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El Cabildo ‘trabaja a destajo’ para que prospere el proyecto del Faro de Maspalomas

La consejera de Artesanía, Minerva Alonso, informó de las obras del Faro de Maspalomas y la situación de la Fedac (foto: Angel Medina G.)
La consejera de Artesanía, Minerva Alonso, informó de las obras del Faro de Maspalomas y la situación de la Fedac (foto: Angel Medina G.)

El Cabildo de Gran Canaria “trabaja a destajo” desde el inicio de la mandato para que prospere cuanto antes al proyecto museístico del Faro de Maspalomas, indudable icono de la isla que ha sufrido una paralización por “la desidia y mala gestión” de la anterior corporación que ha obligado a empezar “caso desde cero”, explicó hoy la consejera de Industria, Comercio y Artesanía, Minerva Alonso.

La consejera desgranó cada uno de los pasos que ha tenido desde su llegada en respuesta a la información “sesgada” vertida la pasada semana por el grupo popular en el Cabildo, y ello –prosiguió-, a pesar de que forma parte de la junta rectora de la Fundación para la Etnografía y Desarrollo de la Artesanía Canaria (Fedac) y está al tanto de la gestión realizada también a través de los plenos del Cabildo.

El 21 de noviembre 2013 se atribuye a Fedac la gestión de la concesión de este dominio público y tardó más de un año en redactar los pliegos y licitar la obra, y eso que al ser un organismo autónomo tiene mesa de contratación propia y una agilidad administrativa superior a la de cualquier institución, incluida la del Cabildo o cualquier ayuntamiento, apostilló.

A este retraso, continuó, hay que añadir los cuatro meses que pasaron desde la firma del contrato hasta el inicio de las obras, una de las pruebas de que, de haberse atendido políticamente el procedimiento, habría estado más avanzado a su llegada a Consejería y “posiblemente el panorama habría sido totalmente diferente”.

Por todo ello, a su llegada, lo primero que hizo fue crear un grupo de trabajo multidisciplinar para hacer un seguimiento al proyecto y poner al día la deuda con la Autoridad Portuaria porque “se le debía tres tasas de ocupación del terreno que estaban en un cajón junto a las certificaciones que había que abonar a la empresa y que tampoco se había hecho”, por lo que se han dado pasos administrativos lentos pero seguros, señaló.

Y hace apenas un mes, lamentó, llegó un impuesto del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana sobre construcciones, instalaciones y obras de 50.000 euros con intereses de demora que tampoco se había pagado en tiempo y forma, por lo que ha iniciado rápidamente las gestiones para tratar de acogerse a una bonificación del 95 por ciento por el interés cultural de la obra.

Ahora, el proyecto museográfico ya está concluido tras haber tenido que subsanar las carencias que presentaba, como servicio multimedia con el fin de acercar los contenidos a los escolares y a las personas con necesidades especiales, por lo que se ha incluido conexión wifi y audioguías en inglés, francés, sueco, noruego, ruso, italiano y alemán, y además se han adecuado los pliegos técnicos a la nueva normativa, lo que finalmente tiene un presupuesto de 600.000 euros, el doble del inicial.

El Cabildo también se ha hecho cargo de iniciar una propuesta técnica de modificación de la obra a coste cero que la anterior corporación pudo haber puesto en marcha y no hizo por falta de atención política, subrayó Alonso, quien está a la espera de un informe jurídico que será la hoja de ruta a seguir porque la empresa ha rechazado dicho modificado y “ante todo se trata de defender el interés general y el dinero público”.

El Museo del Faro de Maspalomas es un proyecto de envergadura técnica y administrativa, de interés social, cultural y turístico que no respondía al servicio que debe ofrecer, recordó.

Fedac, sin proyecto

Alonso criticó asimismo la “ausencia total” de un programa de trabajo de la Fedac, un organismo que no tuvo contacto alguno con el sector artesano en los cuatro años del mandato anterior y tampoco con el Gobierno de Canarias para expresar las necesidades de la artesanía de Gran Canaria, lo que se suma a que la carta etnográfica estaba paralizada, suprimido el plan de formación artesana, cerrada Casa Taller de Moya y paralizadas las publicaciones sobre etnografía y artesanía.

La Fedac también había suprimido las becas de investigación y las subvenciones para empresas y asociaciones artesanas, abandonado los fondos etnográficos y había frenado los cuadernillos didácticos, de escaso valor presupuestario y sin embargo punteros por la divulgación entre escolares. Tampoco adquirió colecciones de fotografía de valor etnográfico ni realizó acciones de promoción.

También se corrió el riesgo de perder 300.000 euros de un convenio firmado con el Ministerio de Cultura para digitalizar 34.000 fotografías, algo que “ya hoy es una realidad” porque al llegar actuó “deprisa y corriendo”.

Con todo, la única conclusión que se desprende es que “no existía un plan de trabajo conforme a los estatutos de la Fedac de divulgación de la cultura tradicional y la artesanía canaria”.

Alonso ha considerado un deber explicar los escollos y dificultades encontrados a pesar de no ser su “voluntad sacar lo feo porque este gobierno que lidera el presidente, Antonio Morales, ha tratado de dar mensajes positivos a la ciudadanía y evitar el hartazgo frente a las luchas políticas para darle una vuelta a Gran Canaria”.

En cualquier caso, “ahora tenemos proyectos para la Fedac y para el Faro de Maspalomas y capacidad no solo para hacer las cosas, sino para hacerlas bien, lo que nos ha llevado a retrotraernos al principio y conlleva la necesidad de no saltarnos los pasos legales de la administración”, y si bien la situación encontrada era compleja, tendrá como resultado que el proyecto finalmente prospere, concluyó.

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