corona Forestal.

El buho chico, el gavilán o el picapinos. Tres especies de protección especial amenazadas por el fuego.

El fuego ha calcinado un perímetro de 88 kilómetros pertenecientes al parque natural de la Corona Forestal. Esta zona de masa forestal de pino, tanto natural como reforestado, y vegetación de alta montaña, rodea prácticamente al Parque Nacional del Teide. Un total de 46.613 hectáreas la convierten en el mayor espacio protegido de Canarias.

El accipiter nisus granti (comúnmente conocido como gavilán)

La Corona Forestal es el hábitat natural de una gran cantidad de endemismos que están amenazadas. Se calcula que el incendio ha afectado a 3.033,63 hectáreas de pinares endémicos canarios de 9.360. También se han visto perjudicados 1.860,03 hectáreas de 4.090 de brezales oromediterráneos endémicos con aliaga y 703,42 hectáreas de brezales macaronésicos endémicos. Además, hay que contabilizar 172, 06 hectáreas de 9.360 de laurisilvas macaronésicas endémicas.

Estas especies son todas hábitats de interés comunitario. Con su destrucción se produce la de los ecosistemas donde viven diferentes especies de hongos, bacterias, invertebrados y aves. Algunas de protección especial como el accipiter nisus granti (gavilán), el asio otus (buho chico) o el barbastella barbastellus (murciélago canario).

Entre los pinares canarios, tanto naturales como repoblados, suele vivir también una especie vulnerable: el pinzón azul. Generalmente habita a una altitud superior a los 1.000 metros, entre los pinos más maduros y escobones.

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