MasNews

Opinión: ‘Diez años de matrimonio igualitario en España’

Julio Ojeda
Julio Ojeda

Dicen que quien lucha por vivir nunca pierde ninguna batalla, ni siquiera la de la muerte. Pedro Zerolo no perdió ninguna, aunque el pasado 9 de junio se apagara su sempiterna sonrisa. A su tenacidad se debe en buena parte la ley 13/2005 que hace diez años firmaba en España el derecho de todo ciudadano a disfrutar de un matrimonio igualitario, ese que no habla de sexos opuestos sino de amor y compromiso entre dos seres humanos. De ahí que esa misma ley, que tantos abrazamos, quedara algo huérfana con la partida del socialista Pedro Zerolo, incansable luchador por la igualdad social y uno de los principales promotores de esta iniciativa. Todo un ejemplo de constancia que ha dejado en la sociedad un valioso legado.

Parece mentira que haya pasado ya casi una década desde aquel 3 de julio de 2005 en el que el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero aprobó el que sin duda, ha sido uno de los grandes logros en materia de igualdad, el matrimonio igualitario en España, siendo el cuarto país en el mundo en regular este derecho tras Holanda, Bélgica y Canadá. No puedo nada más que manifestar abiertamente mi orgullo por haber cumplido los diez años de la aprobación de esta normativa, y no gracias precisamente a los vanos intentos por destruirla de algunos sectores conservadores y ultraconservadores que han puesto todo tipo de impedimentos, incluido un recurso de anticonstitucionalidad que le ha valido su ratificación siete años después por el Tribunal Constitucional.

A lo largo de estos diez años han sido muchas las parejas que han podido ver cumplido su sueño, simplemente amar y vivir en pareja en igualdad de condiciones y con todas las garantías y coberturas de protección legal. Diez años en los que por fin hemos dejado de ser ciudadanos y ciudadanas de segunda clase, con la opción del matrimonio, con la capacidad de decidir.

Cada vez son más los países que incorporan el matrimonio igualitario a su sistema legal, en la actualidad más de una veintena (más de la mitad de ellos en Europa). En otros lugares del planeta se sigue avanzando como en Estados Unidos, donde a pesar de estar reconocido en algunos estados, no lo está por la Unión. No obstante, la declaración de inconstitucional de la ley que define el matrimonio únicamente como la unión entre un hombre y una mujer por parte de un tribunal de apelaciones de Boston (Massachusetts), despeja mucho el camino.

Este 28 de junio, en el que conmemoramos los 46 años del Stonewall Inn (pub de ambiente neoyorquino ubicado en el barrio de Greenwich Village en 1969, acosado por la policía en el que constantemente se llevaban a cabo redadas), en España celebramos el décimo aniversario del matrimonio igualitario, gracias a un presidente que prometió y cumplió. Como casi todas las conquistas sociales, esta gesta conlleva años de incesante lucha y activismo hasta su consecución y no puedo evitar tener un recuerdo hacia aquellos y aquellas hombres y mujeres que, a pesar de su lucha, no pudieron ver cumplido su sueño de compartir su vida con su compañero o compañera vital en igualdad de condiciones, sino desde la desprotección legal y desde el rechazo social en muchas ocasiones. Gracias a su generosidad y valentía somos más iguales.

Han pasado diez años desde aquel 3 de julio de 2005 y es evidente que la familia ha sido reforzada, que la sociedad está más unida, que el término matrimonio se ha revalorizado, que los derechos de los y las menores a vivir en una familia se han consolidado. Porque también es evidente que cuando sumamos en igualdad ganamos todos y todas, por más que existan voces que parezcan emplear todos sus esfuerzos en restar.

Es tiempo de celebrar, pero también de reivindicar contundentemente una igualdad más sólida, y tiempo de sumar para cambiar aquellas legislaciones en las que se criminaliza la diversidad sexual (en más de 70 países), tal y como recoge el informe de junio de 2013 de Amnistía Internacional bajo la denominación de “Transformando al amor en un crimen”. No debemos olvidar que en muchos países la legislación recoge castigos como la pena de muerte, cadena perpetua o latigazos por mantener relaciones homosexuales. Es tiempo de sumar esfuerzos para conseguir erradicar los comportamientos homófobos en nuestros entornos cercanos, porque haberlos hay los y muchas veces tan sutiles que parecen imperceptibles. Hoy, y mañana también, es tiempo de trabajar por y para la igualdad con ORGULLO.

Julio Ojeda, secretario general del PSOE de Santa Lucía de Tirajana y concejal de Cultura y Vivienda del Ayuntamiento

Compártelo ...
Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter
Email this to someone
email
Comentarios: 0

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.