Médicos en Canarias aconsejan afrontar la vuelta a la rutina con adaptación progresiva
Los especialistas advierten que la llamada ‘depresión postvacacional’ es una reacción pasajera y no un diagnóstico clínico
Con la finalización del verano y el inicio del curso laboral y académico, es habitual que muchas personas experimenten síntomas de desánimo, cansancio o falta de motivación al retomar la rutina diaria. Los especialistas en salud mental del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, en Tenerife, han lanzado una serie de recomendaciones para facilitar este proceso y evitar que el malestar se prolongue.
¿Qué es la llamada ‘depresión postvacacional’?
Los profesionales aclaran que no se trata de una enfermedad reconocida, sino de una respuesta adaptativa temporal que aparece tras un cambio brusco de ritmo. Los síntomas pueden ir desde una leve bajada de ánimo y fatiga hasta irritabilidad, falta de concentración o desmotivación. En la mayoría de los casos, desaparecen en pocos días o semanas, conforme la mente y el cuerpo se ajustan de nuevo a la rutina.
¿Cuándo acudir a un especialista?
Los médicos señalan que si los síntomas se prolongan más de dos semanas o interfieren de manera significativa en la vida cotidiana, podría tratarse de un problema de salud mental más complejo que requiere atención profesional.
¿A quién afecta más?
El equipo de psiquiatras y psicólogos clínicos subraya que este proceso puede aparecer en cualquier persona, aunque es más frecuente en quienes experimentan insatisfacción laboral o académica, soportan altos niveles de estrés, descuidan hábitos de autocuidado o enfrentan cargas excesivas de trabajo.
¿Cómo recomiendan afrontarlo?
Los especialistas aconsejan una incorporación progresiva a la rutina, evitando sobrecargas el primer día. También destacan la importancia de mantener hobbies y actividades sociales, planificar con antelación el regreso para reducir imprevistos, cuidar el descanso y la alimentación, y realizar ejercicio físico. La clave, insisten, está en aceptar el proceso como algo natural, mantener expectativas realistas y priorizar el autocuidado.
¿Y en el caso de los niños y adolescentes?
En la población escolar también son habituales la resistencia o los nervios al inicio del curso. Por ello, se recomienda a las familias recuperar gradualmente los horarios de sueño y comidas, validar las emociones de los menores, transmitir entusiasmo por el nuevo curso e implicarlos en la preparación del regreso.
