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Una informática deja el Ayuntamiento tirajanero y escribe un libro sobre viajes

Maria Elena León, presentación del libro
Maria Elena León, presentación del libro

La terapeuta alternativa María Elena León Hidalgo, informática del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana entre 1996 y el 2007, presentó este fin de semana en Maspalomas su libro ‘Viaje a la India y Nepal, Diario de una experiencia de vida’.

Apoyada por el área de bibliotecas del consistorio, la presentación se desarrolló en la sala de conferencias del Centro Cultural Maspalomas, casi llena, con intervenciones del editor Plácido Checa, de Cam PDS; de la hermana de la escritora, Raquel Victoria León Hidalgo, y de la concejala de Cultura y Patrimonio, Esther Delgado Sánchez.

“Esta experiencia era lo mejor para ella. Su andadura siempre ha estado enfocada hacia su proceso de aprendizaje y liberación personal. El libro, escrito en primera persona, hace que te sientas dentro de la historia. Es una guía perfecta y detallada para los que decidan adentrarse en un viaje así. Describe con humor, delicadeza y detalle su día a día y su pasión por saborear las diferentes comidas de cada sitio que visitaba. Nos invita a comenzar un viaje hacia nosotros mismos, hacia nuestro yo interior. Te cubre de sentimiento. Te embriaga”, dijo Raquel Victoria, la primera en leer el borrador del libro.

Su personalidad transmite una gran paz y sosiego, dijo la concejala Esther Delgado sobre la autora. “Trabajos y proyectos como el suyo dan cada día más valor a la Cultura, que nace de las personas y sus iniciativas. En este Ayuntamiento estamos dispuestas a seguir apoyando y potenciándolas”, señaló.

Plácido Checa justificó su decisión de editar el libro. “Después de leerlo no me quedó la menor duda de que había que hacerlo. Porque es un libro de viaje muy interesante, narrado con la técnica del diario y contado muy bien. Está escrito con mucha elegancia, paz y armonía. Es un libro de experiencias y una ayuda. Si alguien ya ha viajado a la India se reencontrará y se sentirá reflejado en lo que cuenta María Elena, y si alguien quiere viajar le anima a hacerlo”, dijo. “Es un libro que no puede pasar desapercibido. Está escrito con mucha fluidez y transmite mucha tranquilidad. No cuesta trabajo leerlo. No aburre y aporta conocimiento. Este libro es un gran regalo espiritual”, recalcó.

El libro tiene 398 páginas. Los 200 ejemplares de su primera edición se pondrán a la venta a 18 euros en librerías como Primicia, en Maspalomas, en la web de la plataforma CanariaseBook, y dentro de muy pocos días también en Amazon.

Ya en su turno, María Elena agradeció “la colaboración y el enorme apoyo encontrado en la editorial. Son como una familia”, dijo. “La aventura del libro ha sido un trabajo muy intenso pero bonito, hecho con mucho cariño”, reconoció antes de contar cómo se gestó su viaje a la India. Trabajaba como informática en el Ayuntamiento de San Bartolomé y como terapeuta alternativa en su casa de Telde. Se sentía contenta porque ejercía dos profesiones que amaba. Pero llegó un momento en el que sintió que le faltaba algo, un vacío interior que no terminaba de llenar la vida que había elegido. Se cuestionó el sentido de su vida. A lo largo de un año le fueron surgiendo situaciones, señales como “notas de color”, que la guiaron hacia la elección de viajar. Maduró la idea y en marzo de 2007 buscó centros de meditación en la India. Encontró el que buscaba y tras rellenar casi 10 páginas de solicitud se inscribió en el curso. Eligió el mes de septiembre. Confiaba que en la India encontraría respuestas para su inquietud. Y sólo con el objetivo inicial de ir al curso, viajó. De antemano no planeó nada más. Tenía el convencimiento que una vez en el país su conciencia cambiaría, que estando en el país su percepción previa del viaje sería distinta. Y así ocurrió. Se dejó guiar, sin miedo. Y el país la fue llevando. Fue el inicio de su experiencia.

Para recordar

También narró cómo nació el libro. Cuando llegó a la India, el primer día, a Bombay, su gusto por anotar las cosas la llevaron a comprar una libreta. Aún sin dormir por efecto del jet lag, salió a la calle y compró el cuaderno que le sirvió de apoyo para anotar los nombres de las comidas, de los dioses, los lugares por donde iba pasando…curiosidades que le hacían falta para el desarrollo del viaje. Pero nunca tomó notas exhaustivas de su día a día. En su mente no estaba escribir un libro. Hizo el viaje. En abril del año siguiente regresó a su casa. Un mes más tarde, instalada en la adormidera y acostumbrada vida diaria de aquí, sintió que “no quería olvidar aquella experiencia tan bonita y diferente”. Quiso guardar la memoria de su experiencia. Y se fue a una librería a comprar libretas de hojas en blanco que fue rellenando. Nombrando cada sitio. Escribiendo lo que recordaba. Y compró libretas y más libretas hasta que llegó un momento en el que se sorprendió por la cantidad de información manuscrita que aquellas libretas tenían. En enero del año 2009 decidió pasar toda la información al ordenador, “por el simple hecho de tenerlo todo ordenado y clasificado”. Entonces vio que era bastante material y que tenía pinta de ser un libro. Y así fue como nació. “El viaje y el libro nacieron solos, muy despacio, con muchísimo cariño, después de una petición al universo buscando respuestas”, dice.

Lo escribió escuchando música muy suave y tranquila, “muy cercana a la naturaleza, con sonidos de pájaros, flautas y agua. Muchas veces incluso en acto de meditación”. Su hermana, con la que estuvo en contacto durante el viaje, le regalo todos los mensajes de móvil (entonces no existía el WhatsApp) que la escritora le había enviado desde la India. Raquel había conservado todos los mensajes con su fecha y su hora correspondiente. Por otro lado, la autora tenía unas 500 fotos obtenidas durante el viaje, también cada una con su fecha y con su hora. Fue entonces cuando pensó hacer el libro en forma de diario. Contar con los mensajes facilitados por su hermana y con las fotos le ayudó a recordar, no sólo lo que había sucedido en esos momentos sino también antes o después. Para los días que no recordaba se sentaba delante del ordenador, con música e incienso, y entraba en acto de meditación. Se desarrolló en ella la habilidad de visualizar y recordar aquellos momentos del pasado. Cada vez le fue más fácil “y lo veía como si fuera una película. Podía observar los personajes, los escenarios, todos los objetos, lo que yo sentía, los colores…” Así contó la etapa de escritura del libro.

Las fotos

Las fotografías que tomó durante el viaje pensó primero incorporarlas al libro en un CD, pero un amigo le hizo ver que eso sería anticuado y le propuso ponerlas en un blog. La escritora, que ya había hecho dos páginas web, creó entonces la suya propia. Primero con la aplicación gratuita jimdo y después comprando el dominio ‘www.viajeindiaynepal.com’. Con una estructura similar a la del libro, las fotografías aparecen en la web clasificadas por los lugares del viaje, como secuencias de diapositivas con 12 segundos de exposición. Como en el libro, la web también tiene un anexo en el que la escritora incluye información sobre alimentos y comidas.

El libro está ilustrado en su portada con una caracola Nautilus, simbolizando las diferentes fases en la evolución del ser. “Cada sección de la caracola es un compendio de las experiencias de conocimiento y sabiduría que facilitan vivir una etapa de la vida”, dice María Elena. La caracola está formada como un collage con muchas fotos del viaje, y es dorada “para representar la era de conciencia entrante, enfocada hacia el aprendizaje y la sanación necesarias para el amor y la unión”. Es una portada en blanco, “como símbolo de pureza y de cercanía a la espiritualidad, con letras en rojo bermellón como el de la marca que usan los hindúes en la frente para señalar el tercer ojo”, reconoce.

“Esta obra es lo que yo soy. Está impregnada de mí, de mi esencia y mi cariño. Está hecho con muchísimo amor. Todas las veces que me senté a escribir he estado muy conectada y tranquila. Poder transmitir lo que soy en esencia es un regalo”, dijo antes de finalizar la presentación regalándole a los presentes la lectura de un mantra ceremonial: “que todos los seres de todos los mundos sean felices y libres, y puedan los pensamientos, palabras y acciones de mi propia vida contribuir de alguna manera a la felicidad y la libertad para todos”.

María Elena sostiene que el viaje a la India y Nepal y el contacto con la cultura hindú le ayudaron a apreciar el valor de la familia. Esa necesidad de contactar con el hogar y la gente querida creció en ella y fue lo que le hizo regresar a los 222 días. Ya había absorbido todo lo que necesitaba y sintió que era importante regresar.

Fuente: gabinete de prensa del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana

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