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Canarias se suma a la conmemoración del Día Mundial del Sueño recordando la importancia para una buena salud

  • La falta de sueño se asocia con daños en la motivación, la emoción y el funcionamiento cognitivo y con un mayor riesgo de enfermedades graves
  • El porcentaje de población que duerme menos de seis horas aumenta a medida que lo hace el rango de edad. El grupo de edad de uno a quince años es el que más horas dedica al sueño, alcanzando entre las ocho y menos de diez horas el 58,2 por ciento

La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, a través de la Dirección General de Salud Pública, se suma a la conmemoración del Día Mundial del Sueño, que tiene lugar cada 15 de marzo, y que este año lleva por lema Equidad de sueño para la salud global, recordando la importancia que tiene la salud del sueño y las medidas básicas para garantizar un patrón de sueño adecuado.

El Día Mundial del Sueño es una jornada conmemorativa establecida por la Sociedad Mundial del Sueño que surge con el objetivo de avanzar en la salud del sueño a nivel mundial y afrontar la somnolencia e insomnio, que amenazan la salud y la calidad de vida de las personas, destacando la importancia de abordar estos trastornos a través de estrategias de prevención y tratamiento.

Con los datos de la última Encuesta de Salud de Canarias 2021, en relación con el número de horas diarias que la población canaria de uno a 69 años dedica a dormir, se observa que el 7,3 por ciento duerme menos de seis horas, siendo estos porcentajes más elevados en mujeres (8,6 por ciento) que en hombres (6 por ciento).

Recomendaciones sobre las horas de sueño por edades.

El porcentaje de población que duerme menos de seis horas aumenta a medida que lo hace el rango de edad. El grupo de edad de uno a quince años es el que más horas dedica al sueño, alcanzando entre las ocho y menos de diez horas el 58,2 por ciento.

Problemas de salud asociados con un sueño deficiente

Los problemas del sueño son una preocupación creciente para la salud pública mundial. La falta de sueño se asocia con daños en la motivación, la emoción y el funcionamiento cognitivo y con un mayor riesgo de enfermedades graves, como por ejemplo, diabetes, enfermedades cardiovasculares o cáncer, por ejemplo.

Cada vez hay más evidencia científica de que la falta de sueño deriva en intolerancia a la glucosa y diabetes, en incremento de la actividad del sistema nervioso simpático e hipertensión, o en reducción en la secreción de leptina y obesidad. También se ha descrito la asociación de un sueño de corta duración con la aparición de enfermedades cardiovasculares, perfil lipídico aterogénico, calcificaciones en las arterias coronarias o diversos tipos de cáncer.

La relación entre sueño y mortalidad se ha descrito a menudo como una U, de tal forma que tanto un sueño de muy corta duración como uno de larga duración pueden ser contraproducentes para el estado de bienestar y la salud física y mental

Qué es el sueño y cuál ha de ser el patrón de un sueño adecuado

El sueño es un complejo proceso biológico. Cuando se duerme se está inconsciente, pero las funciones del cerebro y el cuerpo siguen activas y se realizan una serie de funciones importantes para mantenerse saludable y sentirse bien.

Para ser eficiente, el sueño debe tener lugar dentro de unos horarios en los que el organismo esté fisiológicamente preparado para ello y estos horarios van variando a lo largo de la vida. No sólo es importante la cantidad de horas de sueño, sino que la calidad y la continuidad del sueño son fundamentales para que sea reparador.

Cuando no se tiene suficiente sueño de calidad, sentirse cansado no es la única consecuencia. Puede afectar la salud mental y física, el pensamiento y la vida diaria.

Recomendaciones de la Sociedad Española del Sueño

La Sociedad Española de Sueño establece un intervalo ideal de duración de sueño, especificando el número de horas mínimo que se debe cumplir, y el número de horas que no debemos exceder en cada subgrupo poblacional. El estado de bienestar y de salud física, emocional y cognitiva son los aspectos fundamentales que los expertos valoran para establecer los rangos de duración diaria de sueño.

Número de horas de sueño recomendadas en función de la edad:

• Recién nacidos (cero a tres meses). Se recomienda una duración diaria de sueño de catorce a dicesiete horas. Excepto para el recién nacido de pocos días de vida; se desaconseja que los bebés duerman más de dieciocho horas, ya que esto podría alterar su desarrollo cognitivo o emocional al verse limitada su interacción con su entorno más cercano.

• Lactantes (cuatro a once meses). Se recomienda una duración diaria de sueño de doce a quince horas.

• Niños pequeños (uno a dos años). Se recomienda una duración diaria de sueño de once a catorce horas. Los estudios de investigación han demostrado la asociación entre sueño de corta duración, obesidad, hiperactividad, impulsividad y desarrollo cognitivo bajo.

• Preescolares (tres a cinco años). Se recomienda una duración de sueño diaria de diez a trece horas.

• Escolares (seis a trece años). Se recomienda una duración de sueño diaria de nueve a once horas. Estudios de investigación han demostrado la asociación de un sueño de corta duración con un bajo funcionamiento cognitivo y menor rendimiento académico en esta franja de edad.

• Adolescentes (catorce a diecisiete años). Se recomienda una duración de sueño diaria de ocho a diez horas. Un sueño de corta duración a esta edad puede llegar a provocar un descenso en el nivel de alerta, accidentes, depresión o distimia, obesidad y bajo rendimiento escolar.

• Adultos jóvenes (dieciocho a veinticinco años) y adultos de edad media (veintiséis a 64 años). Se recomienda una duración de sueño diaria de siete a nueve horas. Se ha encontrado relación entre un sueño de corta duración y la presencia de fatiga diurna, afectación psicomotora, accidentes, deterioro de la salud física y psicológica y bajo rendimiento académico o laboral.

• Mayores (igual o mayor de 65 años). Se recomienda una duración de sueño diaria de siete a ocho horas. Las necesidades del sueño difieren poco de las del adulto. Los mayores que duermen las horas necesarias tienen mejor funcionamiento cognitivo, menos enfermedades físicas y mentales y mejor calidad de vida en general. Por el contrario, un sueño de una duración superior a nueve horas se asocia a una mayor morbilidad (hipertensión, diabetes, fibrilación auricular…) y una mayor mortalidad.

Consejos para una higiene correcta del sueño

• Mantener un horario regular de sueño. Acostarse cada noche a la misma hora y levantarse cada mañana también a la misma hora, incluso los fines de semana.

• Hacer ejercicio físico. La actividad física durante el día puede ayudar a conciliar el sueño con más facilidad por la noche.

• Hacer alguna actividad relajante antes de dormir para «desconectar». Hacer ejercicio físico es genial, pero hay que evitar hacerlo a última hora del día.

• Evitar, en la medida de lo posible, comer en exceso, tomar bebidas con alcohol o con cafeína antes de la hora de acostarse.

• Las siestas no deben realizarse más allá de las tres de la tarde y no deben durar más de 20 minutos.

• Mantener un entorno tranquilo en el lugar donde duerme. El lugar donde se duerme debe ser tranquilo, oscuro y relajante, y debe mantener una temperatura agradable.

• Limitar el uso de aparatos electrónicos como televisor, ordenador y móvil, antes de dormir. Saque de la habitación cualquier cosa que pueda impedirle el sueño.

• Tomar un baño templado antes de acostarse. No permanecer en la cama despierto. Si no se puede dormir pasados 20 minutos, es mejor levantarse ya hacer algo relajante hasta volver a tener ganas de dormir.

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