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El punto álgido de la celebración llegó con la aparición de Raimundo Amador

La música inunda la noche del 30 aniversario del Encuentro Veneguera

Alrededor de cinco mil personas –jóvenes y no tan jóvenes– disfrutaron este sábado del festival de música del Encuentro Veneguera, broche de oro que cerró con éxito la celebración del 30 aniversario del evento. Organizado por el Ayuntamiento de Mogán, la acogida no pudo ser mejor para uno de los festivales más antiguos y con solera del archipiélago. El campo de fútbol –escenario del festival– estuvo a rebosar por una marea de amantes de la buena música que no quiso perderse una celebración tan especial.

Las imponentes laderas de las montañas que protegen el pueblo en su centro y el plácido anochecer que envolvía el lugar proporcionaron la atmósfera ideal para una noche que fue mágica desde el primer instante. El ambiente festivo contagió a niños, jóvenes y adultos por igual, que se mostraron exultantes en cuanto el primer artista salió a escena para darles la bienvenida. Todos se entregaron con pasión a una larga noche de música donde la combinación de distintas culturas y tradiciones convierten cada año al Encuentro Veneguera en una cita imprescindible para canarios que llegan de todos los rincones de las islas. Y las expectativas no defraudaron.

El sol empezaba a caer pausadamente sobre las ocho de la tarde cuando aparecieron sobre el escenario Domingo Rodríguez ‘El Colorao’ y su compañero Juan Carlos Pérez Brito para dar el pistoletazo de salida de este trigésimo Encuentro. Los ritmos aterciopelados del timple y la guitarra de ambos endulzaron el inicio del festival. Pronto empezaron a sucederse los relevos con Yeray Rodríguez, los moganeros Paca Rosa y Pedro Manuel Afonso, Carla Vega y Alba Pérez, que tomaron el escenario para imprimirle mayor dinamismo a la velada a medida que la noche se iba cerrando.

El timple de ‘El Colorao’ acompasaba de fondo con sutileza las voces de Carla Vega y Alba Pérez, hipnotizando al público. El concertista quiso destacar “la unión de la gente y los músicos” y la oportunidad brindada a los artistas por el Encuentro Veneguera de poder “compartir sueños” los unos con los otros, especialmente el “estar unidos en torno a una causa, a una lucha: que la música aporte algo a la sociedad, por la ecología y por intentar cambiar el mundo”.

No solo se vivió buena música durante el festival, sino que también hubo espacio para las bromas entre los artistas, que arrancaron las risas de los allí presentes. Yeray Rodríguez se animó incluso a improvisar unas décimas con la ayuda del público, que proporcionó sugerencias de lo más alocadas y elocuentes. La química que surgió en ese momento entre el verseador grancanario y los espectadores fue sin duda uno de los momentos estelares de la noche, arrancando aplausos y vítores que estremecieron el lugar. Instantes después se realizó un sentido homenaje a José Antonio Ramos, el gran timplista fallecido en 2008. Rodríguez valoró que “muchos corazones se han unido para esta fiesta. Gente de distintos estilos y trayectorias, y que estemos aquí todos juntos hoy es un verdadero regalo”.

El calor sobre el escenario empezó a intensificarse con la actuación de Germán López y ‘El Colorao’. La emoción embargó al público mientras la música resonaba en cada esquina del pueblo. López aseguraba sentirse afortunado de formar parte del elenco de artistas invitados para el evento, confesando que “son de estos regalos que te da la vida. Nunca imaginé formar parte de un cartel como este”.

Poco después llegó el turno de Taller Canario, uno de los máximos exponentes de la canción de autor canaria. Su regreso a los escenarios ha sido uno de los principales reclamos del 30º Encuentro Veneguera. Vestidos de blanco impoluto, irrumpieron en la noche elevando con sus melodías el espíritu de las cinco mil almas amantes de la música popular. Andrés Molina agradeció el apoyo de la gente en su regreso tras tantos años alejados de los escenarios. “Ha sido muy emocionante. Mucho. Acabamos de retomar hace poquito el taller porque la gente quiere que volvamos”, explicó. Vuelven con ilusiones renovadas y felices de hacerlo en esta ocasión tan especial. “Aquí hay mucha gente joven y eso es lo más emocionante de todo, ya que acabarán por quedarse con el festival y los movimientos culturales que se generen aquí en Mogán”, comentó.

Otros que no quisieron perderse el festival fueron los palmeros Taburiente. La imponente voz de Luis Morera, siempre acompañado por Miguel y Manolo Pérez, volvió a sonar en Veneguera después de sus anteriores participaciones en 1990, 1998, 2000 y 2008. El grupo demostró anoche por qué pertenece a la élite de la música popular canaria despertando las emociones del público con sus interpretaciones.

Tras el final del primer bloque de actuaciones, unos títeres gigantes invadieron el campo para deleite de los asistentes, que aprovecharon la ocasión para hacerse fotos con las exóticas figuras. Al regreso del intermedio la noche tomó otro color con los ritmos africanos del malgache Kilema y el senegalés Nayaband. Ambos compartieron un mensaje de unión entre pueblos a través de la música. Sus temas musicales proporcionaron un cariz internacional al festival. Los integrantes del primer bloque regresaron al escenario para continuar con la fiesta. Se acercaba la medianoche y las fuerzas no decaían. Durante otro breve descanso unas gigantescas marionetas led que simulaban la forma de medusas recorrieron los recovecos del campo iluminando la noche.

Volviendo a la música, el punto álgido de la celebración llegó con la aparición de Raimundo Amador, uno de los exponentes más importantes de la música nacional. Su carisma sobrecogió a todos durante una hora durante la cual solo se le escuchaba a él. “Ha sido muy bonito ver tantos tipos de música distintos. La gente lo ha disfrutado”, indicó, añadiendo que “Canarias nos quiere mucho. Tengo buenos recuerdos desde Pata Negra”.

Su compañero Arístides Moreno fue otra de las estrellas más anticipadas por los asistentes, que le han podido disfrutar en ediciones anteriores. Definió el Encuentro subrayando que “no hay concierto ni espacio en Gran Canaria ni en el Archipiélago que haya durado tanto tiempo, en condiciones tan variables, con diferentes partidos políticos y diferentes sensibilidades, y haya resistido tanto tiempo y siga siendo un festival de renombre”. Unas palabras que definen a la perfección lo que es este encuentro tan especial, que se alargó hasta bien entrada la madrugada con las actuaciones de El Chojín, El Vega, Tinguaro y Ruts & La Isla Music, que consiguieron la entrega total de los presentes. Veneguera no quería que la fiesta acabara. El público quedó entregado un año más a otra noche mágica.

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